La caída simultánea de gigantes como Corona y Hites, y de startups celebradas como Algramo, durante mediados de 2025, no es una coincidencia. Es el punto de inflexión de una transformación estructural. El antiguo modelo de consumo, construido sobre crédito accesible e inventarios físicos masivos, se ha fracturado. Lo que emerge no es un vacío, sino un nuevo paisaje polarizado que redefinirá nuestras ciudades, empleos y la forma en que compramos.
El efecto inmediato es un paisaje de carteles de liquidación y vitrinas vacías. El cierre de docenas de tiendas Corona y Hites crea "desiertos comerciales" en los centros de muchas ciudades chilenas. Esto no es solo un problema económico; es un problema urbano. Esos espacios eran anclas sociales.
El mercado laboral siente el impacto. Miles de empleados de retail enfrentan el desempleo. Sus habilidades están adaptadas a un modelo que está desapareciendo. Los nuevos empleos se encuentran en bodegas de logística o en roles de "experiencia" altamente especializados, creando una brecha de competencias significativa.
En paralelo, ocurre un cambio más silencioso pero profundo: la "Gran Separación". Empresas como Falabella, SMU y Grupo Patio están vendiendo sus propiedades para convertirse en arrendatarios de sus propios locales (sale and leaseback). Se deshacen de activos físicos para concentrarse en su negocio principal. Esto confirma una nueva regla: ser un retailer es diferente a ser un propietario. El bien raíz es ahora un activo financiero para inversionistas institucionales, desvinculado de la volatilidad del comercio.
El mercado fragmentado comienza a reconsolidarse en torno a dos polos opuestos. El término medio, donde vivían Corona y Hites, se evapora.
Polo 1: La Hiper-Eficiencia. Este es el dominio de la logística pura. Marketplaces como Mercado Libre y los gigantes del comercio electrónico asiático dominan. Su valor es el precio, la variedad y la velocidad. El mundo físico solo existe como una red de centros de distribución y puntos de recogida automatizados. Las nuevas inversiones en outlets, como las planeadas por Vivo y Parque Arauco, responden a esta lógica: un destino físico para la caza de ofertas, una extensión de la liquidación online.
Polo 2: La Hiper-Experiencia. Este es el futuro del mall exitoso. Como reveló el estudio de Ipsos, la gente todavía quiere ir a los centros comerciales, pero no solo a comprar. Van por la experiencia: comida, entretenimiento, servicios y comunidad. Estos espacios se convierten en destinos curados. La tienda es una sala de exposición, una embajada de la marca. El objetivo no es solo mover inventario, sino construir una relación. El enfoque de Grupo Patio en centros vecinales con servicios refleja esta tendencia a menor escala.
El fracaso de Algramo es una lección clave aquí. Su modelo con propósito falló porque no pudo competir en eficiencia y sus socios corporativos no se comprometieron lo suficiente como para convertirlo en una parte central de su experiencia. Quedó atrapado en el medio, una idea noble sin un lugar sólido en la nueva realidad polarizada.
Las cicatrices urbanas de la Fase 1 comienzan a sanar, pero transformándose en algo nuevo. Los antiguos edificios de las tiendas por departamento no serán reemplazados por más tiendas. Serán reutilizados.
Veremos un aumento de las reconversiones de uso mixto. Una antigua tienda Corona podría convertirse en un centro logístico de última milla en la planta baja, con espacios de co-working en el segundo piso y apartamentos residenciales arriba. Este modelo simbiótico aborda múltiples necesidades urbanas a la vez: entrega eficiente, trabajo flexible y vivienda.
El rol de la tienda física se redefinirá por completo. Será más pequeña, más flexible y basada en datos. Su función principal será la adquisición de clientes, el servicio (como devoluciones) y el marketing de marca. Podrás probarte una chaqueta en una tienda, pero te la entregarán en tu casa desde una bodega central.
El sueño de sostenibilidad que representaba Algramo volverá, pero de otra forma. No será un movimiento liderado por el consumidor. Será un sistema B2B integrado en la logística de los grandes actores, impulsado por regulaciones gubernamentales como la Ley REP. La reutilización se convertirá en un proceso de fondo, invisible y eficiente, no en una elección moral en la caja. El futuro del consumo no se trata de elegir el producto "bueno", sino de participar en un sistema que, por diseño, es más eficiente y menos derrochador. La crisis de 2025 fue el catalizador doloroso pero necesario para construir ese sistema.