Aranceles de EE.UU. reordenan el mapa exportador chileno: El vino se refugia en Brasil mientras la fruta resiste en un mercado hostil

Aranceles de EE.UU. reordenan el mapa exportador chileno: El vino se refugia en Brasil mientras la fruta resiste en un mercado hostil
2025-08-08
Fuentes
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  • Un mes después del anuncio de aranceles, el impacto es desigual: el vino sufre caídas de dos dígitos mientras algunos exportadores de fruta absorben el golpe.
  • Viñas como Concha y Toro aceleran su giro hacia mercados alternativos como Brasil, que se consolida como el principal destino del vino chileno.
  • El debate estratégico se abre: ¿Esperar una solución diplomática o, como proponen analistas, profundizar el modelo de libre mercado para competir en un mundo más proteccionista?

A más de un mes de que la administración Trump sacudiera el comercio internacional con nuevos aranceles, el polvo comienza a asentarse en Chile. La alarma inicial ha dado paso a un complejo mosaico de consecuencias donde no todos los sectores exportadores corren la misma suerte. Lejos de una crisis homogénea, la medida ha expuesto la resiliencia de unos, la vulnerabilidad de otros y ha forzado una reconfiguración acelerada de las estrategias comerciales, abriendo un debate de fondo sobre el futuro del modelo chileno en un escenario global cada vez más proteccionista.

El Agro: Dos Caras de una Misma Moneda

La respuesta del sector agrícola a los gravámenes del 10% revela una fractura notoria entre sus subsectores, una historia de resiliencia y de retirada estratégica.

La Mandarina que Resiste: "No nos va a mover la aguja"

Para algunos productores de fruta, el impacto ha sido, hasta ahora, manejable. Es el caso de Jorge Schmidt Exports, el mayor exportador de mandarinas W. Murcott a Estados Unidos. Con el 95% de su producción destinada a ese mercado, la dependencia es casi total. Sin embargo, su gerente general, José Martínez Zanello, mantiene una calma pragmática. "Mientras exista ese desequilibrio de precios, no nos conviene ir a un lugar distinto de EEUU", afirmó a fines de julio. La lógica es simple: el sobreprecio que paga el mercado norteamericano es tan significativo que puede absorber el arancel del 10%. "No nos va a mover la aguja", sentenció, aunque advirtió que un alza al 15% o 20% cambiaría drásticamente el panorama, haciendo viables otros destinos. Esta postura refleja la microeconomía de la adaptación: un cálculo de costos, márgenes y la confianza en la calidad del producto para sortear la tormenta inicial.

El Vino Herido: La Retirada Estratégica hacia Brasil

En la vereda opuesta se encuentra la industria vitivinícola. Viña Concha y Toro, uno de los gigantes del sector, reportó un duro golpe: una caída del 15,1% en el volumen de ventas a Estados Unidos durante el segundo trimestre. La empresa intentó compensar el arancel con un alza de precios del 6%, pero no fue suficiente para contrarrestar la disminución del volumen, afectando principalmente a sus segmentos no premium.

La respuesta de la viña es un reflejo de la estrategia que está adoptando todo el sector: la diversificación. Los datos de Vinos de Chile de principios de agosto son elocuentes: Brasil se ha consolidado como el principal destino del vino chileno, superando a China y mostrando un crecimiento del 11% en volumen y 6,7% en valor en el primer semestre. Mientras las ventas a EE.UU. y China caen, mercados como Reino Unido, Canadá y, sobre todo, Brasil, se convierten en refugios estratégicos. La guerra arancelaria no solo ha afectado los márgenes, sino que está redibujando activamente el mapa de las exportaciones viníferas chilenas.

La Tensión entre el Gremio y la Trinchera

La reacción ante los aranceles también ha mostrado dos niveles de discurso: el institucional y el empresarial, que no siempre van de la mano.

Por un lado, las voces gremiales han sido unánimes en su rechazo. La Cámara Chileno Norteamericana de Comercio (AmCham) lamentó la medida, calificándola como una contradicción al libre comercio que afecta a ambas economías. Antonio Walker, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), fue más directo: "No estamos conformes con el arancel del 10% y es fundamental cumplir los TLC", enfatizando la asimetría de que los productos estadounidenses ingresen a Chile sin aranceles. Este discurso se centra en los principios, la diplomacia y la defensa de los acuerdos establecidos.

Por otro lado, en la trinchera empresarial, la respuesta es la acción. Más allá de los comunicados, las compañías negocian con sus cadenas de valor, ajustan precios, sacrifican márgenes y, fundamentalmente, buscan nuevos clientes. La adaptación de Concha y Toro y la resistencia calculada de Jorge Schmidt Exports demuestran que, mientras la diplomacia opera a su ritmo, la supervivencia del negocio exige agilidad y pragmatismo inmediatos.

El Debate de Fondo: ¿Más Estado o Más Mercado ante un Mundo Hostil?

La crisis ha trascendido el análisis sectorial para instalar una pregunta estratégica de mayor calibre. Para José Manuel Silva, director de Inversiones de LarrainVial, lo que ocurre no es un evento aislado, sino el posible fin de una era de globalización y el inicio de un mundo más proteccionista, dividido en bloques comerciales.

Frente a este escenario, Silva plantea una tesis que genera disonancia: la salida para Chile no es esperar que el mundo vuelva a ser como antes, sino profundizar su propio modelo. "En un escenario de mayor proteccionismo mundial, la salida para Chile es ser más libre y más capitalista", declaró a principios de agosto. Su propuesta implica una ofensiva interna: reducir la burocracia y la "permisología", bajar impuestos y ser aún más agresivos en la búsqueda de nuevos mercados y en la explotación de recursos estratégicos como las tierras raras.

Esta visión choca con la idea de buscar protección estatal o depender exclusivamente de las negociaciones gubernamentales. Plantea que la competitividad de Chile en un mundo más cerrado no dependerá de los aranceles que impongan otros, sino de la eficiencia y libertad de su propia economía para adaptarse.

El tema, por tanto, sigue abierto y en plena evolución. Los aranceles de Estados Unidos han funcionado como un catalizador, obligando a la economía chilena a mirarse al espejo. La batalla silenciosa que hoy libra el agro, desde el cobre hasta el vino, no es solo contra un impuesto extranjero, sino una lucha interna por definir su capacidad de adaptación y su rol en un nuevo y desafiante orden mundial.

La historia ha madurado más allá del impacto inicial de los anuncios arancelarios, permitiendo analizar las consecuencias sectoriales concretas, las estrategias de adaptación empresarial y la reconfiguración de los mercados de exportación. Presenta una narrativa con múltiples perspectivas —desde gremios hasta empresas individuales— y revela la vulnerabilidad de un modelo económico dependiente del comercio global en un nuevo escenario proteccionista.