A principios de agosto de 2025, los titulares financieros dibujaban un panorama confuso. Cencosud Malls reportaba una leve caída en sus ganancias, mientras que su competidor, Mallplaza, anunciaba utilidades que se triplicaban. En paralelo, el gigante del e-commerce, Mercado Libre, aumentaba sus ingresos pero veía disminuir sus beneficios. Para el observador apresurado, el escenario del retail y el sector inmobiliario parecía un mosaico de señales contradictorias. Sin embargo, a dos meses del cierre de ese primer semestre, el análisis reposado de los hechos revela una narrativa subyacente, coherente y poderosa: en un contexto de incertidumbre económica, los grandes actores no están dudando. Al contrario, están acelerando un proceso de consolidación que está reconfigurando silenciosamente el poder, la competencia y el paisaje urbano en Chile.
Lejos de una actitud conservadora, los principales operadores de centros comerciales han desplegado una ofensiva de inversión. Mallplaza anunció un plan de US$ 314,6 millones para expandir sus operaciones en Chile y Perú, sumando 86.700 m² de superficie arrendable (GLA) y lanzando una nueva línea de negocio con formato outlet. Por su parte, Cenco Malls, el brazo inmobiliario de Cencosud, describió su momento actual como un "proceso de crecimiento acelerado", con ampliaciones en marcha en íconos como Cenco Costanera y Cenco Portal La Dehesa.
Esta expansión no es solo cuantitativa. La inauguración de la tienda Sparta más grande del país en Mallplaza Vespucio es un ejemplo de la estrategia cualitativa: transformar los centros comerciales en "centros urbanos" centrados en la experiencia. Al apostar por tiendas insignia (flagships) y zonas temáticas como el área "Lifestyle", que aumentó el flujo de visitantes en un 18%, estos gigantes buscan hacer que la visita física sea irremplazable, una defensa directa contra el avance del comercio electrónico. Es una inversión que busca asegurar su relevancia a largo plazo.
Si la expansión es una forma de consolidación, la adquisición directa es su manifestación más clara. El 6 de agosto, la inmobiliaria Socovesa informó la compra de la participación que el fondo de inversión de Sura mantenía en el proyecto "Madagascar", un desarrollo clave en Las Condes. Con esta operación, Socovesa pasó a controlar el 97% del proyecto, lo que le permite, en sus propias palabras, "retomar la ejecución" de su etapa habitacional.
Este movimiento es un microcosmos del fenómeno general. En un mercado complejo, los actores con mayor liquidez y capacidad de gestión aprovechan la oportunidad para comprar las participaciones de socios o competidores, centralizando el control y el potencial de ganancias futuras. No es una jugada especulativa, sino una decisión estratégica para fortalecer su posición dominante en activos de alto valor.
Para comprender la magnitud de esta tendencia, es crucial mirar más allá de los titulares de ganancias netas, a menudo distorsionados por factores puntuales.
Estos sólidos resultados operativos contrastan con los de gigantes digitales como Mercado Libre, cuyos ingresos crecen, pero con márgenes de ganancia ajustados por las fuertes inversiones necesarias para competir. Esto sugiere que, por ahora, los gigantes del retail físico han encontrado una fórmula rentable para navegar la incertidumbre, apalancando sus activos físicos para generar flujos de caja robustos que financian su propia expansión.
Esta consolidación del poder en pocas manos no es un simple dato financiero; es un proceso con consecuencias tangibles que merece una reflexión crítica. El fenómeno, que sigue en pleno desarrollo, deja abiertas al menos tres grandes interrogantes:
El debate sobre las consecuencias de este silencioso avance de los gigantes recién comienza. Las movidas estratégicas del primer semestre de 2025 han dejado claro que, para los grandes operadores, la incertidumbre no es una amenaza, sino una oportunidad para afianzar su dominio.