La Pregunta ya no es Quién lo Secuestró, sino Por Qué
A más de dos meses de que los titulares alertaran sobre el secuestro de Gonzalo Montoya, exalcalde de Macul, la conmoción inicial ha dado paso a un silencio denso y a una serie de preguntas mucho más incómodas. Lo que comenzó como la crónica de un delito violento que confirmaba los temores sobre el avance del crimen organizado en Chile, ha mutado en un caso que expone las frágiles fronteras entre el poder político local, el dinero de origen incierto y las redes delictuales transnacionales. Hoy, Gonzalo Montoya no es solo la víctima de un secuestro; es el epicentro de un enigma que lo sitúa, a la vez, como víctima y potencial imputado.
De la Liberación al Laberinto Judicial: Una Cronología Inversa
Para entender la dimensión actual del caso, es necesario deconstruir la narrativa desde el presente hacia el pasado. Hoy, la investigación del Equipo Contra el Crimen Organizado y Homicidios (ECOH) de la Fiscalía no solo persigue a los captores de Montoya, sino que también indaga en dos aristas que emanan directamente de él:
- Presunta Explotación Sexual: Declaraciones de su círculo cercano, recabadas durante la investigación del secuestro, sugieren que Montoya mantenía vínculos con una red dedicada a la explotación sexual de adolescentes extranjeras. El propio exalcalde, en su llamada de auxilio, habría mencionado la existencia de videos comprometedores. Este hecho, de confirmarse, podría llevarlo a enfrentar cargos por un delito con penas que van de 5 a 15 años de cárcel, transformando radicalmente su rol en la historia.
- Origen del Dinero: El hallazgo de importantes sumas de dinero en efectivo en su domicilio ha abierto una línea investigativa sobre el origen de sus fondos. Para los fiscales, es imperativo determinar si el patrimonio de una exautoridad que manejó recursos públicos por ocho años (2016-2024) tiene una procedencia lícita.
Estos dos elementos resignifican por completo el evento original. El 29 de junio, cuando la PDI logró su liberación en Padre Hurtado tras el pago parcial de un rescate, la noticia fue recibida con alivio y una fuerte condena política transversal. El Presidente Gabriel Boric aseguró que los responsables serían encontrados. Sin embargo, 24 horas después, las revelaciones publicadas por medios como La Tercera sobre la "doble vida" del exmilitante de Comunes, cambiaron el foco. El hombre que fue encontrado con signos de tortura y en estado de shock, se convertía también en un sospechoso.
El Adversario: "Los Mapaches" y el Crimen Organizado como Actor Político
El secuestro no fue un acto improvisado. La detención el 4 de julio de un ciudadano venezolano, identificado como autor material y capturado cuando intentaba huir al sur del país, confirmó las sospechas: detrás del plagio estaba "Los Mapaches", una facción de la megabanda "Tren de Aragua".
El fiscal Héctor Barros, coordinador de ECOH, fue claro al señalar que los implicados eran "los últimos componentes" de una célula criminal con cerca de 15 miembros ya en prisión preventiva por otros secuestros. Esto revela varios puntos críticos:
- Inteligencia y Objetivo: La banda no eligió a su víctima al azar. Tenían información sobre su vulnerabilidad —los presuntos videos— y su aparente acceso a grandes sumas de dinero en efectivo, lo que lo convertía en un blanco ideal para la extorsión.
- Crimen como Empresa: La operación demuestra un alto nivel de organización, desde la captura y el cautiverio hasta la negociación del rescate y los planes de fuga. No es delincuencia común, es una estructura empresarial delictiva operando en territorio nacional.
- Desafío al Estado: Al secuestrar a una figura política, aunque ya no estuviera en ejercicio, la organización envió un mensaje de poder, demostrando su capacidad para infiltrarse en círculos de influencia y desafiar la autoridad del Estado.
Las Perspectivas en Tensión: Un Reflejo de las Contradicciones del Chile Actual
El caso Montoya ha dejado de ser una noticia policial para convertirse en un síntoma social que obliga a confrontar diversas perspectivas, sin que ninguna ofrezca una respuesta sencilla.
- La Visión Judicial: El sistema se enfrenta a un desafío complejo. ¿Cómo se pondera la condición de víctima de un delito violento con la de sospechoso de otro crimen grave? La declaración de Montoya, aún pendiente debido a su estado de salud, es la pieza clave que podría aclarar u oscurecer aún más el panorama.
- La Visión Política: El arco político, que inicialmente cerró filas en la condena, ahora guarda un silencio prudente. El caso toca fibras sensibles: la crisis de seguridad, la inmigración irregular vinculada a bandas criminales y, lo más delicado, la probidad y la corrupción en la política local. Para el oficialismo y la oposición, el caso es un campo minado.
- La Visión Ciudadana: La opinión pública transitó de la empatía a la perplejidad y el juicio. La historia alimenta la desconfianza hacia la clase política y refuerza la percepción de que existen mundos subterráneos donde el poder y el delito coexisten. Se instala un debate sobre la fiscalización de las autoridades y la pérdida de la ejemplaridad pública.
El caso sigue abierto. Mientras la PDI y la Fiscalía buscan a los prófugos de "Los Mapaches", la sociedad espera respuestas a preguntas que van mucho más allá de un simple secuestro. La historia de Gonzalo Montoya se ha convertido en un espejo incómodo que refleja las vulnerabilidades de un país que aún está aprendiendo a lidiar con las nuevas complejidades del crimen y las viejas debilidades del poder.
La historia presenta una notable evolución narrativa, transitando desde un aparente secuestro extorsivo a un caso complejo con aristas que cuestionan el rol de la víctima. Este desarrollo permite un análisis profundo sobre las porosas fronteras entre la política local y el crimen organizado, un tema de alta relevancia social. A más de un mes de los hechos, existen suficientes elementos —detenciones, avances en la investigación y debates públicos— para construir un relato con contexto completo, consecuencias visibles y una narrativa que ha sido reinterpretada con el paso del tiempo, superando la crónica inicial del suceso.