El poder cambia de manos: Cómo la élite económica chilena se reconfigura lejos del ruido político

El poder cambia de manos: Cómo la élite económica chilena se reconfigura lejos del ruido político
2025-08-02
  • Familias tradicionales en retirada o en transición, mientras nuevos actores tecnológicos e institucionales ganan terreno.
  • El capital extranjero no solo invierte, sino que adquiere empresas emblemáticas, redibujando el mapa de la propiedad.
  • Una nueva generación de la élite opera con lógicas globales, mientras los fondos de pensiones se consolidan como accionistas decisivos.

Mientras el debate público de los últimos meses se ha centrado en la contingencia política y las tensiones sociales, una transformación más profunda y silenciosa ha estado ocurriendo en las altas esferas del poder económico chileno. Lejos de los titulares inmediatos, una serie de movimientos estratégicos, ventas de alto perfil y relevos generacionales han comenzado a redibujar el mapa de la propiedad y la influencia en el país. No se trata de un evento aislado, sino de una reconfiguración estructural cuyas consecuencias apenas comienzan a ser visibles.

El Ocaso y la Transición de los Nombres Históricos

El poder de las familias que han dominado la economía chilena durante décadas muestra signos de fatiga y cambio. En los últimos meses, dos casos emblemáticos han sacudido los cimientos de la élite tradicional. Por un lado, el empresario Isidoro Quiroga fue condenado por un tribunal arbitral a pagar una indemnización cercana a los US$ 300 millones al grupo chino Joyvio por la venta de la salmonera Australis, un golpe financiero y reputacional sin precedentes. Por otro, Álvaro Saieh ha continuado vendiendo paquetes accionarios de SMU, la matriz de Unimarc, para hacer frente a sus deudas, diluyendo progresivamente su control sobre el conglomerado que él mismo forjó.

A esta erosión se suma la anunciada disolución del pacto de accionistas de Falabella, que por más de 20 años mantuvo alineadas a las familias Solari, Cúneo y Del Río. Su fin, previsto para julio de 2025, abre la puerta a una nueva dinámica de poder en uno de los retailers más grandes de Latinoamérica, un escenario que ya están aprovechando otros clanes como los Müller y Fürst, quienes han invertido más de US$ 1.000 millones para aumentar su participación, vendiendo para ello sus posiciones en Mallplaza.

En contraste, el Grupo Angelini ofrece un modelo de transición planificada. Una reciente modificación en el pacto social de su sociedad matriz ha consolidado el poder de la tercera generación, que ahora ocupa cinco de los nueve puestos directivos. Es un relevo generacional calculado, que busca preservar el legado y proyectar el poder del grupo a largo plazo, una estrategia que no todos los conglomerados familiares han logrado ejecutar con la misma prolijidad.

Los Nuevos Arquitectos del Capital

Paralelamente a la transformación de la vieja guardia, emergen nuevos actores con modelos de negocio y fuentes de capital distintas. Ya no se trata solo de herencia y conglomerados industriales; el poder económico se diversifica.

Un actor clave en este nuevo escenario son los fondos de pensiones (AFP). Su creciente participación en la propiedad de empresas como SMU, donde tras la salida de Southern Cross se han convertido en accionistas con más del 22%, los transforma en un poder fáctico. Su capacidad para nombrar directores y fiscalizar la gestión plantea una pregunta fundamental: ¿cómo ejercerán esta influencia los administradores de los ahorros de millones de chilenos?

La nueva generación de la élite también juega con otras reglas. Nicolás Ibáñez Jr., desde su base en Nueva York, cerró un fondo de inversión inmobiliaria por un monto récord de US$ 515 millones, atrayendo capital mayoritariamente institucional y norteamericano. Su modelo, globalizado y sofisticado, contrasta con el enfoque tradicionalmente local de las generaciones anteriores. En la misma línea, figuras como Pablo Zamora, cofundador de NotCo, se suman a startups como Serhafen con la ambición de crear una "carretera" logística para el e-commerce latinoamericano, demostrando que el conocimiento y la tecnología son las nuevas materias primas para construir imperios.

Este cambio se refleja también en la fuga de talentos desde la banca tradicional hacia vehículos de inversión más ágiles como los multi-family offices, como lo demuestra el fichaje de exejecutivos de Itaú por parte de AMM Capital para gestionar altos patrimonios.

El Capital Extranjero y el Nuevo Mapa Global

La reconfiguración no es solo interna. El capital extranjero ha pasado de ser un mero inversor a un comprador estratégico de activos chilenos. La venta de la empresa familiar Fleischmann, con 80 años de historia, al gigante español ACS (del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez) es un ejemplo contundente de esta tendencia. No es una alianza, es una absorción que transfiere el control a manos foráneas.

Este fenómeno se extiende a sectores clave como la minería, con el aterrizaje de la mexicana Fresnillo plc en un proyecto de oro y plata junto a SQM. Al mismo tiempo, se abren nuevas rutas para el capital, como lo demuestra la creación de la Cámara Chile-GCC, que busca estrechar lazos con los países del Golfo Pérsico, un claro pivote hacia nuevas fuentes de financiamiento e inversión.

Este flujo de capital es bidireccional. Mientras actores globales ven a Chile como un mercado atractivo para adquirir empresas consolidadas, parte del capital local, como señalaba una carta en el Diario Financiero, mira hacia mercados como Paraguay en busca de mejores condiciones tributarias y regulatorias, evidenciando una desconfianza en el clima de negocios nacional.

Un Debate Pendiente

El tablero del poder económico en Chile está en pleno movimiento. Las piezas se reacomodan, algunas caen y otras nuevas entran con fuerza. Este relevo silencioso, que ocurre mientras la atención ciudadana está en otra parte, plantea interrogantes cruciales que como sociedad aún no hemos abordado. ¿Qué implica para el desarrollo del país que el control de empresas estratégicas pase de familias locales a fondos de inversión internacionales o corporaciones extranjeras? ¿La creciente influencia de las AFP democratiza la economía o crea un nuevo tipo de poder concentrado y sin rostro? ¿Están las nuevas élites, con su visión global y tecnológica, más o menos comprometidas con los desafíos locales?

La historia no está cerrada. Lo que es claro es que el poder económico chileno ha dejado de ser un club exclusivo y predecible. Su futuro es ahora más fragmentado, más globalizado y, sobre todo, más incierto.

La historia revela una transformación estructural del poder económico, un fenómeno de largo plazo que a menudo queda oculto tras el ciclo noticioso inmediato. Permite analizar no solo las transacciones financieras, sino también los cambios generacionales, la creciente influencia del capital extranjero y las nuevas estrategias de la élite, ofreciendo un entendimiento profundo de las fuerzas que moldean el futuro del país más allá de la contingencia política.

Fuentes