El Pacto Invisible: Cómo la Guerra del Delivery Redefinió el Mercado y Desafió al Consumidor Chileno

El Pacto Invisible: Cómo la Guerra del Delivery Redefinió el Mercado y Desafió al Consumidor Chileno
2025-07-26
  • La acusación de la FNE contra Pedidos Ya y Glovo destapó un presunto acuerdo de reparto de mercados, poniendo en jaque la narrativa de competencia feroz en el sector.
  • La consolidación del mercado avanza hacia "súper apps" que integran finanzas (Mercado Pago) y hasta identidad biométrica (Worldcoin y Rappi), redefiniendo la relación con el usuario.
  • El desafío regulatorio evidencia la tensión entre la rápida innovación de las plataformas y la capacidad del Estado para proteger la libre competencia, los derechos laborales y la privacidad del consumidor.

Hace algunos meses, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) remeció el tablero de la economía digital chilena con una acusación que transformó la percepción de un servicio ya cotidiano: el delivery. Lo que para millones de usuarios era una simple guerra de ofertas y rapidez en la entrega, fue expuesto como un posible pacto estratégico para repartirse el mercado. Hoy, con la distancia del tiempo, el caso contra Pedidos Ya (Delivery Hero) y Glovo no solo sigue su curso en el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), sino que se ha convertido en el epicentro de un debate mucho más profundo sobre el poder de las plataformas, el futuro de la competencia y los costos invisibles que paga el consumidor.

El Acuerdo Cuestionado: ¿Competencia o Cartel?

El núcleo del conflicto reside en la denuncia de la FNE, que acusa a ambas compañías de haber suscrito, en abril de 2019, un acuerdo para no competir. Según el organismo, este pacto se materializó con la salida coordinada de Glovo de Chile y de Delivery Hero de otros mercados latinoamericanos, configurando un cartel de reparto de mercados. La FNE solicita multas que, en conjunto, superan los 74 millones de dólares.

Las empresas, por su parte, han respondido con fuerza. Sus defensas, según consta en el proceso, argumentan que el requerimiento de la FNE es impreciso y contradictorio, dificultando su derecho a defensa al no delimitar con claridad los actos específicos que constituirían la infracción. Mientras la fiscalía insiste en que la acusación es "clara, completa y plenamente comprensible", la disputa legal ha dejado al descubierto las tácticas agresivas que caracterizan la expansión de la economía de plataformas, donde la línea entre una estrategia de negocio audaz y una práctica anticompetitiva es cada vez más difusa.

La Nueva Frontera: De la Mochila a la Billetera Digital

La "guerra del delivery" ha mutado. La competencia ya no se limita a quién ofrece el despacho gratis o el restaurante más exclusivo. El verdadero campo de batalla es la consolidación del usuario dentro de un ecosistema digital cerrado. Las aplicaciones ya no quieren ser solo un intermediario de comida; aspiran a convertirse en "súper apps" que gestionen múltiples facetas de la vida cotidiana.

Un ejemplo claro es la evolución de actores como Mercado Libre, cuya billetera digital, Mercado Pago, ya ofrece en Chile el modelo "Compra Ahora, Paga Después" (BNPL). Con esta herramienta, un millón de usuarios pueden acceder a crédito en cuotas sin necesidad de una tarjeta bancaria tradicional, demostrando cómo las plataformas tecnológicas están penetrando agresivamente en el sector financiero, un terreno antes dominado por la banca tradicional.

Esta tendencia se vuelve aún más disruptiva con alianzas como la de Rappi y Worldcoin. El proyecto, cofundado por Sam Altman (CEO de OpenAI), ofrece criptomonedas a cambio de un escaneo del iris, creando una "prueba de humanidad" para diferenciar personas de bots. Que Rappi, uno de los gigantes del delivery, se asocie con una tecnología tan controvertida por sus implicancias para la privacidad de los datos biométricos, enciende todas las alarmas. El trueque es claro: conveniencia y acceso a un ecosistema digital a cambio de la información más personal e intransferible que un individuo posee.

El Estado Desafiado: ¿Regulación a la Velocidad de un Clic?

El caso de la FNE es una muestra de la reacción del Estado, pero también de su desafío. Mientras la institucionalidad antimonopolio actúa sobre hechos pasados, el mercado digital avanza a una velocidad exponencial. La discusión regulatoria en Chile, aunque presente, parece ir un paso por detrás. Iniciativas como el proyecto para auditar algoritmos de Inteligencia Artificial en el sector público demuestran una preocupación por la ética y la transparencia tecnológica, pero se enfocan en el aparato estatal, mientras el sector privado redefine las reglas del juego con escasa supervisión proactiva.

La pregunta que queda en el aire es si las herramientas actuales son suficientes para abordar un mercado donde la competencia no se mide solo en precios, sino en control de datos, efectos de red y capacidad de integración con otros servicios.

Las Consecuencias Visibles: Consumidores y Repartidores en la Ecuación

En última instancia, esta reconfiguración del mercado tiene dos grandes protagonistas a menudo olvidados en los titulares económicos: los consumidores y los repartidores.

Para los usuarios, la consolidación puede significar, a largo plazo, menos opciones, comisiones más altas y una dependencia creciente de un puñado de plataformas. La conveniencia inicial de las ofertas agresivas podría dar paso a un mercado con barreras de entrada casi infranqueables para nuevos competidores.

Para los "socios repartidores", la precariedad laboral sigue siendo la norma. La intensa competencia por el dominio del mercado se financia, en parte, con un modelo de negocio que clasifica a los trabajadores como contratistas independientes, eludiendo las responsabilidades y costos asociados a un contrato de trabajo tradicional.

Un Debate Abierto

El pacto que investiga la FNE es solo la punta del iceberg. La verdadera "guerra del delivery" no es por quién entrega más rápido una hamburguesa, sino por quién construye el ecosistema digital más dominante. El caso sigue abierto, pero sus implicancias ya son visibles. Ha forzado a Chile a mirarse al espejo y preguntarse qué tipo de economía digital quiere construir: una basada en la competencia real y la protección del ciudadano, o una donde la conveniencia inmediata oculte los costos de una concentración de poder sin precedentes. La respuesta aún está por escribirse.

La historia expone los mecanismos ocultos de la economía digital y su impacto directo en la vida de los consumidores. Permite analizar la tensión entre la innovación corporativa, la libre competencia y la protección de los derechos ciudadanos, mostrando la evolución de un caso desde la acusación inicial hasta un complejo debate sobre el poder de las plataformas tecnológicas y el rol del Estado como ente regulador. El tema ha madurado lo suficiente para ofrecer un análisis con múltiples perspectivas y consecuencias visibles.