La Tormenta Perfecta: Cuando la Opacidad se Encuentra con la Política
Lo que comenzó como una serie de reclamos aislados de ciudadanos desconcertados por el alza en sus contribuciones, ha madurado hasta convertirse en una de las discusiones más profundas sobre el pacto fiscal y el modelo de desarrollo de Chile. El descontento, alimentado por un sistema de avalúo fiscal que opera como una caja negra para la mayoría, ha creado una crisis de legitimidad. Más de 49,000 denuncias ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) y una investigación especial de la Contraloría no son solo cifras; son las señales de un sistema que ha perdido la confianza de sus contribuyentes.
Este malestar ha sido el catalizador para que el impuesto territorial, un pilar del financiamiento municipal, se transforme en un arma arrojadiza en la arena presidencial. La discusión ya no es técnica, es existencial. No se debate solo un tributo, sino la naturaleza misma de la propiedad, la justicia del sistema fiscal y el futuro de nuestras ciudades. Estamos en un punto de inflexión donde las decisiones que se tomen hoy redefinirán el contrato social para las próximas décadas.
Escenario 1: La Rebelión del Propietario y la Promesa del Impuesto Cero
Un futuro altamente probable, impulsado por la potente narrativa política de la derecha, es la eliminación total de las contribuciones para la primera vivienda. Este escenario representa el triunfo de la “rebelión del propietario”, un movimiento que ve el impuesto como un “castigo” a la inversión en el hogar y una carga insostenible, especialmente para la clase media y los adultos mayores.
En el mediano plazo (2-5 años), un nuevo gobierno podría promulgar esta exención como una de sus primeras medidas estrella. El alivio para millones de familias sería inmediato y políticamente rentable. Sin embargo, las consecuencias secundarias configuran un panorama complejo.
- El Dilema Fiscal: La promesa de compensar a los municipios con “fondos públicos” es el principal factor de incertidumbre. La recaudación habitacional representa cerca de US$800 millones anuales, vital para el Fondo Común Municipal (FCM), el mecanismo que redistribuye recursos desde las comunas más ricas a las más pobres. Como advirtió el ministro Mario Marcel, esta medida podría significar que “las comunas pobres del país” terminen subsidiando el alivio tributario del “barrio alto”, que concentra el 45% de la recaudación. Esto abriría un nuevo frente de conflicto entre el poder central y los gobiernos locales, y podría forzar alzas en otros impuestos o recortes en otras áreas para tapar el forado fiscal.
- La Fragmentación Urbana: Al debilitar el FCM, se corre el riesgo de acentuar la desigualdad territorial. Las comunas con mayores ingresos podrían encontrar fuentes alternativas de financiamiento, mientras que las más vulnerables verían mermada su capacidad para proveer servicios básicos como seguridad, alumbrado y mantenimiento de áreas verdes. La ciudad se volvería aún más fragmentada.
- Distorsiones del Mercado: La exención podría generar incentivos para la elusión, como la división de títulos de propiedad entre familiares para que múltiples inmuebles califiquen como “primera vivienda”.
Escenario 2: La Reforma Quirúrgica y el Camino a la Legitimidad Fiscal
Una ruta alternativa, defendida por voces técnicas y académicas, evita la solución drástica y se enfoca en la raíz del problema: la falta de transparencia y justicia del sistema actual. Este escenario no busca eliminar el impuesto, sino reconstruir su legitimidad a través de una reforma profunda y quirúrgica.
- Transparencia Radical: El primer paso sería obligar al SII a abrir su “caja negra”. La creación de un aplicativo público, como sugieren algunos expertos, permitiría a cualquier ciudadano entender y replicar el cálculo de su impuesto, transformando la opacidad actual en un proceso claro y auditable. Esto estaría en línea con el derecho del contribuyente a entender las decisiones de la autoridad, consagrado en el Código Tributario.
- Nuevas Bases de Cálculo: La reforma podría rediseñar la fórmula. Dos ideas han ganado tracción: fijar el monto de las contribuciones en UF al momento de la compraventa, actualizándose solo en la siguiente transacción; o vincular el impuesto a una renta presunta del inmueble, aplicando la tasa del global complementario del propietario. Ambas opciones harían el impuesto más predecible y justo, al ligarlo a la capacidad de pago o al valor real de mercado en un momento específico.
- Focalización Inteligente: En lugar de una exención universal, se ampliarían y mejorarían los beneficios para grupos vulnerables, como los adultos mayores, asegurando que el alivio llegue a quienes realmente lo necesitan sin desmantelar el sistema.
Este camino es políticamente más arduo. Requiere un capital político considerable para defender una solución técnica frente a una promesa populista simple. Sin embargo, su éxito resultaría en un sistema tributario más robusto, justo y sostenible a largo plazo.
Escenario 3: El Colapso Silencioso del Pacto Municipal
Existe un tercer futuro, uno marcado por la inacción y el deterioro. En este escenario, el bloqueo político impide cualquier reforma significativa. Las promesas de exención no se materializan por completo debido a las restricciones fiscales, pero la retórica anti-impuesto continúa, erosionando aún más la ya frágil legitimidad del sistema.
Las consecuencias de este estancamiento serían graves:
- Cultura del Incumplimiento: La percepción de injusticia se generalizaría, incentivando la evasión y la judicialización masiva. Los municipios se verían enfrascados en costosos procesos de cobranza con resultados inciertos.
- Crisis del Municipalismo: El FCM, el corazón solidario del sistema, se desangraría lentamente. La caída en la recaudación efectiva en las comunas de altos ingresos impactaría directamente en las transferencias a las más de 300 comunas que dependen de estos recursos. Esto no sería una decisión política, sino un colapso sistémico por abandono.
- La Ciudad Fallida: La brecha en la calidad de vida entre comunas ricas y pobres se convertiría en un abismo. Estaríamos ante el fracaso del ideal de una ciudad integrada y la consolidación de un archipiélago de enclaves de prosperidad rodeados por un mar de precariedad.
El Futuro se Decide en la Comuna
El debate sobre las contribuciones ha dejado de ser un asunto de contadores y abogados tributaristas para convertirse en un referéndum sobre nuestro modelo de convivencia. Los caminos que se abren son claros: una ruptura populista con consecuencias fiscales impredecibles, una reforma técnica que busca un equilibrio más justo, o una decadencia sistémica por parálisis política.
La decisión final revelará qué valoramos más como sociedad: el alivio individual e inmediato o la construcción de un sistema colectivo, solidario y sostenible. El futuro del contrato social chileno no se está escribiendo en grandes tratados constitucionales, sino en las boletas de contribuciones que llegan a cada hogar y en la capacidad de nuestras instituciones para responder a una demanda fundamental: justicia y transparencia.
La historia revela una tensión fundamental y persistente entre el derecho a la propiedad individual y las necesidades del financiamiento colectivo del Estado. Ha madurado de una consulta técnica a un campo de batalla ideológico central en un año electoral, exponiendo visiones contrapuestas sobre el modelo de sociedad, el desarrollo urbano y la justicia fiscal. Su evolución permite analizar futuros escenarios sobre el pacto social y la sostenibilidad de los gobiernos locales.