El Contrato de la Fuga Espectacular: Cómo la cacería de Martín de los Santos proyecta el futuro de la justicia de clase y la soberanía mediática

El Contrato de la Fuga Espectacular: Cómo la cacería de Martín de los Santos proyecta el futuro de la justicia de clase y la soberanía mediática
2025-07-27
  • El caso de los Santos no es un crimen aislado, sino una señal del futuro de la justicia en la era de la vigilancia digital.
  • La impunidad silenciosa del privilegio se enfrenta a un nuevo adversario: la viralización mediática y la presión de una ciudadanía conectada.
  • Se abren escenarios futuros donde la justicia se transforma en espectáculo, se erosiona la evasión de élite y se cuestiona la soberanía judicial del Estado.

El detonante: más que un crimen, un símbolo

La brutal agresión de Martín de los Santos a un conserje de 70 años en mayo de 2025, su posterior fuga y sus provocaciones en redes sociales no constituyen simplemente la crónica de un delito. Este caso se ha transformado en un catalizador cultural, un punto de inflexión que condensa tensiones sociales latentes y proyecta con inusitada claridad los posibles futuros de la justicia, el poder y la impunidad en Chile. Lo que comenzó como un acto de violencia individual, maduró en semanas hasta convertirse en un fenómeno que obliga a analizar las estructuras que lo permitieron y las nuevas fuerzas que lo confrontaron.

Escenario 1: El Ocaso de la Impunidad Silenciosa y el Panóptico Digital

Históricamente, la impunidad de ciertos sectores privilegiados se ha sostenido en la discreción, la lentitud de los procesos judiciales y la desconexión entre el sistema legal y el escrutinio público. El caso de los Santos evidencia la erosión terminal de este modelo. Paradójicamente, fue el propio imputado quien aceleró su caída al usar las redes sociales para construir una narrativa de intocabilidad. Cada publicación, lejos de afirmar su poder, se convirtió en una baliza para su persecución y en combustible para la indignación pública.

Este fenómeno proyecta un futuro donde el “panóptico digital” —una vigilancia descentralizada y constante ejercida por la ciudadanía a través de la tecnología— actúa como un contrapeso fáctico a la justicia formal. La capacidad de grabar, difundir y viralizar actos de abuso reduce drásticamente el espacio para la impunidad silenciosa. Una tendencia dominante será la creciente dificultad para que figuras de alto perfil evadan las consecuencias de sus actos, al menos cuando estos son capturados por la cámara de un celular. El riesgo latente, sin embargo, es la delgada línea que separa la vigilancia ciudadana del vigilantismo digital, donde la condena pública precede y presiona al veredicto judicial, poniendo en jaque las garantías del debido proceso.

Escenario 2: La Justicia como Espectáculo y la Soberanía Mediática

El relato del caso se construyó rápidamente sobre un arquetipo poderoso: el joven privilegiado y violento contra el trabajador anciano y vulnerable. Esta narrativa, amplificada hasta la saturación por medios de comunicación y redes sociales, generó una presión social que parece haber influido directamente en las decisiones judiciales, escalando las medidas cautelares de un simple arraigo a una orden de prisión preventiva con captura internacional.

Esto señala un futuro donde la soberanía mediática —la capacidad de los medios y las plataformas digitales para fijar la agenda y el marco moral de un debate— compite e incluso subordina a la soberanía judicial. Los tribunales del futuro podrían verse cada vez más compelidos a actuar no solo en base a la evidencia y la ley, sino en respuesta a la temperatura del clamor popular. En este escenario, el “privilegiado” como villano público se consolida como un producto de alto engagement, rentable para las plataformas y funcional para canalizar el descontento social. La consecuencia a largo plazo es una posible trivialización de la justicia, convertida en un espectáculo con héroes y villanos predefinidos, donde la complejidad de los hechos se sacrifica en el altar de la narrativa viral.

Escenario 3: Las Grietas de la Soberanía Estatal y el Desafío Global

La facilidad inicial con la que de los Santos burló un arraigo nacional expuso las grietas en los sistemas de control fronterizo y de información del Estado. La posterior necesidad de activar una compleja red de cooperación internacional, involucrando a la PDI, Interpol y la policía brasileña, subraya una realidad ineludible: la globalización de la fuga desafía la capacidad de respuesta de un Estado-nación por sí solo.

Este punto de inflexión abre dos futuros posibles. Un escenario optimista apunta hacia una modernización forzada de las instituciones, con una mayor inversión en tecnología para el cruce de datos en tiempo real y la creación de protocolos de cooperación internacional más ágiles y eficientes. Un escenario más pesimista revela que, para quienes poseen los recursos económicos y las redes, las fronteras siguen siendo porosas. La extradición, como lo demuestran casos pasados, puede convertirse en un laberinto burocrático, largo y costoso, que no siempre garantiza que la justicia se concrete en territorio nacional. La fuga de de los Santos es un recordatorio de que la soberanía ya no se defiende solo en las fronteras físicas, sino en la robustez de sus sistemas digitales y en la solidez de sus alianzas diplomáticas.

Síntesis: La Metamorfosis del Privilegio

El caso de los Santos no anuncia el fin del privilegio, sino su profunda metamorfosis. La impunidad ya no podrá operar en el silencio y la opacidad; deberá volverse más sofisticada o arriesgarse a ser demolida por la fuerza del espectáculo público. La pregunta fundamental que este episodio nos lega no es si la justicia será, finalmente, igual para todos, sino qué forma tomará esa igualdad.

¿Será una igualdad construida sobre el fortalecimiento del Estado de derecho, la modernización institucional y la aplicación imparcial de la ley? ¿O será una igualdad precaria, impulsada por la volatilidad del juicio mediático y la presión de la turba digital? La tecnología ha entregado a la ciudadanía un poder de fiscalización sin precedentes, pero ese poder, desprovisto de la templanza y las garantías que definen a la justicia, amenaza con crear sus propias formas de arbitrariedad. El futuro de la justicia en Chile dependerá de cómo la sociedad y sus instituciones procesen esta nueva y compleja dinámica de poder.

La historia presenta una narrativa completa con un arco de desarrollo claro —crimen, fuga, captura y consecuencias— que ha madurado a lo largo de varias semanas. Este desarrollo permite un análisis profundo de sus efectos visibles, como la evolución de la percepción pública y el debate mediático. El tema suscita una reflexión crítica sobre estructuras sociales fundamentales como la justicia de clase, la impunidad y el poder de la opinión pública en la era digital, ofreciendo un caso de estudio sobre la transformación de un suceso en un símbolo cultural.