El poder en SQM se reordena: Las Cascadas inician su desmantelamiento

El poder en SQM se reordena: Las Cascadas inician su desmantelamiento
2025-07-31
  • Relevo generacional: Julio Ponce Lerou cede el control a su hija Francisca, marcando el fin de una era y el inicio de un nuevo estilo de liderazgo.
  • Simplificación estructural: La histórica y compleja red de seis sociedades "Cascada" se fusionará en solo dos, una demanda histórica de los accionistas minoritarios que busca reducir el castigo bursátil y mejorar la gobernanza.
  • Contexto estratégico: La reestructuración ocurre mientras SQM, el activo principal, avanza en una alianza clave con Codelco, un pacto que redefine el futuro del litio en Chile y exige un socio corporativo más transparente.

El fin de una era y el inicio de otra

Dos meses después de que Julio Ponce Lerou anunciara su retiro del control de las sociedades “Cascada”, el entramado que por décadas le permitió dominar SQM, el ruido mediático ha dado paso a un silencio operativo. Pero bajo esa calma, se está ejecutando una de las transformaciones corporativas más significativas de la historia financiera reciente de Chile. No se trata solo de un cambio de nombre en la testera, sino del desmantelamiento de una estructura que fue sinónimo de complejidad, controversia y poder.

El 5 de junio, Ponce Lerou no solo comunicó su paso al costado, sino que legó “el control y dirección” a su hija, Francisca Ponce Pinochet. Este relevo generacional es el catalizador de todo. Mientras su padre cultivó una imagen de outsider del establishment empresarial, quienes conocen a Francisca la describen con un perfil distinto: formada con un MBA en la Universidad Católica, con experiencia en los directorios del grupo desde 2010 y con un estilo que, según fuentes cercanas, valora el trabajo en equipo y busca integrar el patrimonio familiar al mundo empresarial convencional, no al margen de él.

La arquitectura del desmantelamiento

El anuncio clave, que siguió al relevo, fue la decisión unánime de los directorios de Norte Grande, Oro Blanco, Pampa Calichera, Nitratos de Chile, Potasios de Chile y Global Mining de fusionarse. El plan es reducir esta compleja red de seis sociedades a solo dos: Oro Blanco y Potasios. Para liderar este proceso, a fines de julio se confirmó la contratación del banco de inversión BTG Pactual como asesor financiero, una señal de formalidad y profesionalismo que el mercado ha valorado.

¿Por qué ahora? La simplificación era una demanda histórica de los accionistas minoritarios, pero solo fue posible tras ordenar la casa. Durante años, las sociedades mantuvieron una extensa disputa tributaria con el Servicio de Impuestos Internos (SII) por operaciones realizadas en 2011. A fines de 2024, con gran parte de esos conflictos zanjados —implicando pagos millonarios y rectificaciones de impuestos—, el camino quedó despejado.

Las consecuencias de la simplificación son múltiples y explican el optimismo del mercado, que hizo que las acciones de las sociedades se dispararan tras el anuncio:

  • Reducción del “castigo por holding”: Las acciones de las Cascadas siempre se han transado con un descuento significativo respecto al valor real de su participación en SQM, debido a su complejidad y riesgos de gobernanza. Analistas de BICE Inversiones estimaban que este descuento en Oro Blanco superaba el 60% y tras el anuncio se redujo a cerca del 42%. La simplificación promete acercar el valor bursátil al valor de los activos subyacentes.
  • Eficiencia y gobernanza: La nueva estructura reducirá drásticamente los costos administrativos. Se pasará de 42 directores a 14, con la consiguiente disminución de dietas y gastos asociados. Para los inversionistas, un gobierno corporativo más simple es sinónimo de mayor transparencia.
  • Mayor liquidez: Al concentrar el valor en menos acciones, se espera que estas tengan mayor presencia y liquidez en la bolsa, permitiendo que sus precios reflejen de mejor manera su valor.

Las voces del mercado: De la desconfianza a la celebración vigilante

La reestructuración es una victoria para los accionistas minoritarios. Gestoras como Moneda Asset Management y, en su momento, Bancard (el ex family office de Sebastián Piñera), junto a las AFP, exigieron por décadas esta simplificación. Hoy, fondos como Pionero, ligado a Pablo Echeverría, e inversores institucionales como la familia Solari Donaggio, ven con buenos ojos el proceso, aunque la atención ahora se centra en un punto clave: la relación de canje de las acciones en las fusiones. La forma en que se valoren las distintas sociedades será determinante para asegurar que todos los accionistas reciban un trato justo, un proceso que BTG Pactual deberá supervisar con celo.

Desde la vereda de los analistas, Guillermo Araya, de Renta 4, ha señalado que la simplificación del gobierno corporativo podría “mejorar la percepción sobre la evaluación del mismo”, un activo intangible pero crucial en los mercados modernos.

El telón de fondo: El pacto estratégico por el litio

Esta reorganización interna no puede entenderse sin mirar el panorama general de SQM. La compañía está en medio de la materialización de su alianza público-privada con Codelco para explotar el Salar de Atacama hasta 2060. Este acuerdo, que se espera quede sellado en los próximos meses, es la piedra angular de la Estrategia Nacional del Litio y redefine el futuro de la industria en Chile.

Para Codelco y el Estado, tener como socio a un grupo controlador más simple, transparente y con un liderazgo renovado es, sin duda, un escenario más favorable que el anterior. La reestructuración de las Cascadas puede interpretarse como un movimiento estratégico para alinear la estructura de propiedad de SQM con las exigencias de una nueva era, una donde la colaboración con el Estado y la supervisión internacional —el acuerdo aún requiere la aprobación del regulador antimonopolios de China, donde Tianqi, accionista de SQM, ha mostrado reparos— son fundamentales.

El proceso de desmantelamiento de las Cascadas está en marcha, con un horizonte fijado para 2026. Se cierra así un capítulo definido por la complejidad y la controversia, para abrir uno que busca la simpleza y la legitimidad. El legado de Ponce Lerou no desaparece, se transforma, adaptándose a un nuevo ecosistema donde el poder económico debe dialogar con nuevas reglas de gobernanza y estrategia país.

La historia representa el capítulo final de uno de los esquemas corporativos más complejos y controvertidos de la historia financiera del país. Su reconfiguración actual, marcada por un relevo generacional y la intervención de nuevos actores financieros, permite analizar con perspectiva las transformaciones del poder económico, el gobierno corporativo y el legado de una era. El tema ha madurado lo suficiente para observar las consecuencias de decisiones pasadas y las estrategias futuras, ofreciendo una narrativa completa sobre la evolución del capital y la influencia en un sector estratégico.