Pregunta Inicial: ¿Qué cambió entre junio y agosto de 2025?
Lo que comenzó en junio como una escalada militar más en la larga historia de tensiones entre Israel e Irán, es hoy, en agosto de 2025, una realidad económica palpable que afecta desde el precio del combustible en Santiago hasta el futuro de las exportaciones de cobre. La inmediatez de los bombardeos y las amenazas directas ha decantado en una consecuencia más silenciosa pero profunda: la fractura de las arterias del comercio global. El mar, antes una autopista de la globalización, se ha convertido en una frontera incierta y costosa. A dos meses de los eventos iniciales, la crisis ha madurado, revelando no solo la fragilidad de las cadenas de suministro, sino también cómo un conflicto regional puede ser el catalizador que acelera la reconfiguración del orden económico mundial.
La Evolución: De Misiles a Contenedores
Para entender el escenario actual, es necesario retroceder y conectar los puntos de una escalada que se desarrolló en múltiples frentes:
- El Frente Militar y la Amenaza Estratégica (Junio): A mediados de junio, los ataques atribuidos a Israel sobre Irán encendieron las alarmas. La respuesta iraní no fue solo militar. El 22 de junio, su parlamento aprobó una moción para cerrar el Estrecho de Ormuz, un cuello de botella por donde transita más del 20% del petróleo mundial. Aunque la decisión final quedó en manos del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, la amenaza bastó para sacudir los mercados. En paralelo, el régimen iraní restringió el acceso a internet, en una muestra de control informativo y ciberguerra que aisló aún más al país.
- La Expansión del Conflicto al Mar Rojo (Julio): Cuando la tensión en Ormuz parecía contenerse, el conflicto se expandió geográficamente. El 13 de julio, los rebeldes hutíes de Yemen, alineados con Irán, reanudaron sus ataques a navíos comerciales en el Mar Rojo, llegando a hundir dos buques. Con esto, dos de las rutas marítimas más cruciales del mundo —el acceso al Golfo Pérsico y la ruta del Canal de Suez— se volvieron zonas de alto riesgo.
- El Frente Comercial y la Presión de EEUU (Julio): Simultáneamente, la administración de Donald Trump en Estados Unidos intensificó su propia guerra económica. El 18 de julio, se filtraron planes para imponer aranceles específicos a industrias clave, incluyendo un 50% sobre el cobre, que se sumarían a las tarifas generales contra socios como la Unión Europea y México. La política comercial se entrelazó explícitamente con la geopolítica, creando un escenario de incertidumbre total.
Las Perspectivas en Tensión: Un Mundo sin Brújula Diplomática
La crisis no se explica solo por los hechos, sino por las lógicas de los actores involucrados, caracterizadas por lo que el analista Jorge Sahd ha denominado la “no diplomacia”.
- El Eje de la Desconfianza (EEUU-Israel-Irán): Las decisiones de líderes como Trump, Netanyahu y el Ayatolá Jamenei parecen más guiadas por cálculos políticos internos y una desconfianza mutua irreconciliable que por una estrategia de desescalada. Trump utiliza las amenazas arancelarias como una herramienta de negociación impredecible, mientras que Israel e Irán continúan su guerra en la sombra, utilizando la economía global como campo de batalla.
- La Unión Europea: Un Gigante Descoordinado: Atrapada en sus propias contradicciones, la UE discutía en julio posibles sanciones a Israel por la crisis humanitaria en Gaza, mientras intentaba desesperadamente negociar con la administración Trump para evitar los aranceles que castigarían su propia economía. Su incapacidad para presentar un frente unido la dejó como un actor reactivo, más que como un mediador eficaz.
- Chile: Entre la Espada y la Pared: Para un país como Chile, abierto al mundo y dependiente del comercio marítimo, el impacto es doble. Por un lado, el aumento de los costos de fletes y seguros por el desvío de barcos que ahora deben rodear África encarece tanto las importaciones como las exportaciones. Por otro, la amenaza directa de aranceles al cobre por parte de su segundo socio comercial, Estados Unidos, pone en jaque el pilar de su economía. La volatilidad se reflejó en los mercados, con fondos internacionales mostrando nerviosismo y reajustando sus posiciones en activos de la región, como se vio en la venta de acciones de Latam Airlines en junio.
Estado Actual: Una Nueva Normalidad Fragmentada
Hoy, la situación no está resuelta; ha evolucionado hacia un nuevo paradigma. Las navieras han institucionalizado las rutas más largas y costosas como el nuevo estándar, traspasando los precios a los consumidores. Las empresas globales aceleran sus planes para acortar las cadenas de suministro (near-shoring) y comerciar preferentemente con aliados políticos (friend-shoring).
El conflicto en Medio Oriente no creó esta tendencia, pero sí la aceleró dramáticamente. Demostró que la eficiencia y el bajo costo de la hiperglobalización dependían de una estabilidad geopolítica que ya no existe. El debate ya no es sobre cómo volver a la normalidad de 2023, sino sobre cómo navegar en este nuevo mapa comercial fragmentado, donde la geografía vuelve a importar y cada ruta marítima es también una declaración política.
El tema permite analizar las consecuencias económicas y diplomáticas a largo plazo de un conflicto geopolítico localizado, demostrando la interconexión de la seguridad global y las cadenas de suministro. La historia ha evolucionado desde una escalada militar a una crisis comercial con efectos visibles, ofreciendo una narrativa completa con múltiples perspectivas internacionales y un impacto tangible en la economía mundial.