La derecha define su hegemonía a costa de su unidad electoral:La disputa entre Evelyn Matthei y José Antonio Kast reconfigura el escenario presidencial y amenaza la viabilidad de un futuro gobierno del sector.

La derecha define su hegemonía a costa de su unidad electoral:La disputa entre Evelyn Matthei y José Antonio Kast reconfigura el escenario presidencial y amenaza la viabilidad de un futuro gobierno del sector.
2025-07-29

- La rivalidad entre Kast y Matthei escaló a un conflicto abierto, con acusaciones de “campañas sucias” que fracturaron la relación.

- Las encuestas reflejan la tensión: Kast sube en primera vuelta, pero Matthei aparece como más competitiva en un eventual balotaje.

- La disputa por el liderazgo ha paralizado las negociaciones para una lista parlamentaria única, poniendo en riesgo la gobernabilidad futura.

A más de dos meses de que la tensión entre Evelyn Matthei y José Antonio Kast detonara en una crisis pública, lo que comenzó como una escaramuza electoral se ha consolidado como una fractura expuesta en la derecha chilena. La disputa ya no es solo por quién liderará la oposición, sino por la hegemonía de dos proyectos políticos distintos que compiten por el mismo electorado. Esta “guerra de los primos” ha reconfigurado las encuestas, envenenado las negociaciones parlamentarias y sembrado una duda estratégica fundamental: ¿podrá el sector unirse para ganar la presidencia, o su división interna le entregará la victoria al oficialismo?

Anatomía de un Quiebre: De la “Campaña Asquerosa” al “Matonaje”

El punto de inflexión ocurrió a fines de julio. Evelyn Matthei, candidata de Chile Vamos, denunció públicamente una “campaña asquerosa” en su contra, orquestada desde las filas del Partido Republicano. La acusación apuntaba a la difusión coordinada de desinformación en redes sociales, incluyendo videos editados para sugerir que padecía problemas de salud. “Me han tratado como enemiga, me han tratado de destruir”, declaró Matthei en Radio Infinita, elevando el tono días después al calificar a los responsables como un “grupo de matones”.

La candidata de la UDI fue más allá, sentenciando que es “difícil aliarse con quien sonríe en la foto y te acuchilla por la espalda”, poniendo en duda su apoyo a Kast en un eventual balotaje. Esta ofensiva fue respaldada por figuras de su sector, como el alcalde de Ñuñoa y excandidato presidencial, Sebastián Sichel, quien validó las acusaciones: “Lo viví en mi candidatura, lo que hace (el mundo de Kast) es destrozar la imagen personal y humana”.

La respuesta de José Antonio Kast fue desviar el foco. En lugar de abordar directamente las tácticas de sus adherentes, apuntó al adversario común: “Aquí los únicos matones son los que están en el Gobierno”. Aunque aseguró que apoyaría a cualquier candidato de oposición en segunda vuelta, su defensa no calmó las aguas. Para el comando de Matthei, la respuesta fue una evasiva que confirmaba un patrón de conducta que consideran inaceptable en democracia.

El Campo de Batalla Electoral y Parlamentario

Las consecuencias de esta guerra no se hicieron esperar. La encuesta Cadem de fines de julio mostró por primera vez a Kast superando a Matthei en intención de voto para la primera vuelta (30% vs 27% de Jeannette Jara, con Matthei en tercer lugar). Sin embargo, otros sondeos, como el de La Cosa Nostra (LCN), revelaron una paradoja estratégica: aunque Kast ganaba terreno, Matthei emergía como la candidata “menos peligrosa” y, por tanto, con mayores probabilidades de derrotar a la carta oficialista, Jeannette Jara, en una segunda vuelta.

Este escenario ha generado un dilema existencial para el sector. ¿Apoyar al candidato con más fuerza en la base dura, a riesgo de no capturar el centro, o a la candidata con mayor potencial de triunfo final, aunque su liderazgo sea disputado?

La fractura se ha extendido al plano legislativo. Según reportó La Tercera, las negociaciones para un pacto por omisión en el Senado y una lista parlamentaria única se han “enredado” peligrosamente. La desconfianza mutua complica la posibilidad de ceder cupos, lo que podría resultar en dos listas compitiendo entre sí, dividiendo el voto y arriesgando una mayoría en el Congreso que sería vital para la gobernabilidad de un eventual presidente de derecha.

Las Voces de la Experiencia y el Futuro Incierto

Figuras históricas del sector observan la contienda con preocupación. El exministro y expresidente de la UDI, Pablo Longueira, hizo un llamado a la cordura, advirtiendo que “lo que no puede ir incubando esta competencia, entre las dos derechas, es odio”. Para Longueira, la derecha no ha hecho méritos propios para estar en posición de ganar, sino que se beneficia de un “pésimo Gobierno”, una ventaja que podrían dilapidar por sus pugnas internas.

El conflicto, por tanto, ha dejado de ser una simple competencia. Se ha transformado en una lucha por el alma de la derecha chilena, enfrentando un proyecto de corte más tradicional y de pactos (Chile Vamos) contra uno de ruptura y de principios intransables (Republicanos). A pocos meses de la elección, la pregunta ya no es si habrá un ganador en esta disputa interna, sino si el costo de esa victoria no será, irónicamente, la derrota de todo el sector en la elección presidencial.

La historia revela la evolución de una rivalidad política latente hacia un conflicto abierto, cuyas consecuencias estratégicas y electorales son ahora plenamente visibles. Permite analizar las profundas divisiones ideológicas y de poder dentro de un sector político clave, mostrando cómo las tensiones personales y las distintas visiones de futuro pueden fracturar alianzas y reconfigurar el panorama electoral. El tema ha madurado lo suficiente para trascender la cronología de declaraciones y ofrecer un análisis de fondo sobre las identidades, liderazgos y el dilema existencial que enfrenta un movimiento político en una encrucijada histórica.