La isla que movió la frontera: Cómo el cambio de un río redefinió la tensión entre Colombia y Perú

La isla que movió la frontera: Cómo el cambio de un río redefinió la tensión entre Colombia y Perú
2025-08-11
Fuentes
cambio21.cl www.bbc.com www.latercera.com elpais.com elpais.com www.cronista.com www.biobiochile.cl
  • Un conflicto diplomático, iniciado por declaraciones presidenciales en agosto, evolucionó hacia una compleja negociación técnica sobre soberanía y geografía.
  • El cambio del cauce del río Amazonas es el verdadero motor de la disputa, amenazando el acceso estratégico de Colombia al río y poniendo a prueba tratados centenarios.
  • Más allá de la retórica nacionalista, la crisis expone la fragilidad de los límites sudamericanos frente a la emergencia climática y la necesidad de nuevas formas de cooperación.

A más de dos meses de la escalada de declaraciones que puso en alerta a la región, la tensión diplomática entre Colombia y Perú por la soberanía de una pequeña isla en el Amazonas ha mutado. Los mensajes presidenciales en redes sociales y las demostraciones de fuerza han dado paso al trabajo silencioso de las comisiones técnicas. Sin embargo, el aparente retorno a la calma oculta una pregunta de fondo, mucho más compleja que la simple pertenencia de un trozo de tierra: ¿cómo se administran las fronteras del siglo XXI cuando los mapas del siglo XX son borrados por la fuerza de la naturaleza?

Crónica de una crisis anunciada

Todo estalló el 5 de agosto, cuando el presidente colombiano, Gustavo Petro, acusó a Perú de haber "copado un territorio que es de Colombia", refiriéndose a la isla Santa Rosa. Petro argumentó que la creación de un distrito peruano en esa isla violaba el Protocolo de Río de Janeiro de 1934, que establece que la frontera sigue el cauce más profundo del río (conocido como talweg) y que las islas de nueva formación deben ser asignadas por mutuo acuerdo. La respuesta de Colombia fue un acto de alta carga simbólica: trasladar la conmemoración del Día del Ejército a Leticia, la ciudad amazónica colombiana que se siente directamente amenazada por la disputa.

La reacción de Perú fue inmediata y contundente. El gobierno de Dina Boluarte rechazó las acusaciones, afirmando que ejerce soberanía sobre la isla —que considera una extensión de la isla Chinería, asignada a Perú en 1929— desde hace más de un siglo. Para reafirmar su postura, una delegación ministerial peruana visitó la isla, habitada por unos 3.000 ciudadanos que se identifican como peruanos y donde operan instituciones de ese país. La tensión alcanzó su punto álgido cuando Perú denunció la violación de su espacio aéreo por un avión militar colombiano Súper Tucano que sobrevoló la zona, un incidente que motivó una nota de protesta formal y agudizó la desconfianza entre dos gobiernos ya distanciados por diferencias ideológicas.

El laberinto de los argumentos

El conflicto se sostiene sobre dos interpretaciones legales que, desde sus respectivas lógicas, parecen irreconciliables.

  • La perspectiva colombiana: Bogotá sostiene que Santa Rosa es una isla geológicamente nueva, surgida después de los tratados, por lo que su soberanía no está definida. La decisión unilateral de Perú de crear un distrito allí es vista como una provocación y una violación de los mecanismos de acuerdo bilateral. El trasfondo, como admitió el propio Petro, es estratégico: el canal principal del Amazonas se está desplazando, y si la isla se consolida como peruana, el puerto de Leticia podría perder su acceso directo al río, un golpe devastador para la conectividad y economía de la región amazónica colombiana.
  • La perspectiva peruana: Lima argumenta que la isla Santa Rosa no es nueva, sino parte de la isla Chinería, que le fue asignada en los trabajos demarcatorios de 1929. Para la cancillería peruana, la soberanía es un hecho consumado, respaldado por décadas de presencia estatal pública y permanente. Desde su óptica, no hay nada que negociar y las fronteras no se mueven aunque el río cambie de curso. La creación del distrito es, por tanto, un acto de administración interna sobre un territorio que consideran incuestionablemente suyo.

El verdadero soberano: un río que no respeta fronteras

Más allá del debate jurídico y el teatro político, el verdadero protagonista de esta historia es el río Amazonas. No es una línea estática en un mapa, sino un ecosistema vivo y dinámico. Procesos de sedimentación, deforestación en la cuenca alta y los efectos del cambio climático están alterando su morfología a una velocidad que los tratados del siglo pasado no pudieron prever. El canal navegable se desplaza, crea y destruye islas, y redibuja la geografía a su paso.

Esta realidad geofísica es la que pone en jaque la estabilidad de la frontera. El temor de Colombia a que Leticia quede aislada del cauce principal no es una hipérbole, sino una posibilidad advertida por estudios científicos. La crisis de la isla Santa Rosa, por tanto, no es solo una reminiscencia de viejas disputas nacionalistas; es un presagio de los conflictos climáticos del futuro, donde la inestabilidad del entorno natural desafiará la rigidez de las soberanías nacionales.

La disputa ha entrado ahora en la fase de la Comisión Mixta Permanente para la Inspección de la Frontera (COMPERIF), un mecanismo creado precisamente para resolver estas diferencias. Si bien la diplomacia ha logrado encauzar el conflicto, la solución de fondo requerirá más que peritos y cartógrafos. Exigirá una visión de Estado que entienda que la cooperación binacional para la gestión de una cuenca compartida y vulnerable es, a largo plazo, más estratégica que la defensa a ultranza de una línea imaginaria dibujada hace casi un siglo.

El tema permite analizar cómo disputas territoriales latentes pueden ser reactivadas como herramientas de política exterior, revelando cambios en los equilibrios geopolíticos regionales. La evolución del conflicto, desde una declaración presidencial hasta una crisis diplomática, ofrece una narrativa completa con consecuencias visibles, permitiendo un análisis profundo sobre nacionalismo, soberanía y la fragilidad de la integración sudamericana.