Chile vuela alto en los mercados mientras sus pasajeros hacen fila en tierra:La desconexión entre la aviación global y la infraestructura local

Chile vuela alto en los mercados mientras sus pasajeros hacen fila en tierra:La desconexión entre la aviación global y la infraestructura local
2025-08-08
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- Aerolíneas chilenas reportan cifras récord y expansiones globales, convirtiéndose en favoritas del mercado.

- Simultáneamente, la infraestructura crítica del Aeropuerto de Santiago, como los tótems migratorios, falla sistemáticamente.

- Esta brecha expone una descoordinación entre la ambición privada y la capacidad estatal, impactando directamente al ciudadano.

La Paradoja de las Dos Pistas

Hace dos meses, entre junio y julio de 2025, el sector aéreo chileno proyectaba una imagen de éxito rotundo. Latam Airlines no solo anunciaba vuelos diarios a Australia y millonarias operaciones de recompra de acciones, sino que se consolidaba como el papel más transado de la bolsa local, desplazando al gigante del litio, SQM. En paralelo, el Ministerio de Obras Públicas presentaba un plan maestro para triplicar la capacidad del Aeropuerto de Santiago para 2050, con una tercera pista y un tren ligero. El mensaje era claro: Chile despegaba hacia el futuro, consolidándose como un hub continental.

Sin embargo, mientras los titulares financieros celebraban, una realidad distinta se vivía en los pasillos del mismo aeropuerto. A mediados de junio, en plena temporada alta de vacaciones de invierno, los 74 tótems de autoatención para el control migratorio, operados por la Policía de Investigaciones (PDI), fueron suspendidos. La razón oficial: una "actualización técnica programada". El resultado: largas filas y la vuelta al control manual, evidenciando una desconexión fundamental entre la ambición global y la capacidad operativa en casa. La historia, ya madura, no es sobre un fallo técnico puntual, sino sobre dos Chiles que conviven en un mismo terminal aéreo: uno que mira al mundo y otro que tropieza con sus propios pies.

Crónica de un Despegue Corporativo Exitoso

El primer semestre de 2025 fue un período de consolidación para la aviación comercial chilena, dejando atrás definitivamente las turbulencias de la pandemia. Los hitos son elocuentes:

  • Salud Financiera: Latam Airlines demostró una robustez financiera que sorprendió al mercado. El 26 de junio, sus accionistas aprobaron una segunda recompra de acciones por hasta US$ 408 millones. Días después, el 7 de julio, la compañía concretó una exitosa emisión de bonos por US$ 800 millones para refinanciar deuda, proyectando ahorros anuales de US$ 33 millones en intereses. Estas maniobras fortalecieron la confianza de los inversores, llevando su acción a ser la más transada de la Bolsa de Santiago el 3 de julio.
  • Expansión Global: El optimismo financiero se tradujo en expansión. El 11 de junio, Latam anunció que sus rutas Santiago-Sídney y Santiago-Melbourne pasarían a tener frecuencia diaria a fin de año, movilizando a unos 150.000 pasajeros. Este crecimiento se vio respaldado por cifras récord de tráfico: solo en los primeros cinco meses del año, el Aeropuerto de Santiago recibió más de 11,4 millones de pasajeros, un 5,1% más que en 2024.
  • Cambios Estratégicos: En la vereda de la competencia, SKY Airline también mostró dinamismo. Aunque el 31 de julio anunció la salida de su CEO, José Ignacio Dougnac, tras una gestión de cinco años que vio a la compañía crecer un 60% en pasajeros, el cambio fue presentado como una transición planificada. El nuevo liderazgo, a cargo de Daniel Belaúnde, llega con el mandato de enfocarse en la "excelencia operacional y de las capacidades de atención al cliente", una señal que parece reconocer las debilidades del ecosistema.

El Aterrizaje Forzoso en la Infraestructura Estatal

Contrasta fuertemente con este panorama de éxito la experiencia del pasajero frente a los servicios que dependen del Estado. La suspensión de los tótems de control migratorio de la PDI, informada el 8 de julio por diversos medios, fue la culminación de una serie de problemas que se arrastraban desde su implementación a inicios de 2024.

Desde su puesta en marcha, los usuarios reportaron un sistema lento, poco intuitivo y propenso a fallas. La decisión de realizar una "actualización" en pleno período de alta demanda generó preocupación en la industria. Nuevo Pudahuel, la concesionaria del aeropuerto, se desmarcó indicando que el control migratorio es "responsabilidad exclusiva de la PDI" y sugirió mirar "soluciones tecnológicas como las que operan en aeropuertos cercanos".

La PDI, por su parte, defendió la medida como una "necesidad técnica que no podía postergarse", asegurando que se reforzó la atención manual para mitigar el impacto. Sin embargo, el episodio dejó en evidencia una fragilidad sistémica. ¿De qué sirve una inversión millonaria en tecnología si esta no es funcional ni confiable? La situación expone una aparente falta de planificación y coordinación, donde la promesa de agilizar los procesos terminó generando el efecto contrario.

Este no es un hecho aislado. El 3 de julio se conoció que SKY Airline se querelló por primera vez contra un pasajero por una falsa amenaza de bomba, un evento que, si bien es de otra naturaleza, subraya la sensibilidad de las operaciones aeroportuarias y cómo cualquier falla, humana o técnica, puede generar un caos significativo. Cuando la infraestructura base ya es precaria, la resiliencia del sistema completo disminuye.

Análisis: ¿Dos Chiles en un Mismo Aeropuerto?

La situación actual plantea una pregunta incómoda: ¿Cómo es posible que las aerolíneas y los operadores privados alcancen estándares de eficiencia y planificación de clase mundial, mientras un servicio estatal clave en el mismo espacio físico muestra deficiencias tan notorias? La respuesta parece apuntar a una descoordinación estructural entre el dinamismo del sector privado y la capacidad de ejecución del sector público.

  • Perspectiva Corporativa: Las aerolíneas, impulsadas por la competencia y la necesidad de rentabilidad, han optimizado sus operaciones, flotas y estrategias financieras. Su éxito es medible en balances y participación de mercado.
  • Perspectiva Estatal: La PDI, responsable de la seguridad fronteriza, parece operar con lógicas distintas, donde la implementación tecnológica se convierte en un fin en sí mismo más que en un medio para mejorar la experiencia del usuario sin comprometer la seguridad. La falta de una fecha clara para el restablecimiento de los tótems y la elección de un período de alta demanda para su mantención sugieren una brecha en la gestión de proyectos y en la comunicación con los demás actores del ecosistema aeroportuario.
  • La Voz del Pasajero: Atrapado en medio, el pasajero —sea turista o ciudadano chileno— experimenta esta disonancia de forma directa. Se le promete un viaje rápido y eficiente, pero se enfrenta a una burocracia tecnológica fallida que le recuerda que la modernidad anunciada aún no ha aterrizado por completo.

El debate sobre la ampliación del aeropuerto y la llegada del Metro, proyectos de largo aliento, se vuelve paradójico. Como señaló la columnista Natalia Piergentili en un análisis sobre la política chilena, a veces se corre el riesgo de perder la voz y la conexión con la realidad inmediata por enfocarse en grandes relatos. La aviación chilena parece enfrentar un dilema similar: cumplir con las metas financieras no basta cuando la experiencia fundamental del viaje se deteriora en la puerta de entrada y salida del país.

El tema, por tanto, sigue abierto. La reanudación del funcionamiento de los tótems migratorios será una prueba clave, pero el problema de fondo persiste. La discusión ya no es si Chile puede competir a nivel global, sino si su aparato estatal puede modernizarse al mismo ritmo que sus empresas para sostener esas ambiciones.

La historia expone una contradicción fundamental en un sector estratégico: mientras las principales aerolíneas anuncian una robusta recuperación financiera y planes de expansión global, la infraestructura crítica del país, como los controles migratorios automatizados, muestra fallas sistémicas. Este contraste entre la ambición corporativa y la capacidad estatal ofrece una narrativa madura sobre los desafíos del desarrollo, conectando finanzas, política de infraestructura, implementación tecnológica y la experiencia del ciudadano. Los eventos clave han evolucionado durante los últimos 60 a 90 días, permitiendo un análisis profundo de las causas y consecuencias de esta paradoja.