El Ecosistema Falló: La caída de Algramo no es sobre reciclaje, es sobre un modelo de inversión quebrado

El Ecosistema Falló: La caída de Algramo no es sobre reciclaje, es sobre un modelo de inversión quebrado
2025-08-04
Fuentes
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- La quiebra de Algramo no es un fracaso aislado, sino el síntoma de un ecosistema que cambió sus prioridades del impacto a la escala rápida.

- El capital de riesgo se retiró del impacto social para refugiarse en apuestas seguras como la inteligencia artificial y fintech, dejando un vacío de financiamiento.

- El futuro de la innovación en Chile se bifurca: o se especializa en software escalable o redefine las reglas para apoyar proyectos complejos y de largo plazo.

La Promesa Rota: De ícono global a lección estructural

Durante casi una década, Algramo fue la cara de la innovación chilena con propósito. Nació en 2013 para combatir el “impuesto a la pobreza” y evolucionó hasta convertirse en un referente global de la economía circular, con alianzas con gigantes como Unilever y Walmart. Su caída en julio de 2025 no es la historia de un mal producto o un equipo deficiente. Es el final de una era y la señal más clara de que el ecosistema de innovación chileno enfrenta una crisis de identidad. El modelo que aplaudió a Algramo es el mismo que hoy lo deja caer.

La narrativa oficial, contada por su fundador José Manuel Moller, apunta a factores externos: un cambio en las prioridades de las multinacionales, que abandonaron sus metas de sostenibilidad por la presión económica, y la postergación de regulaciones clave como la ley de plásticos. Pero el análisis profundo revela una falla sistémica. Algramo es la víctima de un ecosistema que privilegió la narrativa del crecimiento exponencial sobre la construcción de modelos de negocio resilientes y de impacto real.

La Contracción: Cuando el capital se vuelve conservador

El punto de inflexión ocurrió entre 2023 y 2024. El capital de riesgo, que antes celebraba las “startups con propósito”, se volvió adverso al riesgo. Los fondos comenzaron a redirigir sus inversiones hacia sectores de rápida escalabilidad y retornos predecibles: inteligencia artificial y fintech. Un reporte de Endeavor de 2024 ya lo advertía: aunque el 85% de las rondas en Latinoamérica ocurren en etapas tempranas, el 66% del capital se concentra en rondas avanzadas y en pocos sectores.

Algramo, una empresa que dependía de hardware (dispensadores), logística inversa y cambios de hábito en consumidores y corporaciones, de pronto se vio fuera de la tesis de inversión dominante. Su modelo requería paciencia, capital intensivo y un horizonte de rentabilidad más largo. Justo lo que el ecosistema dejó de ofrecer.

Esta contracción expuso otras debilidades estructurales. Mientras Algramo luchaba por sobrevivir, ScaleX, el mercado de valores alternativo de la Bolsa de Santiago diseñado para startups, perdía casi la mitad de sus patrocinadores por un alza de tarifas. El mecanismo creado para ser una vía de escape de capital se mostraba frágil. Al mismo tiempo, el estudio “Radar Emprendedor 2025” revelaba que el 45% de los emprendedores operaba en condiciones adversas, y un 79% consideraba que el Estado era el principal actor responsable de mejorar el entorno, una expectativa que claramente no se está cumpliendo para todos.

La dependencia de Algramo de grandes corporaciones fue su talón de Aquiles. Cuando Unilever y Walmart decidieron que la reutilización ya no era una prioridad estratégica, el modelo de negocio de Algramo colapsó. No tenía una base de ingresos diversificada para soportar el golpe. El ecosistema lo empujó a buscar escala con los gigantes, pero no lo preparó para la volatilidad de sus compromisos.

La Bifurcación: Dos futuros para la innovación en Chile

La caída de Algramo marca un punto de no retorno y proyecta dos escenarios posibles para el futuro de la innovación en el país.

Escenario 1: El Hub del Software (El Futuro Seguro)

En este futuro, Chile acepta su nueva realidad y se especializa. El ecosistema, tanto público como privado, dobla la apuesta por las startups de software, inteligencia artificial y fintech. El éxito se mide casi exclusivamente por la velocidad de escala, la atracción de capital extranjero y las salidas a través de ventas a gigantes tecnológicos.

- Consecuencias: Chile se consolidaría como un polo de talento en nichos específicos, generando empleos y exportando tecnología. Sin embargo, la innovación con impacto social o ambiental, la biotecnología, el hardware y otras industrias complejas (deep tech) quedarían relegadas a un segundo plano. Dependerían de fondos públicos limitados, filantropía o modelos de negocio de bajo crecimiento. La palabra “innovación” en Chile se volvería sinónimo de “software escalable”. El sueño de un ecosistema diverso se desvanece.

Escenario 2: El Ecosistema Resiliente (El Futuro Desafiante)

Aquí, la caída de Algramo se interpreta como una lección aprendida. El fracaso obliga a una redefinición de las métricas de éxito y de los instrumentos de apoyo. No se abandona la búsqueda de escala, pero se entiende que no todos los problemas se resuelven con un modelo de crecimiento exponencial.

- Puntos de inflexión clave:

1. Nuevos Actores de Inversión: Family offices y brazos de capital de riesgo de grandes empresas chilenas (como CMPC Ventures) empiezan a jugar un rol más activo, invirtiendo con una visión estratégica y paciente, menos enfocada en el retorno a corto plazo.

2. Políticas Públicas Inteligentes: Corfo y otras agencias gubernamentales ajustan sus programas. Crean fondos específicos para “deep tech” y startups de impacto, con plazos más largos y condiciones flexibles, reconociendo que el camino al mercado es diferente.

3. Emprendedores más Estratégicos: Una nueva generación de fundadores aprende del caso Algramo. Diseñan modelos de negocio que no dependen de uno o dos clientes gigantes. Priorizan la rentabilidad temprana y la diversificación de ingresos sobre la narrativa de “crecer a toda costa”.

Este segundo escenario no es más fácil, pero es más robusto. Construiría un ecosistema capaz de resolver problemas complejos y generar valor económico y social de manera sostenible, sin depender exclusivamente de las tendencias de Silicon Valley. La pregunta que queda abierta es cuál de estos dos futuros elegirá construir Chile.

La historia representa un punto de inflexión en el debate sobre la viabilidad de los modelos de negocio con propósito social y ambiental. Su evolución, desde ser un emblema de innovación hasta su colapso, ofrece una narrativa completa con consecuencias visibles en el ecosistema emprendedor, obligando a una reflexión profunda sobre las métricas del éxito, la tensión entre impacto y rentabilidad, y el futuro del capitalismo consciente.