La Guerra que no Fue: El Sudeste Asiático estrena un nuevo modelo para desactivar conflictos armados

La Guerra que no Fue: El Sudeste Asiático estrena un nuevo modelo para desactivar conflictos armados
2025-08-07
Fuentes
elpais.com www.latercera.com www.biobiochile.cl www.biobiochile.cl elpais.com

- Un conflicto fronterizo histórico escaló a ataques aéreos y muertes de civiles en cuestión de horas, impulsado por un nacionalismo arraigado.

- La intervención de ASEAN y la presión económica forzaron un diálogo en menos de 72 horas, un tiempo récord para la desescalada.

- Este caso podría ser un modelo de futuro para la resolución de disputas: una escalada rápida seguida de una retirada diplomática forzada, sin la intervención directa de potencias externas.

A finales de julio de 2025, el Sudeste Asiático contuvo la respiración. Cazas F-16 tailandeses bombardeaban territorio camboyano. Se reportaba el uso de municiones de racimo. Más de 130.000 civiles huían de sus hogares. Todo apuntaba al inicio de una guerra a gran escala, alimentada por una disputa fronteriza centenaria. Pero, casi tan rápido como empezó, el conflicto se detuvo. En menos de cuatro días, los enemigos acérrimos estaban sentados a la mesa de negociación.

La pregunta no es por qué pelearon, sino por qué pararon tan rápido. La respuesta define un posible nuevo paradigma para la gestión de conflictos en el siglo XXI.

Fase 1: El Nacionalismo como Combustible

El enfrentamiento no surgió de la nada. Las fronteras mal definidas de la era colonial, especialmente en torno a templos antiguos como Preah Vihear y Ta Muen Thom, han sido una herida abierta durante décadas. Cada cierto tiempo, la herida se infecta. En esta ocasión, una serie de incidentes menores, como tiroteos y la explosión de una mina terrestre, se encontraron con un entorno político volátil en Tailandia. El resultado fue una escalada militar clásica.

Ambos gobiernos recurrieron a una retórica nacionalista, acusándose mutuamente de agresión. La lógica era la del siglo XX: la soberanía se defiende con fuerza. El uso de armamento avanzado, como ataques aéreos y cohetes contra zonas residenciales, demostró que ninguna de las partes estaba dudando. Por un momento, pareció que el orgullo nacional arrastraría a la región a un conflicto prolongado, similar a los que se han visto en otras partes del mundo.

Fase 2: El Freno de Emergencia Diplomático

El punto de inflexión fue la velocidad de la respuesta diplomática, impulsada por tres factores clave que no existían en disputas anteriores:

  1. El rol central de ASEAN: Malasia, como presidente de turno de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), actuó de inmediato. Ofreció una mediación que fue rápidamente aceptada por ambos países. Esto es crucial. ASEAN proveyó una plataforma regional y neutral que permitió a ambos líderes negociar sin parecer que cedían ante su adversario directo o ante una superpotencia externa. Fue una solución local para un problema local.
  2. El impacto económico inmediato: Tailandia y Camboya ya no son economías aisladas. Sus cadenas de suministro, turismo e inversiones están profundamente entrelazadas. El cierre de fronteras y la amenaza de una guerra paralizaron flujos comerciales vitales. El costo económico de la guerra ya no es una consecuencia lejana, sino un dolor inmediato y tangible que presiona a los gobiernos.
  3. La visibilidad del costo humano: La rápida evacuación de más de 138.000 personas y las imágenes de víctimas civiles, incluidos niños, generaron una presión social y mediática inmensa. En la era digital, es imposible ocultar las consecuencias humanas de la guerra, lo que limita el margen de maniobra de los líderes para sostener un conflicto impopular.

Fase 3: Escenarios de un Nuevo Equilibrio

Este evento no es un simple alto al fuego. Es una señal de cómo podrían gestionarse las tensiones futuras en la región. Se abren tres escenarios posibles.

  • Escenario Probable: El "Modelo ASEAN" de Conflicto Limitado (70% de probabilidad)

El patrón de "escalada rápida, desescalada forzada" se convierte en la nueva norma. Los países usan demostraciones de fuerza cortas y controladas para ganar influencia en la mesa de negociación, sabiendo que ASEAN intervendrá para evitar una guerra total. El objetivo no es la conquista, sino reajustar el equilibrio de poder. Es una forma de estabilidad pragmática, aunque cínica, que evita guerras prolongadas pero no resuelve las disputas de raíz.

  • Escenario Alternativo: La Paz Frágil se Quiebra (25% de probabilidad)

El acuerdo actual es solo una pausa. Las causas fundamentales del conflicto —las fronteras sin demarcar y el nacionalismo político— siguen intactas. Una futura crisis política en Bangkok o Phnom Penh podría ser la excusa perfecta para reavivar las hostilidades. El legado de las municiones de racimo y la desconfianza militar persistente hacen que la frontera siga siendo un polvorín. En este escenario, el modelo ASEAN demuestra ser solo un parche temporal.

  • Escenario Remoto: La Intervención de Grandes Potencias (5% de probabilidad)

Si en un futuro conflicto ASEAN no logra actuar con la misma rapidez, el vacío podría ser llenado por Estados Unidos o China, convirtiendo una disputa local en un tablero de su propia rivalidad. La mención del presidente estadounidense sobre su rol en el alto al fuego fue un recordatorio de este interés externo. La región podría pasar de gestionar sus propios problemas a convertirse en un escenario de tensiones geopolíticas importadas, un riesgo que los líderes de ASEAN buscan evitar a toda costa.

En definitiva, la "Guerra de los Tres Días" puede ser recordada no por los combates, sino por cómo se detuvo. Marcó el triunfo del pragmatismo económico y la diplomacia regional sobre el fervor nacionalista. El Sudeste Asiático parece haber encontrado una fórmula para apagar incendios rápidamente. La gran pregunta a futuro es si logrará también eliminar el combustible que los provoca.

La historia presenta un arco narrativo completo y resuelto —escalada, conflicto y desescalada— que ha madurado lo suficiente para un análisis profundo de sus causas y consecuencias. Se aleja de los focos de conflicto globales habituales, permitiendo explorar dinámicas geopolíticas regionales y mecanismos diplomáticos que a menudo son ignorados. El tema ofrece la oportunidad de reflexionar sobre el nacionalismo, las disputas históricas y la capacidad de los organismos regionales para mediar en un contexto de tensiones crecientes, proporcionando un caso de estudio con consecuencias visibles y un cierre provisional claro.