El Fugitivo como Influencer: La justicia se convierte en contenido y la impunidad en una marca personal

El Fugitivo como Influencer: La justicia se convierte en contenido y la impunidad en una marca personal
2025-07-30
  • El delito se transforma en espectáculo mediático, donde el fugitivo dirige su propia narrativa.
  • La clase social y el capital mediático se revelan como herramientas para desafiar al sistema judicial.
  • El caso establece un precedente para la "justicia en streaming", forzando al Estado a adaptar sus mecanismos de persecución transnacional.

El caso de Martín de los Santos no es la crónica de una agresión y una fuga. Es el guion de un fenómeno emergente: la transformación del proceso judicial en contenido mediático y del fugitivo en un "influencer" de su propia causa. La brutal golpiza a un conserje de 70 años fue solo el punto de partida. Lo que siguió fue una calculada performance de desafío y victimización que puso a prueba las fronteras de la justicia, la impunidad y el espectáculo en la era digital.

Fase 1: La Performance de la Impunidad

Tras la agresión, la estrategia de De los Santos no fue la del fugitivo tradicional que busca el anonimato. Fue todo lo contrario. Se expuso. Su participación telemática en la audiencia judicial, tomando mate y fumando, no fue un descuido, sino una declaración. Su interpelación directa a la jueza, acusándola de montar un “show mediático”, fue una inversión de roles: el acusado se posicionaba como fiscal de un sistema que consideraba ilegítimo.

Este comportamiento, amplificado por sus propias redes sociales, buscaba construir una narrativa de impunidad activa. No se trataba de simplemente escapar de la ley, sino de demostrar públicamente que podía operar por encima de ella. Su escape a Brasil no fue un repliegue, sino la internacionalización de su escenario. Cada publicación, cada mensaje insinuando su ubicación, era un acto calculado para mantener el control del relato y convertir su fuga en un reality show seguido por miles.

Fase 2: La Institucionalidad Responde: La Caza Transnacional

La performance de De los Santos chocó con la maquinaria del Estado. Aunque inicialmente lenta, la respuesta institucional se adaptó al desafío. La renuncia de su primer abogado por “diferencias irreconciliables” fue la primera grieta en su fachada de control. La negativa del tribunal a permitirle designar una nueva defensa a distancia fue un mensaje claro: las reglas del sistema no se negocian por Zoom.

La activación de la alerta roja de Interpol y la cooperación con la policía brasileña marcaron el fin del espectáculo digital y el comienzo de la realidad procesal. Su captura en Cuiabá demostró que, si bien un individuo puede dominar el ciclo noticioso por un tiempo, la cooperación entre Estados es una fuerza tangible y efectiva. El sistema judicial, a su propio ritmo, demostró tener la capacidad de cruzar fronteras físicas y digitales para hacer cumplir sus mandatos. La caza transnacional no fue solo una operación policial, sino la reafirmación de la autoridad estatal frente al desafío individualista.

Fase 3: Futuros de la Justicia Mediatizada

El arresto de De los Santos no cierra el caso; abre la puerta a tres escenarios futuros que definirán la relación entre justicia, medios y privilegio en Chile.

  • Escenario 1: La Normalización del “Litigante-Influencer”. El caso De los Santos podría convertirse en un modelo a seguir. Veremos a más acusados de alto perfil utilizando las redes sociales no solo para defenderse, sino para atacar la legitimidad de los tribunales, construir una base de seguidores y transformar su proceso legal en una causa pública. Esto obligará al Poder Judicial y a la Fiscalía a desarrollar nuevas estrategias de comunicación para contrarrestar la desinformación y mantener la seriedad del proceso en medio del ruido mediático.
  • Escenario 2: El Reforzamiento de la Cooperación y la Celeridad Judicial. La fuga a Brasil y la posterior extradición podrían acelerar la modernización de los tratados internacionales. El caso expone la necesidad de mecanismos más ágiles para la detención y entrega de fugitivos, especialmente cuando estos utilizan su escape como una herramienta de propaganda. La "doctrina De los Santos" podría significar un endurecimiento de las medidas cautelares en casos con imputados de alto patrimonio y capacidad de movimiento internacional.
  • Escenario 3: La Tensión entre el Espectáculo y la Dignidad de la Víctima. El futuro presenta un desafío ético fundamental. Mientras la atención se centraba en las bravuconadas del fugitivo, la realidad de Guillermo Oyarzún —un hombre mayor con secuelas físicas y psicológicas permanentes— corría el riesgo de quedar en segundo plano. El gran reto para los medios y la sociedad será cómo cubrir estos casos sin glorificar al perpetrador y revictimizar a quien sufrió el daño. La narrativa futura deberá encontrar un equilibrio entre la crónica del espectáculo y el respeto por la justicia real, esa que busca reparación y no solo clics.

En síntesis, el caso De los Santos es un punto de inflexión. Expone la persistencia de la desigualdad de clase ante la ley, pero también inaugura una nueva era donde la batalla judicial se libra tanto en los tribunales como en las pantallas. El futuro de la justicia dependerá de su capacidad para adaptarse a un mundo donde cada acusado puede intentar ser el director de su propia película.

El caso trasciende el suceso policial para convertirse en un análisis sobre la intersección de la clase social, la justicia y el poder mediático. Su evolución, desde un acto de violencia local hasta una persecución internacional, expone las fracturas en el contrato social, la percepción de impunidad y el rol de la opinión pública como un actor fiscalizador. La narrativa ofrece un arco completo con consecuencias visibles, permitiendo una reflexión profunda sobre los mecanismos del privilegio y los límites de la justicia en la era digital.