La Tregua de Trump: Cómo la Guerra de los 10 Días Creó una Paz Impuesta y Tres Futuros para Medio Oriente

La Tregua de Trump: Cómo la Guerra de los 10 Días Creó una Paz Impuesta y Tres Futuros para Medio Oriente
2025-08-07
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- Una paz impuesta por un actor impredecible (Trump) redefine las reglas del juego en Medio Oriente.

- La guerra demostró los límites de la tecnología militar, tanto del Domo de Hierro israelí como de la capacidad ofensiva iraní.

- El futuro se debate entre una tregua frágil, una guerra de desgaste tecnológica o un colapso regional total.

El tablero después de la tormenta

Durante diez días de junio de 2025, el mundo contuvo la respiración. La guerra en la sombra entre Israel e Irán, librada durante décadas a través de intermediarios, asesinatos selectivos y ciberataques, estalló en un conflicto directo y abierto. La Operación León Ascendente de Israel, un ataque masivo contra la infraestructura nuclear y militar de Irán, fue respondida con una lluvia de misiles balísticos sobre ciudades israelíes. La escalada culminó con la intervención directa de Estados Unidos en la Operación Martillo de Medianoche y, de forma casi surrealista, con un alto al fuego negociado por el mismo actor que autorizó el golpe final: Donald Trump.

Hoy, la región vive una calma tensa. La “Guerra de los 10 Días” no solo dejó un rastro de destrucción, sino que demolió los pilares de la disuasión que habían gobernado Medio Oriente. El conflicto demostró tres cosas: que Israel estaba dispuesto a arriesgar una guerra total para frenar el programa nuclear iraní; que la capacidad misilística de Irán podía, aunque de forma limitada, penetrar las defensas más sofisticadas; y que la política exterior de Estados Unidos bajo la administración Trump es un factor de inestabilidad calculada, capaz de empujar al abismo y de retirar a los contendientes del borde en cuestión de horas.

La tregua actual no es el fin de la historia, sino el inicio de un nuevo capítulo con tres posibles desenlaces.

Escenario 1: La Pax Trumpiana, una paz bajo amenaza

Este es el futuro a corto plazo, el que vivimos ahora. Se caracteriza por una paz impuesta, no por la diplomacia, sino por la demostración de una fuerza abrumadora y la voluntad de usarla. Donald Trump se ha posicionado como el árbitro indispensable de la región. Su rol es dual: es el principal aliado de Israel, pero también quien le pone límites, como demostró al vetar el plan para asesinar al Ayatolá Jamenei. A su vez, es el adversario que ha dejado a Irán de rodillas, pero también el único interlocutor con el que Teherán parece dispuesto a negociar un nuevo acuerdo nuclear, ahora desde una posición de extrema debilidad.

- Dinámica dominante: La disuasión se basa en la imprevisibilidad de Trump. Tanto Israel como Irán deben medir cada uno de sus movimientos en función de la posible reacción de la Casa Blanca. Israel, aunque victorioso en lo militar, ha perdido autonomía estratégica. Irán, con su cúpula militar diezmada y su programa nuclear severamente dañado, se ve forzado a una estrategia de supervivencia.

- Factores de incertidumbre: ¿Cuánto durará el interés de Trump en microgestionar la paz? Una nueva crisis interna en EEUU o un cambio de foco podrían dejar un vacío de poder. Internamente, los sectores más duros de Irán podrían rechazar la humillación y planear una revancha a largo plazo. Las potencias regionales como Arabia Saudita y Turquía observan, calculando cómo adaptarse a este nuevo orden unipolar de facto.

Escenario 2: La Guerra Fría Tecnológica, el conflicto latente

Si la Pax Trumpiana se erosiona, el escenario más probable es el regreso a una guerra de desgaste, pero con nuevas reglas. El conflicto no sería una guerra abierta, sino una carrera armamentista y tecnológica librada en el ciberespacio, en el espacio exterior y a través de proxies más sofisticados.

- Dinámica dominante: Irán, tras aprender las lecciones de junio, se enfocaría en desarrollar capacidades asimétricas: misiles hipersónicos más difíciles de interceptar, enjambres de drones con inteligencia artificial y tácticas de guerra electrónica para cegar las defensas israelíes. El objetivo no sería ganar una guerra, sino hacer que cualquier futuro ataque israelí sea prohibitivamente costoso. Por su parte, Israel y Estados Unidos acelerarían la inversión en sistemas de defensa de próxima generación, inteligencia artificial para la detección de amenazas y capacidades ofensivas para neutralizar lanzamientos antes de que ocurran.

- Factores de incertidumbre: La clave es la capacidad de Irán para reconstruir su complejo militar-industrial bajo sanciones y vigilancia constante. ¿Logrará el apoyo de Rusia o China para acelerar este proceso? Del lado israelí, la pregunta es si se conformará con el daño infligido o si la doctrina de “amenaza existencial” lo empujará a nuevos ataques preventivos, reiniciando el ciclo de violencia.

Escenario 3: El Colapso del Orden, la guerra total

Este es el futuro menos probable, pero el de consecuencias más catastróficas. La tregua se rompe no con una escaramuza, sino con un error de cálculo masivo. Un ataque de un proxy iraní que cause víctimas estadounidenses significativas, o una represalia iraní exitosa contra un objetivo estratégico israelí, podría desencadenar una reacción en cadena imparable.

- Dinámica dominante: Estados Unidos se vería arrastrado a una guerra total. El conflicto se extendería más allá de Israel e Irán, activando a Hezbolá en el Líbano, a las milicias en Siria e Irak y a los hutíes en Yemen. El Estrecho de Ormuz se cerraría, provocando un colapso en los mercados energéticos globales. Potencias como Rusia y China podrían intervenir para proteger sus intereses y contrarrestar la hegemonía estadounidense, convirtiendo un conflicto regional en un enfrentamiento global.

- Factores de incertidumbre: Este escenario depende de la fragilidad del control que cada actor tiene sobre sus propias fuerzas y las de sus aliados. Un comandante local de la Guardia Revolucionaria que busque vengar el honor perdido, o un error del sistema de defensa que se interprete como un ataque, podrían ser la chispa que incendie la pradera. La reacción de Trump, impulsiva y orientada a la demostración de fuerza, sería el principal acelerante.

Síntesis: Un futuro escrito con tinta inestable

La “Guerra de los 10 Días” ha creado una nueva realidad. La paz actual, la Pax Trumpiana, es real pero quebradiza, dependiente de la voluntad de un solo hombre. Es el escenario dominante a corto plazo. Sin embargo, las heridas infligidas a Irán son demasiado profundas para ser olvidadas, lo que hace que una transición hacia una Guerra Fría Tecnológica sea casi inevitable a mediano plazo. El colapso total sigue siendo un riesgo latente, un recordatorio de que en el nuevo Medio Oriente, la distancia entre una tregua y el abismo es más corta que nunca.

La historia encapsula un ciclo completo de conflicto y desescalada en un corto período, permitiendo un análisis profundo de sus causas, desarrollo y consecuencias visibles. La narrativa revela la dinámica de la guerra moderna, la influencia de actores no estatales y personalidades políticas en la diplomacia global, y cómo un enfrentamiento regional puede reconfigurar el equilibrio de poder mundial. Su madurez temporal ofrece la distancia necesaria para evaluar los impactos a largo plazo y los escenarios futuros sin la inmediatez de la cobertura diaria, fomentando una reflexión crítica sobre la fragilidad de la paz y la naturaleza cambiante de los conflictos internacionales.