El sistema financiero se reordena: La caída de las "factotechs" obliga a Chile a elegir entre innovación sin control y una regulación más estricta

El sistema financiero se reordena: La caída de las
2025-08-03
  • Escándalos como los de Factop y Sartor no fueron hechos aislados, sino síntomas de una debilidad sistémica en el mercado financiero no bancario.
  • La crisis forzó a actores establecidos como Credicorp Capital a asumir millonarias pérdidas, revelando el riesgo de contagio al ecosistema financiero tradicional.
  • Los reguladores, con la CMF a la cabeza, imponen una supervisión más rigurosa, marcando el fin de una era permisiva y el inicio de una nueva etapa de cumplimiento normativo.

La Calma Engañosa: ¿Confianza Restaurada o Riesgo Desplazado?

A mediados de 2025, el mercado financiero chileno presenta una imagen contradictoria. Mientras los inversionistas retail regresan con fuerza a la Bolsa de Santiago, impulsados por una aparente “mayor confianza institucional”, una procesión silenciosa de liquidaciones, reestructuraciones y procesos sancionatorios recorre los pasillos de la llamada banca en la sombra. Hace apenas unos meses, una serie de escándalos en el sector de las "factotechs" y otras entidades financieras no bancarias sacudió los cimientos de la confianza. Hoy, con la distancia que otorga el tiempo, es posible analizar si el sistema realmente se fortaleció o si simplemente el riesgo cambió de dirección.

La pregunta que emerge es ineludible: ¿estamos ante una recuperación genuina de la fe pública en las instituciones o presenciamos una huida de los inversionistas desde un sector desregulado y colapsado hacia la seguridad del mercado formal?

Crónica de un Auge Anunciado: El Vacío que Llenó el Riesgo

El crecimiento explosivo del financiamiento alternativo no fue casual. Durante años, la banca tradicional mantuvo una postura conservadora en sus colocaciones, que llegaron a contraerse un 2,24% interanual en marzo, con una caída del 4,36% en la cartera comercial. Este repliegue dejó un vacío que las empresas de factoring no bancario y otros fondos de inversión privados supieron aprovechar. Para miles de pymes que necesitaban capital de trabajo, estas entidades se convirtieron en una fuente vital de liquidez.

Las cifras validan la magnitud del fenómeno. Según datos de la Asociación de Empresas de Servicios Financieros (EFA), las colocaciones del factoring no bancario crecieron un 15% en 2024, alcanzando los US$832 millones. El flujo de negocios totalizó US$3.910 millones, con el factoring representando casi el 90%. Era un ecosistema en plena ebullición, que prometía agilidad, innovación y rentabilidades atractivas para inversionistas que buscaban alternativas a las bajas tasas de interés.

Sin embargo, este crecimiento acelerado se construyó sobre cimientos frágiles: una supervisión laxa, controles internos deficientes y un gobierno corporativo que, en muchos casos, era más una formalidad que una práctica.

El Derrumbe: Cuando la Innovación Mostró su Lado Oscuro

La seguidilla de escándalos que estalló a fines de 2024 y principios de 2025 —con los casos de Factop y Primus como epicentros— no fue una sorpresa para quienes advertían sobre la falta de regulación. Lo que comenzó como denuncias de facturas falsas y operaciones fraudulentas, rápidamente se transformó en una crisis de confianza que arrastró a múltiples actores.

La caída de Sartor AGF fue una de las consecuencias más visibles. La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) revocó su licencia, forzando un proceso de liquidación y el traspaso de sus fondos a otras administradoras, como Ameris, para proteger a los aportantes. Para julio, los fondos de Sartor aún estaban en proceso de elegir una nueva gestora definitiva, evidenciando la complejidad del desmantelamiento.

El contagio no se detuvo ahí. Grandes nombres del mercado, que habían invertido en estos vehículos de deuda privada, sintieron el golpe. Credicorp Capital tuvo que provisionar US$125 millones para recomprar la totalidad de los fondos de sus clientes expuestos a Sartor, lo que provocó una caída del 92,7% en sus ingresos netos y una profunda reestructuración interna, incluyendo la salida de altos ejecutivos y el fichaje de nuevos liderazgos para su área de renta fija. Por su parte, LarrainVial Activos enfrenta un procedimiento sancionatorio de la CMF por su fondo Capital Estructurado I, una arista administrativa que sigue abierta pese a la suspensión de la causa penal, demostrando que la reparación económica no extingue la responsabilidad regulatoria.

La Respuesta del Regulador: El Fin de la Inocencia

La crisis actuó como un catalizador para un cambio de paradigma en la supervisión financiera. La Comisión para el Mercado Financiero (CMF), a menudo percibida como reactiva, adoptó una postura visiblemente más dura y proactiva, no solo en el ámbito de las "factotechs".

Su actuar se ha manifestado en múltiples frentes:

  1. Sanciones Ejemplares: La revocación de la licencia de Sartor y los cargos formulados contra directivos de LarrainVial son señales inequívocas de una menor tolerancia al incumplimiento.
  2. Defensa de la Institucionalidad: La CMF denunció penalmente el uso fraudulento de la imagen de su presidenta, Solange Berstein, para estafar a inversionistas, marcando una línea roja en la defensa de la fe pública.
  3. Rigor Generalizado: La disputa con Banco de Chile por multas relacionadas con créditos a deudores de pensiones alimenticias, donde la CMF acusó a la entidad de privilegiar “sus negocios” sobre la ley, muestra que el endurecimiento de la fiscalización es transversal y no se limita al sector no bancario.

Este nuevo enfoque se complementa con reformas estructurales en otros organismos. La Superintendencia de Pensiones, por ejemplo, avanza con cautela en la licitación de la consultoría para diseñar el nuevo régimen de inversión de los fondos generacionales. El rechazo de uno de los oferentes por no cumplir con requisitos básicos de inscripción en ChileCompra, aunque parezca un detalle técnico, refleja una nueva cultura de rigor y cumplimiento estricto de las reglas del juego.

Un Futuro en Construcción: Entre la Confianza y la Cautela

El panorama actual del sistema financiero chileno es el de un campo en plena reconfiguración. La crisis de la banca en la sombra ha dejado lecciones claras sobre los peligros de la innovación sin un marco regulatorio adecuado. Como señaló Enrique Tenorio, presidente de la EFA, la industria ahora está “obsesionada” con mejorar su gobierno corporativo y trabajar junto a la CMF.

El tema está lejos de estar cerrado. Mientras el mercado formal celebra el retorno de los inversionistas, las pymes que dependían del financiamiento alternativo enfrentan un escenario más restrictivo. La pregunta fundamental que Chile debe responder es cómo fomentar la competencia y la innovación financiera sin sacrificar la protección de los inversionistas y la estabilidad sistémica.

La caída de las "factotechs" no fue solo una crisis sectorial; fue una advertencia. El sistema financiero está siendo forzado a madurar, y el equilibrio que alcance definirá la confianza y la resiliencia de la economía chilena en los años venideros.

La historia conecta una serie de escándalos financieros de alto perfil en un único relato sistémico sobre las vulnerabilidades de un segmento de mercado en rápida expansión pero con una supervisión insuficiente. La distancia temporal permite un análisis que trasciende el impacto inicial de cada caso, centrándose en las consecuencias colectivas sobre la confianza de los inversionistas, los desafíos para las pymes que dependen de este financiamiento y la ahora visible respuesta regulatoria. Presenta una clara evolución narrativa —auge, caída y ajuste normativo—, ofreciendo una reflexión profunda sobre el equilibrio necesario entre innovación financiera, riesgo y la protección de la fe pública para la estabilidad económica.