El viaje a Gaza terminó en un aeropuerto: Lo que queda del activismo de Greta Thunberg tras chocar con el bloqueo israelí

El viaje a Gaza terminó en un aeropuerto: Lo que queda del activismo de Greta Thunberg tras chocar con el bloqueo israelí
2025-07-30

- Una misión humanitaria con una carga simbólica fue interceptada por la marina israelí, que la calificó de "provocación mediática".

- El episodio reavivó el debate sobre la legalidad del bloqueo a Gaza y los límites del activismo de celebridades en zonas de conflicto.

- Tras la deportación de los activistas, la crisis humanitaria en la Franja de Gaza persiste, sin cambios sustanciales en el terreno.

La calma después de la tormenta mediática

Han pasado más de dos meses desde que el velero Madleen, con la activista climática Greta Thunberg a bordo, fue interceptado por la marina israelí en su intento por alcanzar la costa de Gaza. Las imágenes de los activistas con las manos en alto y los posteriores comunicados cruzados entre la Flotilla de la Libertad y el gobierno de Israel coparon los titulares internacionales por unos días. Hoy, con los protagonistas deportados y el barco confiscado, el silencio mediático permite analizar con mayor distancia qué dejó realmente este episodio: una colisión frontal entre el activismo global, la soberanía militar y una crisis humanitaria que el mundo parece observar con intermitencia.

El viaje del Madleen no es un hecho aislado, sino el capítulo más reciente de una saga de intentos por romper el bloqueo que Israel mantiene sobre la Franja de Gaza desde 2007. Lo que lo hizo distinto fue, sin duda, la presencia de Thunberg, un ícono global cuyo capital simbólico fue puesto a prueba en uno de los conflictos más polarizantes del planeta.

Dos narrativas en un mismo mar

La historia del Madleen se puede contar desde dos perspectivas irreconciliables que se disputaron la atención mundial.

La perspectiva de los activistas: Para la Coalición de la Flotilla de la Libertad (FFC), la misión era un acto de desobediencia civil no violento. El barco, que zarpó de Italia el 1 de junio, transportaba una cantidad simbólica de ayuda —arroz y fórmula para bebés—, pero su carga principal era un mensaje político: denunciar la ilegalidad del bloqueo marítimo y la catastrófica situación humanitaria en Gaza, que el jefe de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, describió como una elección entre "morir de hambre o arriesgarse a ser asesinados". En sus comunicados, los activistas denunciaron haber sido "secuestrados en aguas internacionales", calificando la acción israelí como un "crimen de guerra" contra una embarcación civil y desarmada.

La perspectiva israelí: El gobierno de Israel presentó una narrativa completamente opuesta. Desde antes de la intercepción, el Ministro de Defensa, Israel Katz, había calificado la misión como la "flotilla del odio" y ordenado a sus fuerzas impedir su llegada. Tras la operación, el Ministerio de Relaciones Exteriores desestimó la iniciativa como un "yate de selfies" y una "provocación mediática" orquestada por "celebridades" en busca de publicidad. La postura oficial sostiene que el bloqueo es una medida de seguridad legal y necesaria para impedir que Hamás reciba armamento. La ayuda, insistieron, se canaliza a través de "canales humanitarios reales", presentando la flotilla como un espectáculo inútil y peligroso.

El eco del Mavi Marmara y los límites del activismo

Quienes siguen el conflicto palestino-israelí no pudieron evitar recordar el trágico precedente de 2010, cuando comandos israelíes abordaron el barco Mavi Marmara, resultando en la muerte de diez activistas. Ese evento marcó un punto de inflexión y demostró la determinación de Israel para mantener el bloqueo por la fuerza. La intercepción del Madleen, aunque sin la violencia de su predecesor, confirma la consistencia de esta política.

La presencia de Greta Thunberg amplificó el evento, pero también lo expuso a nuevas líneas de ataque. Figuras como el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprovecharon para ridiculizarla, recomendándole un "curso de control de la ira". Esto desvió parte del debate desde la crisis en Gaza hacia la figura de la propia activista, cuestionando la pertinencia de su participación. El episodio plantea una pregunta incómoda para el activismo global: ¿es suficiente el poder de una celebridad para influir en un conflicto donde las lógicas de la seguridad nacional y la geopolítica anulan casi cualquier otra consideración?

Desenlace: Deportación y un debate sin cerrar

El viaje del Madleen culminó el 9 de junio en el puerto israelí de Ashdod. Los doce activistas de diversas nacionalidades fueron detenidos. Al día siguiente, Thunberg y otros tres tripulantes aceptaron la deportación y abandonaron Israel. Ocho de sus compañeros se negaron a firmar los documentos, iniciando un proceso legal desde su detención, representados por la organización de derechos humanos Adalah, que insiste en la ilegalidad de su detención en aguas internacionales.

Una vez que los aviones despegaron y la noticia se desvaneció, la realidad en Gaza permaneció inalterada. El bloqueo sigue vigente y la ayuda humanitaria continúa siendo insuficiente. El Madleen no logró su objetivo práctico, pero sí evidenció las profundas fracturas del sistema internacional: la incapacidad de las organizaciones globales para forzar una solución, la primacía de la fuerza militar sobre el derecho internacional humanitario y la naturaleza performativa de gran parte del activismo contemporáneo.

El tema, por tanto, no está cerrado. Simplemente ha vuelto a su estado latente, a la espera del próximo titular que logre, por un instante, romper el bloqueo de la indiferencia.

La historia presenta una narrativa completa con un principio, un clímax y consecuencias visibles, permitiendo un análisis profundo sobre la efectividad del activismo internacional en conflictos geopolíticos complejos. La participación de una figura de alto perfil global ofrece una lente para examinar la intersección entre la fama, la diplomacia y el derecho internacional, generando una reflexión que trasciende la cronología de los hechos.