Del Arancel a Hollywood a la Reapertura de Alcatraz: Anatomía de la Ofensiva Cultural y Punitiva de Trump

Del Arancel a Hollywood a la Reapertura de Alcatraz: Anatomía de la Ofensiva Cultural y Punitiva de Trump
2025-07-08

- Doble ofensiva: Las políticas de Trump combinan un proteccionismo cultural, con aranceles a la industria del cine, y un endurecimiento punitivo simbolizado en la reapertura de Alcatraz y acuerdos carcelarios con El Salvador.

- Lógica de Espectáculo: Las medidas, presentadas como actos de seguridad nacional y recuperación económica, son cuestionadas por su viabilidad y analizadas como parte de una estrategia política basada en el impacto mediático y simbólico.

- Incertidumbre y Debate: La ofensiva genera una profunda incertidumbre económica en Hollywood y abre un debate sobre el riesgo de guerras comerciales y la erosión de los derechos fundamentales, contraponiendo la retórica de mano dura con las consecuencias prácticas.

A más de dos meses de una serie de anuncios que sacudieron tanto a la industria del entretenimiento como al sistema judicial estadounidense, el segundo mandato de Donald Trump se perfila bajo una doctrina clara: la del espectáculo y el castigo. Entre mediados de abril y principios de mayo de 2025, la Casa Blanca desplegó una ofensiva en dos frentes que, aunque aparentemente dispares, comparten una misma lógica de disrupción y nacionalismo. Por un lado, una guerra cultural y económica contra la globalización de Hollywood; por otro, una cruzada punitiva que recupera símbolos del pasado y externaliza sus consecuencias.

El Eje Punitivo: De El Salvador a 'La Roca'

La estrategia de mano dura se materializó primero con la propuesta, anunciada el 15 de abril, de enviar reclusos estadounidenses a una megacárcel en El Salvador, en un polémico acuerdo con el presidente Nayib Bukele. Trump justificó la medida para lidiar con los "criminales de cosecha propia", una idea que pone a prueba los límites de los derechos constitucionales de los ciudadanos estadounidenses. Este plan, que ya se había aplicado a más de 250 migrantes bajo una ley de 1798, fue duramente criticado por expertos de la ONU, quienes advirtieron sobre la negación del "debido proceso".

El punto culminante de esta narrativa punitiva llegó el 5 de mayo con una orden ejecutiva para reconstruir y reabrir la prisión de Alcatraz. Cerrada en 1963 por sus prohibitivos costos operativos, la icónica cárcel en la bahía de San Francisco sería destinada, según Trump, a "los delincuentes más despiadados y violentos". La medida fue inmediatamente calificada como "no seria" por figuras de la oposición como la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien recordó que la isla es hoy una de las mayores atracciones turísticas del país. Sin embargo, más allá de su viabilidad logística y económica, el anuncio funciona como una poderosa pieza de simbolismo político, evocando una era de justicia implacable que resuena con su base electoral.

El Frente Cultural: "¡Queremos Cine Hecho en EE.UU. Otra Vez!"

Paralelamente a la ofensiva punitiva, la administración Trump lanzó un ataque directo al corazón de la industria cultural. El mismo 5 de mayo, el presidente anunció la imposición de un arancel del 100% a todas las películas producidas en el extranjero. La justificación: la industria cinematográfica estadounidense está "muriendo rápidamente" debido a los incentivos fiscales que otros países como Canadá y el Reino Unido ofrecen para atraer rodajes. Trump enmarcó la medida como una cuestión de "seguridad nacional", argumentando que las producciones foráneas son "mensaje y propaganda".

La reacción fue inmediata y de profunda preocupación. Las acciones de gigantes como Netflix, Disney y Warner Bros. cayeron, y la industria se sumió en la incertidumbre. Analistas de la firma financiera Barclays advirtieron que la medida "podría acabar perjudicando a la misma industria a la que se supone que debe ayudar". El director de la carrera de Cine de la Universidad del Desarrollo, Andrés Waissbluth, señaló en su momento que "el principal damnificado de esto será el propio Hollywood".

El debate se centra en dos puntos clave. Primero, la complejidad de su implementación: ¿cómo se define una película "extranjera" en una industria globalizada donde producciones como Barbie o Gladiador II, financiadas por estudios estadounidenses, se filman casi íntegramente en el extranjero? Segundo, el riesgo de represalias comerciales. Dado que Hollywood genera la mayor parte de sus ingresos en mercados internacionales, un arancel recíproco por parte de Europa o China podría ser devastador.

Un Mandato de Gestos y Consecuencias

Dos meses después, la implementación de estas políticas sigue siendo difusa. El arancel a Hollywood se encuentra en una fase de estudio, y la reapertura de Alcatraz enfrenta enormes obstáculos logísticos y financieros. Sin embargo, el impacto político ya se ha conseguido. Trump ha reforzado su imagen de líder decidido, dispuesto a romper con el orden establecido para cumplir su promesa de "Make America Great Again", ya sea en la economía, la cultura o la seguridad.

Las medidas exponen una tensión fundamental: la retórica de la protección versus la realidad de la interconexión global. Mientras la Casa Blanca habla de recuperar empleos y soberanía, expertos y actores de la industria advierten sobre el caos económico y el aislamiento. La doctrina del espectáculo y el castigo, aunque efectiva para movilizar a su electorado y dominar el ciclo noticioso, abre un período de profunda incertidumbre cuyas consecuencias reales, más allá del golpe de efecto, aún están por verse.

La historia presenta una confluencia única de políticas económicas, culturales y penales que, en conjunto, ofrecen una radiografía profunda de una doctrina de gobierno específica. Al conectar una medida proteccionista en el ámbito cultural (aranceles al cine) con un acto de alto simbolismo punitivo (reapertura de Alcatraz), el tema permite un análisis sobre cómo se construye el poder a través del espectáculo, el nacionalismo y la retórica de mano dura. La evolución de la noticia, desde el anuncio inicial hasta el análisis de sus consecuencias en la industria y el debate público, proporciona una narrativa rica y madura para una exploración en profundidad, trascendiendo la crónica de eventos para examinar las corrientes ideológicas subyacentes.