La quiebra de Corona destapa un conflicto laboral y regulatorio: Más allá de las tiendas cerradas, se disputa el pago a trabajadores y el futuro del retail

La quiebra de Corona destapa un conflicto laboral y regulatorio: Más allá de las tiendas cerradas, se disputa el pago a trabajadores y el futuro del retail
2025-08-03

- Conflicto abierto: Más de 1.700 trabajadores demandan pagos íntegros mientras la empresa asegura tener fondos, escalando la disputa a un enfrentamiento legal y mediático.

- Dudas regulatorias: La Superintendencia de Insolvencia detectó inconsistencias en las deudas declaradas, retrasando el proceso de liquidación y sembrando dudas sobre la gestión de la quiebra.

- El nuevo mapa del retail: La salida de Corona deja un vacío del 8% del mercado que, según expertos, será capitalizado principalmente por plataformas asiáticas online y no por sus competidores tradicionales.

Hace más de dos meses, las puertas de las 54 tiendas de Corona se cerraron definitivamente. Lo que comenzó como la crónica de una quiebra anunciada para un gigante del retail con más de 60 años de historia, ha madurado hasta convertirse en un complejo campo de batalla legal, regulatorio y económico. Hoy, la discusión ya no gira en torno al cierre, sino a sus consecuencias: una disputa por finiquitos millonarios, la lupa de los fiscalizadores sobre las cuentas de la empresa y la reconfiguración acelerada de un sector que ve cómo los espacios vacíos son codiciados por actores inesperados.

La Batalla por el Finiquito: Confianza Rota y Acusaciones Cruzadas

El 11 de julio, la familia Schupper, controladora de Corona, oficializó la liquidación voluntaria tras el fracaso de un acuerdo de reorganización que dependía de una inyección de capital que nunca llegó. La deuda superaba los $66.900 millones. La primera y más visible consecuencia fue la incertidumbre para sus 1.700 trabajadores.

Pocos días después, esa incertidumbre se transformó en acción legal. Cerca de un centenar de exempleados, desde gerentes de primera línea hasta jefes de tienda de Arica a Punta Arenas, presentaron demandas laborales que suman cerca de 10 millones de dólares. Liderados por el abogado Matías Berríos, no solo exigen el pago íntegro de sus indemnizaciones, sino que solicitan a la justicia declarar la “unidad económica” del conglomerado. Esta figura legal busca que otras sociedades de la familia Schupper, como sus inmobiliarias y corredoras de seguros, respondan por las deudas laborales, ante el temor de que Multitiendas Corona S.A. no tenga fondos suficientes.

La respuesta de la empresa no tardó en llegar. A través de su abogado, Matías Jarpa, Corona aseguró tener “fondos suficientes para hacer pago de los créditos garantizados de los trabajadores”. En un tono inusualmente duro, acusaron al abogado Berríos de montar un “‘show’ mediático” y de “litigar por la prensa”.

Este cruce de declaraciones expone una profunda disonancia. Por un lado, una empresa que afirma tener todo en orden para cumplir sus obligaciones; por otro, un grupo masivo de extrabajadores que desconfía y recurre a la vía judicial para asegurar lo que consideran justo. La pregunta que queda en el aire es: si los fondos están garantizados, ¿por qué es necesaria una batalla legal tan intensa?

La Lupa del Regulador: Cuentas que no Calzan

Mientras el conflicto laboral escalaba, un nuevo actor entró en escena para añadir más complejidad al caso. A fines de julio, la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir) presentó reparos formales al proceso de quiebra. El organismo detectó “inconsistencias” en la información entregada por Corona.

Las alertas son específicas: los montos y nombres de los tres principales acreedores no coinciden entre los distintos documentos presentados. Además, parte de la deuda fue declarada en UF y dólares, contraviniendo la norma que exige expresar todo en pesos chilenos para ponderar correctamente los votos de los acreedores. Estas irregularidades, aunque puedan parecer técnicas, tienen una consecuencia directa: el nombramiento del liquidador quedó en pausa, retrasando todo el proceso y, con ello, el eventual pago a trabajadores y proveedores.

La intervención de la Superir eleva el caso más allá de una simple quiebra por problemas de mercado. Siembra dudas sobre la prolijidad de la gestión administrativa durante el colapso y añade una capa de escrutinio que podría tener implicancias legales para los administradores de la firma.

El Retail Post-Corona: ¿Quién se Queda con la Torta?

La caída de Corona deja un vacío físico y comercial. Sus más de 50 locales, que suman una superficie comparable a la mitad del Parque Arauco Kennedy, son ahora un lienzo en blanco. Y su 8% de participación en el retail de bajo costo es un botín que muchos quieren disputar.

Sin embargo, un análisis más profundo del mercado, como el realizado por expertos como Christian Diez del Centro de Estudios del Retail (Ceret), sugiere que la herencia no se repartirá entre los competidores tradicionales como Tricot, Hites o abc (fusión de Abcdin y La Polar). Si bien estas empresas podrían captar una fracción de los clientes, el gran ganador de esta y otras caídas del retail tradicional es un actor mucho más difuso y poderoso: el comercio electrónico asiático.

Plataformas como Shein, Temu y AliExpress han crecido exponencialmente, pasando de un 1,8% del mercado en 2017 a un 15,4% en 2024, precisamente a costa de actores como Corona. Este fenómeno, sumado al avance de las marcas propias de vestuario en supermercados como Líder o Jumbo, dibuja un nuevo mapa del consumo donde la tienda física tradicional pierde cada vez más terreno.

El futuro de los locales de Corona también es incierto. Analistas como Christian Oros apuntan a que operadores de malls chinos podrían interesarse en estas ubicaciones estratégicas en regiones, consolidando una transformación del paisaje comercial que ya está en marcha.

El caso Corona, por tanto, ha dejado de ser la historia de una empresa. Hoy es un reflejo de las tensiones del Chile actual: un conflicto laboral que evidencia la fragilidad del empleo, un sistema regulatorio que pone a prueba la gobernanza corporativa y una economía que se transforma a una velocidad que deja a gigantes históricos en el camino.

El tema representa un punto de inflexión para un sector económico clave a nivel nacional, transitando desde un evento noticioso inicial hacia una narrativa compleja con consecuencias visibles para miles de trabajadores, acreedores y la estructura del mercado. La evolución de la historia, desde el colapso financiero hasta las disputas legales y las investigaciones regulatorias posteriores, permite un análisis profundo sobre gobernanza corporativa, derechos laborales y los desafíos de los modelos de negocio tradicionales frente a una economía en transformación. Ofrece un arco narrativo completo con relaciones de causa y efecto claras, constituyendo un caso de estudio sobre el fracaso empresarial y su impacto social.