La Diplomacia en la Balanza: El Giro de Chile frente a Gaza y sus Repercusiones a Dos Meses del Anuncio

La Diplomacia en la Balanza: El Giro de Chile frente a Gaza y sus Repercusiones a Dos Meses del Anuncio
2025-07-26
  • Un gesto diplomático del gobierno de Boric, que incluyó el retiro de agregados militares y duras condenas a Israel, generó un terremoto político interno.
  • La decisión expuso una profunda fractura entre una política exterior basada en principios de DD.HH. y una visión pragmática que prioriza las alianzas estratégicas.
  • A más de dos meses, las consecuencias persisten: una relación tensionada con Israel y advertencias desde EE.UU., y un debate nacional sobre el rumbo internacional de Chile.

El Eco Persistente de un Giro Diplomático

Han pasado más de sesenta días desde que el Presidente Gabriel Boric, en su Cuenta Pública del 1 de junio, endureciera drásticamente la postura de Chile frente a la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza. El impacto inicial de calificar las acciones del gobierno de Benjamín Netanyahu como "genocidas" y constitutivas de una "limpieza étnica" ha decantado, pero sus repercusiones continúan moldeando el debate político nacional y redefiniendo las alianzas internacionales del país. Lo que comenzó como un gesto diplomático se ha consolidado como una de las decisiones más significativas y divisorias de la actual administración en materia exterior.

La cronología del giro fue clara y escalonada. A fines de mayo, la Cancillería ordenó el retiro de los agregados militares de la embajada en Tel Aviv, una señal que anticipaba un endurecimiento. El clímax llegó en el discurso ante el Congreso Pleno, donde el Mandatario no solo usó un lenguaje de condena inédito, sino que anunció medidas concretas: un embargo a la compra de armas a Israel, la urgencia a un proyecto de ley para prohibir la importación de productos desde asentamientos ilegales y un plan estratégico para diversificar los proveedores de Defensa, con el objetivo explícito de disminuir la dependencia de la industria militar israelí.

Las Fracturas Internas: Principios vs. Pragmatismo

La decisión presidencial expuso de inmediato las tensiones latentes dentro del propio oficialismo y la profunda brecha con la oposición. Para el gobierno, la postura se fundamenta en una política exterior basada en principios y la defensa irrestricta de los derechos humanos, un pilar central de su identidad política. Sin embargo, este frente no fue monolítico. Mientras figuras del Partido Comunista, como la ministra Jeannette Jara, habían abogado por una ruptura total de relaciones, voces del Socialismo Democrático, como la ministra del Interior Carolina Tohá, se mostraron más cautas, calificando dicha medida como un "instrumento no efectivo". La decisión final de Boric representó un punto intermedio: una condena moral y acciones tangibles sin llegar al quiebre diplomático total.

Desde la vereda opuesta, la reacción fue de rechazo absoluto. El Partido Republicano, a través de su presidente Arturo Squella, acusó al gobierno de actuar por "cercanía ideológica" y de importar un conflicto ajeno, en desmedro de los problemas internos del país. La crítica de la derecha se centró en el abandono de una supuesta política exterior de Estado, tradicionalmente pragmática y orientada a proteger los intereses estratégicos de Chile, independientemente de las afinidades ideológicas del gobierno de turno.

La Comunidad Afectada y los Ecos Internacionales

El impacto de la decisión trascendió los círculos políticos. La Comunidad Judía en Chile manifestó sentirse directamente afectada y vulnerada, calificando la postura del Ejecutivo como "ideología disfrazada de diplomacia". En sus declaraciones, expresaron su preocupación por el debilitamiento de la cooperación con Israel en áreas clave como ciberseguridad, tecnología y lucha contra el crimen organizado, y lamentaron que la decisión los dejaba en una posición de mayor exposición.

Las ondas expansivas no tardaron en llegar al extranjero. Desde Estados Unidos, el senador republicano Jim Risch, miembro de alto rango del Comité de Relaciones Exteriores, calificó la medida de "decepcionante y miope", y lanzó una advertencia directa sobre el posible "impacto negativo en las relaciones entre Estados Unidos y Chile". La respuesta desde Tel Aviv fue igualmente contundente. El embajador israelí, Gil Artzyeli, afirmó que las medidas no afectarían a su país y que "el único perjudicado será Chile", desestimando de plano las acusaciones de genocidio.

Un Debate Abierto sobre la Brújula de Chile

La intensidad de esta controversia en Chile no es un hecho aislado. El país alberga la comunidad palestina más grande fuera del mundo árabe, un factor demográfico y político de larga data que ha sensibilizado a la sociedad y a su clase política respecto al conflicto. La postura del gobierno de Boric se inscribe en esa historia, pero la ha llevado a un nuevo nivel de visibilidad y confrontación diplomática.

A más de dos meses, el debate está lejos de concluir. Las medidas anunciadas, como la diversificación de proveedores de Defensa, son proyectos a largo plazo cuyo éxito y costo aún están por evaluarse. Lo que resulta innegable es que la "brújula" de la política exterior chilena ha sido objeto de un intenso reajuste. La tensión entre una diplomacia de principios y una de Estado pragmática se ha consolidado como una de las fracturas centrales del Chile contemporáneo, una que promete seguir definiendo alianzas, discursos y campañas en el futuro previsible.

La historia documenta un punto de inflexión en la política exterior de una nación, permitiendo un análisis profundo de sus consecuencias diplomáticas, tanto a nivel nacional como internacional. El evento desató un debate multifacético que involucra a diversos actores políticos, representantes diplomáticos y la sociedad civil, ofreciendo un rico espectro de perspectivas. El tiempo transcurrido ha permitido que las repercusiones políticas y sociales de la decisión sean claramente visibles, posibilitando un análisis exhaustivo de causa y efecto que trasciende el ciclo noticioso inmediato y explora cómo un conflicto geopolítico distante puede catalizar la polarización interna.