La Frecuencia de la Memoria: Qué nos dejó el retiro de Sergio Campos, la voz que acompañó la historia de Chile

La Frecuencia de la Memoria: Qué nos dejó el retiro de Sergio Campos, la voz que acompañó la historia de Chile
2025-07-08

- El retiro de Sergio Campos trascendió el periodismo, convirtiéndose en un hito que activó una reflexión nacional sobre el rol de los medios en la democracia y la memoria.

- Su trayectoria encarna una paradoja chilena: fue la voz de la resistencia en dictadura, pero también un rostro ancla en la televisión de la transición, navegando las complejidades y contradicciones del nuevo escenario mediático.

- Su partida deja un eco crítico sobre el periodismo actual, contrastando su defensa del rigor y la ética con la tendencia a la espectacularización de la violencia y la polarización informativa.

A principios de abril de 2025, un silencio particular se instaló en el dial chileno. Tras 47 años, la voz de Sergio Campos ya no daría inicio a El Diario de Cooperativa. Lo que comenzó como la noticia del retiro de un periodista icónico, decantó con el paso de las semanas en un profundo ejercicio de memoria colectiva. Más allá de la nostalgia por una voz que acompañó el despertar de generaciones, su salida del aire abrió un espacio para analizar el legado de un periodismo que fue trinchera y, a la vez, un actor clave en las complejidades de la transición democrática.

La noticia inicial provocó una ola de reconocimientos transversales, un fenómeno poco común en el Chile actual. Desde el Presidente Gabriel Boric, quien lo calificó de "maestro" con una "tremenda y valiente trayectoria", hasta figuras como Don Francisco y la exministra Carolina Tohá, el mundo político y cultural se unió en un homenaje que superaba la figura individual. Se reconocía en Campos no solo al profesional, sino al portador de una memoria sonora que narró los momentos más oscuros y esperanzadores del país.

La Radio como Espacio de Resistencia

La carrera de Campos está indisolublemente ligada a la historia de la radio como bastión informativo durante la dictadura cívico-militar. En entrevistas posteriores a su retiro, el propio periodista rememoró episodios que hoy parecen sacados de un guion. Su detención y declaración ante un tribunal militar tras el Golpe de Estado por su trabajo en Radio Corporación, o las ingeniosas tácticas en Radio Cooperativa para burlar la censura —como leer una y otra vez los bandos que les prohibían informar—, pintan un cuadro del coraje y la astucia necesarios para ejercer el periodismo bajo un régimen autoritario.

Un momento que cristaliza este rol fue su cobertura del Caso Degollados en 1985. Al dar tribuna al aire al hijo de Manuel Guerrero, de apenas 14 años, para denunciar el secuestro de su padre, Campos y la radio no solo informaron, sino que rompieron el cerco de silencio impuesto por el régimen. Su voz se convirtió en un vehículo para la denuncia y la defensa de los derechos humanos, dotando a la radio de una credibilidad y un capital simbólico que perduran hasta hoy.

Las Paradojas de la Transición y la Crítica al Presente

El fin de la dictadura no significó un camino sencillo. La trayectoria de Campos en democracia revela las tensiones y contradicciones de la época. Mientras su figura era vetada en la renaciente Televisión Nacional (TVN) por considerarla "muy marcada" por su rol opositor, encontraba espacio como rostro ancla en Megavisión, el primer canal privado, propiedad de Ricardo Claro, un empresario de conocidas simpatías con el régimen de Pinochet. Esta disonancia es un reflejo de la propia transición chilena: un proceso pragmático, lleno de grises, donde los símbolos de la resistencia debieron navegar en estructuras de poder que no siempre compartían su historia.

Este bagaje histórico dota a su visión del periodismo actual de una autoridad particular. En sus reflexiones, Campos ha sido un crítico agudo de la deriva de los medios, especialmente la televisión. Cuestiona lo que denomina la "explotación del morbo" y la conversión de la crónica roja en el eje de los noticiarios, una práctica que, a su juicio, "amplifica el miedo" y "termina intoxicando a la gente".

Su defensa de un periodismo basado en la verificación, la precisión y un marco ético que distinga la información de la opinión, resuena como un contrapunto necesario en una era de desinformación y polarización. Su retiro, por tanto, no es solo el fin de un ciclo; es una interpelación directa al ecosistema mediático chileno. La pregunta que queda flotando en el aire, ahora que su voz ya no está en el dial matutino, es si el periodismo chileno sabrá honrar su legado, no con homenajes, sino con la práctica diaria de un oficio comprometido con la verdad y la construcción de una sociedad más crítica y reflexiva.

La conclusión de una extensa y significativa carrera profesional ofrece una oportunidad única para analizar la evolución de un sector clave, sus transformaciones a lo largo de décadas y el impacto de una figura icónica en la memoria colectiva. El evento permite explorar no solo un legado personal, sino también las intersecciones de la historia, la comunicación y la sociedad, revelando narrativas que trascienden el hito original.