El Sincicial ya no colapsa las urgencias: Anatomía de una política de salud que cumplió su promesa

El Sincicial ya no colapsa las urgencias: Anatomía de una política de salud que cumplió su promesa
2025-08-05
Fuentes
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- Una estrategia de inmunización redujo en más de un 80% las hospitalizaciones de lactantes por Virus Sincicial (VRS).

- Por primera vez en la historia reciente, no se registraron muertes infantiles asociadas al VRS durante la campaña de invierno.

- El éxito contrasta con otras áreas de la gestión en salud, abriendo un debate sobre por qué esta política funcionó y otras no.

El invierno después de la crisis

Agosto de 2025. Mientras el invierno comienza a retirarse, un silencio inusual reina en las unidades pediátricas de los hospitales chilenos. Atrás quedaron las imágenes de pasillos saturados, padres angustiados y la reconversión de camas que, por décadas, definieron la respuesta del sistema de salud al Virus Respiratorio Sincicial (VRS). Este cambio no es casualidad. Es el resultado medible de una de las intervenciones de salud pública más audaces y exitosas de la historia reciente del país: la campaña de inmunización con el anticuerpo monoclonal Nirsevimab.

Dos meses después de que los primeros estudios confirmaran su impacto, y con la temporada de alta circulación viral llegando a su fin, los datos consolidados permiten trazar la anatomía de un éxito. La campaña, que comenzó en 2024, no solo evitó el colapso sanitario anual, sino que redefinió lo que es posible en materia de prevención.

De la saturación a la prevención: una cronología

Históricamente, el VRS era sinónimo de crisis invernal. El peak de 2023 fue uno de los más severos, llevando al sistema al límite. En ese contexto, el Ministerio de Salud, en una decisión calificada por expertos como “muy valiente”, optó por una estrategia disruptiva: redirigir parte importante del presupuesto de la Campaña de Invierno para adquirir Nirsevimab y administrarlo de forma universal y gratuita a todos los lactantes menores de seis meses.

La apuesta era alta. Implicaba una inversión considerable y una logística compleja para alcanzar una cobertura masiva en tiempo récord. Sin embargo, los resultados, publicados en junio de 2025 en la prestigiosa revista The Lancet Infectious Diseases y corroborados por los informes epidemiológicos del Minsal, fueron contundentes:

- Reducción de hospitalizaciones: Las internaciones de lactantes por VRS cayeron en torno a un 80% en comparación con temporadas anteriores.

- Menos casos graves: Los ingresos a Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) pediátricas por esta causa se desplomaron en un 85%.

- Cero muertes: Por primera vez en la historia registrada, Chile completó una campaña de invierno sin fallecimientos de lactantes asociados al VRS.

Como efecto colateral, se liberó una presión inmensa sobre la red asistencial. “No fue necesario suspender cirugías pediátricas, ni reconvertir camas, ni incrementar la lista de esperas”, destacó en su momento Juan Pablo Torres, vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y uno de los autores del estudio. Con una cobertura que a inicios de agosto de 2025 roza el 95% de la población objetivo, la estrategia se consolidó como un caso de estudio mundial.

Las múltiples caras del éxito

El impacto de la campaña se analiza desde distintas veredas, revelando un consenso poco habitual en el debate público.

- La perspectiva científica y médica: Para la comunidad académica, el caso Nirsevimab es la prueba irrefutable del poder de la medicina basada en evidencia. Fernando Araos, ex subsecretario de Redes Asistenciales, lo describió en una columna en junio como un logro que “refleja cómo las inversiones en prevención —cuando se basan en evidencia científica, voluntad política y sentido de equidad— generan enormes beneficios”.

- La visión política: Para el gobierno, la campaña se ha convertido en un estandarte de gestión exitosa. La ministra de Salud, Ximena Aguilera, ha destacado la coordinación entre su cartera, la Dirección de Presupuesto y el mundo académico como clave. Es un logro tangible que el oficialismo puede exhibir.

- El contrapunto crítico: Sin embargo, este éxito no ocurre en el vacío. Un estudio de Rumbo Colectivo, publicado en mayo, señalaba que el área de salud era una de las que presentaba más promesas de gobierno incumplidas, con 29 compromisos sin iniciar. Tomás Leighton, director del centro de estudios, relevaba con “preocupación” la promesa de un seguro universal de salud que no avanzó. Esta disonancia es constructiva: ¿Por qué la política contra el VRS funcionó con una eficacia tan rotunda mientras otras reformas estructurales en la misma área se estancaron? La respuesta parece apuntar a que las intervenciones con objetivos claros, evidencia científica sólida y un enemigo bien definido (un virus) logran un alineamiento político y técnico que las reformas sistémicas, más complejas e ideológicas, no consiguen.

Un debate cerrado con lecciones abiertas

A día de hoy, el tema está resuelto en lo operativo. La campaña fue un éxito y su continuidad parece asegurada. Aunque los informes del Minsal muestran que el VRS sigue siendo el virus de mayor circulación a fines de julio, afectando principalmente a niños de 1 a 4 años (un grupo fuera del alcance de Nirsevimab), su impacto en la población más vulnerable ha sido neutralizado.

La discusión ha evolucionado. Ya no se debate si la medida fue correcta, sino cómo replicar su modelo de gestión. El caso del Nirsevimab deja una lección fundamental para el Estado chileno: es posible ejecutar políticas públicas de alto impacto que transforman radicalmente la vida de las personas. El desafío ahora es entender qué elementos de esta “anatomía del éxito” —voluntad política, colaboración público-privada-académica, financiamiento asegurado y comunicación efectiva— pueden extrapolarse para enfrentar otras crisis silenciosas que esperan su propia inyección de eficacia.

La historia documenta un caso de éxito en políticas de salud pública con consecuencias medibles y de alto impacto social. Permite analizar la implementación de una estrategia sanitaria innovadora, desde su planificación hasta sus resultados tangibles, ofreciendo una narrativa completa sobre prevención, ciencia y gestión estatal. El tema contrasta con el ciclo de noticias centrado en crisis, proporcionando una perspectiva sobre la capacidad de respuesta institucional y sus efectos positivos en la población.