La Tregua Rota: Cómo la Guerra entre Matthei y Kast Creó Dos Derechas Irreconciliables

La Tregua Rota: Cómo la Guerra entre Matthei y Kast Creó Dos Derechas Irreconciliables
2025-08-09
Fuentes
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- La ofensiva de Matthei no neutralizó a Kast; por el contrario, lo consolidó como el polo dominante de la derecha.

- Chile Vamos demostró ser una coalición ingobernable, con fugas de apoyo y divisiones estratégicas insalvables.

- El futuro del sector se define entre dos caminos: una hegemonía republicana que absorba a la derecha tradicional o una fractura permanente que podría entregar el poder a la izquierda.

La anatomía de un error de cálculo

Lo que comenzó a fines de julio de 2025 como una dura ofensiva de Evelyn Matthei contra José Antonio Kast no fue solo un error táctico. Fue la manifestación de una fractura estructural que hoy define a la derecha chilena. La candidata de Chile Vamos acusó al Partido Republicano de orquestar una “campaña asquerosa” con videos alterados que insinuaban un deterioro de su salud. Calificó a sus líderes de “matones” y amenazó con acciones judiciales. La apuesta era clara: pintar a Kast como un actor antidemocrático y consolidarse como la única opción viable y moderada del sector.

El resultado fue el opuesto. La ofensiva fracasó en menos de 72 horas. La resistencia no vino del adversario, sino de su propio sector. Dirigentes de Chile Vamos, temerosos de una guerra civil que solo beneficiaría a la candidata de izquierda, Jeannette Jara, presionaron para bajar la intensidad. La propia vocera de Matthei, Paula Daza, expresó públicamente su deseo de no judicializar el conflicto. Forzada a retroceder, Matthei “suspendió” la denuncia, en un gesto que fue leído como una derrota. Kast, por su parte, mantuvo una estudiada calma, valoró el gesto y llamó a la unidad contra el “verdadero adversario”. No necesitó defenderse; su rival lo fortaleció.

El nuevo mapa del poder: dos derechas que ya no se miran

El episodio dejó al descubierto que en Chile ya no existe una, sino dos derechas con proyectos incompatibles. La tregua actual es solo una pausa táctica, no una reconciliación estratégica.

  1. El proyecto hegemónico de Kast: El Partido Republicano salió del enfrentamiento como el actor dominante. Su poder no reside en la agresión, sino en su fuerza gravitacional. Atrae a la base electoral de derecha descontenta con la moderación de Chile Vamos y a parlamentarios que ven en Kast una opción con más futuro. La disciplina interna de los republicanos contrasta con el caos de sus vecinos. Su estrategia es simple: esperar a que la fruta madura caiga del árbol.
  1. El proyecto a la deriva de Chile Vamos: La coalición tradicional quedó atrapada en un dilema irresoluble. Si ataca a Kast, arriesga una fuga de su propia base electoral. Si no lo hace, acepta un rol secundario. La incorporación de figuras como el empresario Juan Sutil y el senador Juan Antonio Coloma al comando de Matthei es un intento de estabilizar un barco que hace agua, no una señal de fortaleza. Las sanciones contra el senador Alejandro Kusanovic por apoyar a Kast son un esfuerzo por imponer una disciplina que ya no existe. Cada intento por cerrar una grieta parece abrir otra.

Escenarios de futuro: absorción, fractura o implosión

La dinámica actual proyecta tres posibles escenarios para el futuro inmediato del sector, con consecuencias directas para la elección presidencial y la gobernabilidad del país.

  • Escenario 1: La Absorción (Probabilidad Alta)

Chile Vamos cede ante la realidad electoral. La campaña de Matthei no logra despegar y las directivas de los partidos se ven forzadas a negociar un pacto parlamentario y un apoyo en segunda vuelta en los términos de Kast. La derecha se unifica bajo el liderazgo de facto de los republicanos, adoptando una agenda más dura en seguridad, inmigración y valores. El costo es la marginación del ala más liberal de Chile Vamos y la renuncia a un proyecto de centroderecha.

  • Escenario 2: La Fractura Electoral (Probabilidad Media)

Las negociaciones fracasan. Las dos derechas compiten con listas parlamentarias separadas y candidatos presidenciales hasta el final. Esta división de votos podría debilitar su representación conjunta en el Congreso, dificultando la gobernabilidad de un eventual gobierno del sector. En el peor de los casos para ellos, la fragmentación podría dejar a la derecha fuera del balotaje, entregando una ventaja decisiva a la izquierda. Un apoyo en segunda vuelta no sería automático, sino el resultado de una tensa y costosa negociación.

  • Escenario 3: La Implosión de Chile Vamos (Probabilidad Baja, pero Creciente)

La tensión interna se vuelve insostenible. El ala más conservadora de RN y la UDI, junto a parlamentarios pragmáticos, rompe con la coalición y se alía formalmente con el Partido Republicano. Chile Vamos sobrevive como un bloque de centroderecha más pequeño y testimonial, similar al destino de la Democracia Cristiana. Este escenario redibujaría el mapa político chileno de forma permanente, consolidando un sistema de tres tercios con un polo de derecha dura, uno de izquierda y un centro debilitado.

En definitiva, la guerra de julio no fue el inicio de un conflicto, sino la confirmación de uno que venía gestándose por años. La pregunta ya no es si las derechas se unirán, sino bajo qué proyecto y a qué costo. Por ahora, todas las señales indican que el centro de gravedad se ha desplazado irreversiblemente hacia José Antonio Kast.

La historia documenta la evolución de un conflicto político interno de alto impacto, cuyas consecuencias son ahora visibles y medibles. Permite analizar las estrategias, los errores de cálculo y las tensiones ideológicas que definen el futuro de un sector clave para la gobernabilidad, trascendiendo la crónica de declaraciones para explorar las dinámicas de poder subyacentes y sus escenarios a largo plazo.