El Contrato Roto de la Sanación:Cómo el Escándalo de las Licencias Médicas Proyecta el Futuro de la Confianza Pública en Chile

El Contrato Roto de la Sanación:Cómo el Escándalo de las Licencias Médicas Proyecta el Futuro de la Confianza Pública en Chile
2025-07-23

- El fraude sistémico de licencias médicas no es un hecho aislado, sino una señal de la desintegración del pacto social sanitario en Chile.

- La crisis abre dos futuros opuestos: uno de tecno-vigilancia y desconfianza, y otro de reforma profunda del Estado de bienestar y las condiciones laborales.

- Más allá de la sanción, el escándalo fuerza un debate sobre el valor del cuidado, la probidad y la sostenibilidad del modelo social chileno.

La Señal en el Ruido: Anatomía de una Confianza Rota

Un documento diseñado para certificar la fragilidad humana y activar la red de seguridad social se ha convertido en un pasaporte para el privilegio y el engaño. El escándalo desatado por el informe de la Contraloría, que cifró en más de 25.000 los funcionarios públicos que viajaron al extranjero durante sus licencias médicas, no es solo una estadística de fraude. Es una señal profunda y perturbadora sobre la salud del contrato social en Chile. Lo que comenzó como un dato administrativo ha escalado hasta tocar las más altas esferas del poder político y familiar, revelando una red de complicidades que incluye a médicos emitiendo licencias para sí mismos y para colegas, en un sistema que parece haber normalizado el cinismo.

El fenómeno trasciende el acto individual de corrupción. Se trata de la manifestación visible de una desintegración silenciosa del pacto de solidaridad que fundamenta el Estado de bienestar. Cuando la herramienta de cuidado se pervierte en un mecanismo de abuso, se instala una peligrosa disonancia: la que existe entre el deber ser de un Estado protector y la realidad de un sistema percibido como poroso, injusto y capturado por intereses particulares. Este no es el relato de unas pocas manzanas podridas; es la crónica de un sistema cuyas reglas, incentivos y cultura interna están en entredicho.

Escenario 1: El Auge de la Economía de la Desconfianza y el Estado Mínimo

El futuro más probable, si la tendencia actual se consolida, es la solidificación de una economía de la desconfianza. En este escenario, la relación entre el ciudadano y el Estado, y entre los propios ciudadanos, se redefine bajo un prisma de sospecha permanente. La reacción inmediata de fiscalización masiva, sumarios y despidos —como los 91 ejecutados en BancoEstado— es una respuesta necesaria, pero podría ser el preludio de un Estado más vigilante que cuidador.

- A mediano plazo (2-5 años), podríamos ver la implementación de sistemas de tecno-vigilancia para monitorear el cumplimiento de los reposos, utilizando inteligencia artificial para cruzar datos de viajes, consumos y actividad digital. Esto, si bien podría reducir el fraude, instala un paradigma de control que choca con los derechos individuales y transforma la presunción de inocencia en una presunción de culpa. La confianza no se reconstruye con algoritmos; se delega en ellos.

- A largo plazo (5-10 años), esta desconfianza sistémica podría dar un impulso definitivo a las narrativas que abogan por un Estado mínimo. Si el sector público es percibido como un nido de privilegios y corrupción, el apoyo ciudadano a la financiación de servicios universales se debilita. Esto podría traducirse en una mayor privatización de la salud y la seguridad social, ahondando la brecha entre quienes pueden pagar por confianza y cuidado en el mercado privado y quienes quedan atrapados en un sistema público estigmatizado y desfinanciado. El pacto social no se repara, simplemente se disuelve en soluciones individuales.

Escenario 2: El Punto de Inflexión Hacia un Nuevo Pacto Laboral y de Cuidado

Una posibilidad alternativa, más optimista pero también más exigente, es que la crisis actúe como un catalizador para una reforma estructural. Este escenario requiere que los actores políticos y sociales miren más allá del síntoma —el fraude— para abordar las causas subyacentes: el agotamiento laboral, la precarización de la salud mental y la falta de sentido en la función pública.

- El factor crítico aquí es el liderazgo. ¿Se utilizará la crisis como un arma arrojadiza en la contienda política o como una oportunidad para un diálogo nacional? Casos como el de JUNJI, con una tasa de ausentismo del 17% y denuncias de acoso que terminan en tragedia, no se resuelven solo con fiscalización. Requieren una revisión profunda de las condiciones laborales, la cultura organizacional y el apoyo a la salud mental de quienes ejercen roles de cuidado, mayoritariamente mujeres.

- A mediano plazo, este camino implicaría la creación de nuevos marcos laborales en el sector público, que incorporen flexibilidad, teletrabajo regulado y un enfoque proactivo en el bienestar del trabajador. La licencia médica dejaría de ser la única y a menudo tardía respuesta al agotamiento. Se trataría de pasar de un modelo reactivo y punitivo a uno preventivo y de apoyo.

- A largo plazo, el éxito de este enfoque podría relegitimar el rol del Estado y fortalecer el pacto social. Un servicio público que cuida a sus trabajadores es más capaz de cuidar a sus ciudadanos. La confianza se reconstruiría no sobre la base de la vigilancia, sino de la reciprocidad, la transparencia y la evidencia de que el sistema funciona para proteger a los vulnerables, no para amparar a los privilegiados.

La Encrucijada del Futuro: Entre el Cinismo y la Responsabilidad Colectiva

El escándalo de las licencias médicas ha puesto a Chile frente a un espejo incómodo. Refleja una sociedad donde la ética de la responsabilidad parece haberse diluido en una cultura del atajo. Los médicos que se autodiagnostican para presionar por bonos, el alto funcionario que usa una licencia para encubrir un presunto delito o el trabajador que la utiliza para vacacionar, son todos nodos de una misma red de descomposición.

El futuro no está escrito. Dependerá de las decisiones que se tomen en los próximos meses. ¿Se optarà por la vía fácil del castigo ejemplar y la vigilancia tecnológica, cronificando la desconfianza? ¿O se asumirà el desafío complejo de debatir qué tipo de Estado, qué cultura laboral y qué sentido de comunidad se quiere construir? La respuesta a esta pregunta definirá si el contrato social puede ser reparado o si su ruptura es el verdadero diagnóstico, y esta vez, sin licencia que lo remedie.

La historia revela la fragilidad de los sistemas de bienestar social cuando la confianza, su pilar fundamental, se erosiona sistemáticamente. El fenómeno, que transita desde el fraude individual hasta la corrupción institucional, ofrece una ventana para analizar cómo las sociedades contemporáneas enfrentan el colapso de sus pactos de cuidado y las profundas consecuencias culturales, económicas y políticas que de ello se derivan. Su evolución narrativa permite proyectar escenarios sobre el futuro de la responsabilidad colectiva y la redefinición de la solidaridad en un contexto de desafección generalizada.