La Jaula se Expande: Tras la caída de "Fito", Latinoamérica no debate sobre seguridad, sino que elige el tamaño de su propia prisión

La Jaula se Expande: Tras la caída de
2025-07-30
  • La captura de "Fito" no es un fin, sino el punto de partida de un dilema continental.
  • Dos futuros compiten: la cárcel-espectáculo del modelo Bukele versus la lenta y difícil reconstrucción institucional.
  • La elección definirá si la región combate al crimen o si el Estado mismo adopta sus métodos.

La recaptura y extradición de Adolfo Macías, alias "Fito", no cierra un capítulo en la lucha de Ecuador contra el narco. Lo abre para toda Latinoamérica. La imagen del líder de Los Choneros, sometido y enviado a una corte estadounidense, es un potente símbolo político. Pero detrás del espectáculo se esconde una decisión fundamental que la región ya no puede posponer. El "modelo Bukele", con sus megacárceles y la suspensión de garantías, dejó de ser una excentricidad centroamericana para convertirse en la oferta más atractiva del menú político continental. La caída de "Fito" acelera esta disyuntiva: ¿es la jaula televisada una solución real o el prólogo de una violencia más profunda y estatalizada?

La elección no es simple. Se bifurca en dos caminos radicalmente distintos que definirán la próxima década.

Escenario 1: El Futuro de la Mano Dura

Este es el camino de la gratificación instantánea. Impulsados por una ciudadanía aterrorizada y harta, más gobiernos adoptan políticas de seguridad basadas en el espectáculo y el encarcelamiento masivo. Las leyes se flexibilizan para permitir detenciones sin debido proceso y los estados de excepción se vuelven permanentes. La popularidad de los líderes que siguen esta ruta se dispara. Las encuestas aplauden.

Las consecuencias a corto plazo son visibles. Ciertas formas de crimen callejero disminuyen. La percepción de seguridad mejora. Pero el costo es alto. Las cárceles, como el Módulo 8 del CECOT en El Salvador, se convierten en agujeros negros de derechos humanos y caldos de cultivo para una radicalización más sofisticada. La violencia no desaparece, muta. Se vuelve más organizada dentro de las prisiones y, fuera de ellas, el Estado asume el monopolio de la violencia sin contrapesos. La extradición de figuras como "Fito" se usa como trofeo, pero es una admisión de fracaso: la incapacidad de los sistemas de justicia locales para procesar a sus propios criminales. El sistema judicial, debilitado, corre el riesgo de convertirse en una herramienta de persecución política, donde la línea entre delincuente y opositor se desdibuja.

Escenario 2: El Futuro de la Justicia Lenta

Este es el camino difícil, el que no genera titulares inmediatos. Un grupo de países rechaza el atajo autoritario y apuesta por la reconstrucción de sus instituciones. El foco se traslada de la captura de capos a la desarticulación de las redes financieras que sostienen al crimen organizado. La inversión se dirige a fortalecer la independencia judicial, depurar las fuerzas policiales corruptas y mejorar la capacidad de inteligencia.

Los resultados son lentos y poco espectaculares. Los índices de criminalidad no caen de la noche a la mañana. Los gobiernos que eligen esta vía enfrentan la impaciencia de la opinión pública y la crítica de sus oponentes, que los acusan de blandos. Sin embargo, este camino construye cimientos sólidos. En lugar de externalizar la justicia a Estados Unidos, se fortalece la soberanía judicial. Se atacan las causas estructurales del crimen —corrupción estatal y lavado de dinero— en lugar de solo sus síntomas más visibles. El riesgo es inmenso: un solo evento de alto impacto, como una masacre similar a las de Sinaloa o un crimen mediático como el del "Rey de Meiggs" en Chile, puede aniquilar la paciencia ciudadana y forzar un giro hacia la mano dura.

El Punto de Inflexión

Latinoamérica se encuentra en un punto de inflexión. La caída de "Fito" no eliminó a Los Choneros, así como la caída del "Chapo" no terminó con el Cártel de Sinaloa; solo desató una guerra interna más sangrienta. La estructura del crimen transnacional es resiliente y se adapta.

La verdadera pregunta no es si el modelo Bukele "funciona" para reducir ciertos delitos. La pregunta es a qué costo. La evidencia sugiere que el precio es la propia democracia. La elección que enfrentan los países de la región no es entre orden y desorden. Es entre una justicia imperfecta pero perfectible y un orden autoritario que, una vez instalado, es casi imposible de revertir. La jaula en la que fue exhibido "Fito" es un espejo. Lo que los latinoamericanos deben decidir es si quieren estar del lado de los que la miran o si están dispuestos a construir una sociedad donde esa jaula no sea la única opción.

La historia se selecciona porque la captura de una figura criminal transnacional marca un punto de inflexión crítico, forzando una reevaluación continental de las estrategias de seguridad. El tema trasciende el evento inmediato para explorar la profunda tensión entre el estado de derecho y la demanda popular de orden a cualquier costo, examinando las consecuencias a largo plazo de adoptar modelos de seguridad autoritarios en democracias frágiles. El arco narrativo —desde el ascenso del criminal hasta su captura— proporciona un caso de estudio completo para analizar el futuro de la justicia, la soberanía estatal y los derechos humanos frente a la evolución del crimen organizado.