La reciente promulgación de la nueva ley de fraccionamiento de cuotas pesqueras, tras superar su último obstáculo en el Tribunal Constitucional, no es el final de una historia, sino el prólogo de múltiples futuros posibles para el mar chileno. Lo que comenzó como una reforma para reequilibrar el poder entre la pesca industrial y la artesanal, ha detonado una colisión de visiones sobre propiedad, desarrollo y sostenibilidad. Con el debate legislativo cerrado, la verdadera batalla por el futuro del océano apenas comienza, y se librará en tres frentes simultáneos: el judicial, el productivo y el ecológico.
La reacción del sector industrial no se ha hecho esperar. El anuncio de Pesquera Camanchaca de evaluar acciones legales contra el Estado es la primera señal de una estrategia que buscará en los tribunales lo que perdió en el Congreso. Este camino de judicialización, que podría escalar a instancias internacionales de protección de inversiones, introduce un factor de incertidumbre crítica sobre el marco regulatorio.
En el mediano plazo, este escenario proyecta una parálisis de la inversión en la flota industrial. Con una pérdida patrimonial estimada en más de 400 millones de dólares por la reasignación de licencias, las grandes pesqueras enfrentan un dilema estratégico: desinvertir, reducir operaciones o reenfocar sus modelos de negocio hacia actividades de menor riesgo. Esta contracción amenaza no solo a las empresas, sino a todo el ecosistema productivo que depende de ellas, incluyendo miles de empleos directos e indirectos en ciudades costeras cuya identidad está ligada a la industria.
A largo plazo, si esta tendencia se consolida, podríamos asistir al ocaso paulatino del modelo pesquero industrial tal como lo conocemos. Chile arriesgaría perder competitividad en los mercados globales de productos como el jurel, cediendo terreno a otras potencias pesqueras. El conflicto legal podría derivar en costosas compensaciones para el Estado, generando una carga fiscal imprevista, o en un estancamiento que debilite permanentemente a uno de los pilares exportadores del país.
La ley entrega una victoria histórica al sector artesanal, otorgándole una porción mayor de la riqueza marina. Sin embargo, este triunfo abre un nuevo conjunto de desafíos. El sector artesanal no es un bloque homogéneo; está compuesto por una diversidad de actores, desde pescadores de subsistencia hasta dueños de embarcaciones de mayor envergadura. La advertencia de la industria sobre que el beneficio podría concentrarse en un grupo reducido de armadores artesanales no debe ser desestimada.
Un futuro probable es el de una soberanía alimentaria fragmentada. Si bien más recursos estarán en manos chilenas, la capacidad del sector artesanal para reemplazar la escala de captura, procesamiento y distribución de la industria es una incógnita. ¿Podrán las caletas y sus organizaciones absorber esta nueva cuota de manera eficiente y sostenible? La falta de infraestructura, cadenas de frío y acceso a mercados podría limitar el impacto positivo de la reforma, generando cuellos de botella y posibles conflictos internos por el control de los recursos.
El punto de inflexión para este escenario será la capacidad de organización y gobernanza del mundo artesanal. Si logran construir modelos asociativos robustos, invertir en tecnología y valor agregado, y establecer prácticas de manejo sostenible, podrían convertirse en un motor de desarrollo local resiliente. De lo contrario, la redistribución de cuotas podría simplemente atomizar el esfuerzo pesquero sin generar un beneficio estructural, perpetuando la precariedad para los pescadores de menor escala.
Mientras los actores humanos debaten sobre porcentajes y derechos, el océano envía sus propias señales, a menudo contradictorias y alarmantes. El avistamiento de un tiburón peregrino en Tongoy es un recordatorio de la extraordinaria biodiversidad que habita en las costas chilenas, un capital natural que subyace a toda discusión económica. Estos eventos son ventanas a un ecosistema dinámico que exige ser parte de la ecuación.
En contraparte, la crisis global de las “redes fantasma” y la contaminación por plásticos, como lo ilustra la trágica muerte de una tortuga gigante en el Mediterráneo, es un espejo de las externalidades de la actividad pesquera. Esta “rebelión” del ecosistema no es una metáfora: se manifiesta en la acidificación del océano, el colapso de pesquerías, la proliferación de especies invasoras y el blanqueamiento de corales.
El futuro del mar chileno dependerá de si el nuevo modelo de gobernanza pesquera puede integrar esta dimensión ecológica. La pregunta fundamental que la ley no responde es si cambiar a los dueños de las cuotas modificará las prácticas de pesca. Un escenario optimista vería a un sector artesanal más conectado con su entorno local adoptando prácticas más selectivas y sostenibles. Un escenario pesimista, en cambio, vería una simple transferencia de la presión extractiva, donde la competencia por la cuota asignada acelere el deterioro de los stocks pesqueros, como la merluza, que ya muestran signos de vulnerabilidad.
El mar chileno se adentra en una era de transformación forzada. La tendencia dominante es el desplazamiento del poder desde un modelo concentrado e industrial hacia uno distribuido y artesanal. Sin embargo, esta transición está plagada de riesgos. El mayor peligro es una guerra de desgaste en los tribunales que paralice al sector, mientras la oportunidad de construir un nuevo modelo se diluye en conflictos internos y la presión sobre los ecosistemas marinos sigue aumentando sin control.
La oportunidad latente reside en trascender la dicotomía industrial versus artesanal para forjar un nuevo pacto por el mar, uno que reconozca los límites ecológicos, promueva la innovación en toda la cadena de valor y garantice que la riqueza del océano se traduzca en un bienestar duradero para las comunidades costeras y el país. La forma en que se naveguen las tensiones de los próximos años definirá si Chile logra una soberanía marina integral o si la repartición del océano solo fue el preludio de su vaciamiento.