El caso Diogo Jota ya no es un accidente: Testigos clave cuestionan la versión oficial de exceso de velocidad

El caso Diogo Jota ya no es un accidente: Testigos clave cuestionan la versión oficial de exceso de velocidad
2025-07-31
  • Lo que comenzó como una tragedia se ha convertido en una compleja investigación sobre la verdad.
  • La versión oficial de exceso de velocidad es directamente contradicha por testigos presenciales.
  • El estado de la carretera y la fiabilidad de los peritajes iniciales están ahora en el centro del debate.

A más de dos meses del fatal accidente que costó la vida al futbolista portugués Diogo Jota y a su hermano André Silva, la narrativa inicial de una tragedia causada por la imprudencia ha comenzado a desmoronarse. Lo que fue presentado como un caso cerrado de exceso de velocidad en una carretera española, hoy es un campo de batalla entre la versión oficial de la Guardia Civil y los testimonios directos de quienes presenciaron los momentos previos al siniestro. El paso del tiempo ha permitido que la historia madure, revelando fisuras en el relato inicial y abriendo un debate más profundo sobre la construcción de la verdad pública.

La Versión Oficial: Crónica de una Imprudencia Anunciada

En la madrugada del 3 de julio de 2025, el mundo del fútbol se conmocionó. El Lamborghini Huracán en el que viajaban los hermanos se salió de la autovía A-52, en Zamora, España, incendiándose casi por completo. La primera información, difundida por la Guardia Civil y replicada masivamente por medios internacionales como la BBC y El Mundo, apuntaba a una causa clara: el reventón de un neumático mientras el vehículo, conducido por Diogo Jota, realizaba un adelantamiento a una velocidad muy superior a los 120 km/h permitidos.

El informe preliminar de la Brigada de Tráfico de Zamora, basado en el análisis de las marcas de frenada en el asfalto, reforzó esta hipótesis. Se habló de un "exceso de velocidad elevado" como factor determinante. Esta versión construyó un relato coherente y fácil de asimilar: un joven deportista de élite, al volante de un superdeportivo, comete una imprudencia fatal. La narrativa se centró en el duelo, el funeral y el recuerdo de dos jóvenes promesas, dando por sentadas las causas del accidente.

La Contranarrativa: Las Voces de la Carretera

Sin embargo, una semana después de la tragedia, comenzaron a surgir voces disonantes que rompieron el consenso. Dos camioneros portugueses, José Aleixo Duarte y José Azevedo, que transitaban por la misma carretera esa noche, ofrecieron una versión radicalmente distinta. Duarte, quien grabó el vehículo en llamas minutos después del impacto, y Azevedo, quien fue adelantado por los hermanos poco antes, coincidieron en un punto crucial: el Lamborghini no iba a exceso de velocidad.

"Me adelantaron con total tranquilidad, sin exceso de velocidad. Iban súper tranquilos", declaró Azevedo en un video que se viralizó, y que fue recogido por medios como La Tercera. Ambos conductores, acostumbrados a esa ruta, desviaron el foco hacia otro posible culpable: el estado de la carretera. "Conduzco por esta carretera todos los días (...) y sé que no sirve para nada. Es oscura", sentenció Azevedo. Este testimonio no solo exculpaba al conductor de la principal acusación, sino que introducía una variable incómoda: la posible responsabilidad de la infraestructura vial.

Las Piezas del Puzle: Velocidad, Asfalto y Verdad

Con dos relatos en abierta contradicción, el caso Diogo Jota se transformó en un puzle con piezas que no encajan.

  • La Velocidad: Por un lado, el peritaje técnico de la Guardia Civil basado en las huellas de los neumáticos. Por otro, el testimonio ocular de dos conductores profesionales que aseguran que la velocidad era moderada. ¿Es más fiable un cálculo forense o la percepción directa de un testigo experimentado?
  • La Carretera: La versión de los camioneros sobre el mal estado de la vía fue parcialmente respaldada por Javier López Delgado, presidente de la Asociación de Auditores de Seguridad Vial, quien señaló posibles defectos en el asfalto y en la barrera de contención. No obstante, la propia Guardia Civil afirmó que el tramo no era considerado un "punto negro" de accidentes. Esto añade otra capa de complejidad, donde la percepción del riesgo y el estado real de la infraestructura entran en conflicto.
  • La Narrativa: La historia ha evolucionado de un drama personal a un caso de estudio sobre la rendición de cuentas. La pregunta ya no es solo qué pasó, sino por qué la primera versión se consolidó tan rápidamente y qué intereses o sesgos pudieron influir en ella.

El caso sigue abierto y bajo investigación judicial. La certeza inicial se ha disuelto en un mar de dudas. La muerte de Diogo Jota y André Silva ya no es solo el relato de un trágico accidente, sino un espejo que nos obliga a cuestionar cómo se construye la verdad, la fiabilidad de las versiones oficiales y el poder de una voz ciudadana para desafiar una narrativa establecida. La respuesta definitiva aún está por escribirse.

El evento ofrece un caso de estudio sobre la construcción y deconstrucción de narrativas públicas tras una tragedia de alto perfil. El paso del tiempo ha permitido la aparición de pruebas y testimonios contradictorios, transformando la historia de un simple informe de accidente en una investigación compleja sobre la verdad y la rendición de cuentas. Esta evolución permite analizar la responsabilidad de los medios, el rol de las versiones oficiales frente a las públicas y cómo una comunidad procesa el duelo y el legado ante la ambigüedad. Encapsula un arco narrativo completo con consecuencias visibles y un debate en curso que merece un examen más profundo más allá de los titulares iniciales.