Las startups chilenas ya no solo buscan crecer, ahora se compran entre ellas: El ecosistema de innovación entra en su fase de consolidación

Las startups chilenas ya no solo buscan crecer, ahora se compran entre ellas: El ecosistema de innovación entra en su fase de consolidación
2025-08-12
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- Adquisiciones locales: Scale-ups como Buk ya no solo compiten, sino que compran otras startups chilenas (Bemmbo) para expandirse, marcando un hito de madurez.

- Simbiosis con gigantes: Unicornios como NotCo cambian de estrategia, asociándose con corporaciones globales (PepsiCo) para licenciar su tecnología, en vez de competir frontalmente.

- El debate del capital: El crecimiento se sostiene en un debate clave: la necesidad de desbloquear nuevas fuentes de financiamiento, como los fondos de las AFP, para evitar un estancamiento en esta nueva fase.

Pregunta y Respuesta: Entendiendo la nueva etapa del ecosistema startup chileno

1. ¿Qué cambió en el ecosistema de startups chileno durante los últimos meses?

El relato ha cambiado. Si hasta hace poco la narrativa dominante era la del crecimiento disruptivo, la de la startup que, desde un garaje o un cowork, desafiaba a los gigantes del mercado, hoy el tablero es otro. El 11 de agosto de 2025, la noticia de que Buk, uno de los emblemas del éxito tecnológico local, adquiría a la fintech Bemmbo no fue un hecho aislado, sino la confirmación de una tendencia que venía madurando: la consolidación.

El ecosistema chileno ha entrado en una nueva era donde los actores más exitosos, lejos de solo buscar la siguiente ronda de financiamiento, han comenzado a actuar como polos de gravedad, adquiriendo otras empresas para acelerar su expansión, integrar talento y entrar en nuevos mercados. Buk, con la de Bemmbo, ya suma su quinta adquisición. Semanas antes, el 10 de julio, AIM Manager, un spin-off de la reconocida fábrica de software Acid Labs, anunció la compra de una startup de seguridad para potenciar su expansión en México.

Este fenómeno, donde las startups locales se convierten en compradoras, es un signo inequívoco de madurez. El capital y el poder de mercado ya no fluyen en una sola dirección —desde el inversionista a la startup—, sino que comienzan a circular y a reconfigurarse dentro del propio ecosistema.

2. ¿Significa esto el fin de la disrupción? ¿Ahora las startups buscan ser parte del sistema?

No necesariamente, pero la relación con el poder corporativo se ha vuelto más compleja y diversa. El modelo de consolidación no es único. Mientras Buk y AIM Manager optan por la adquisición directa, otros gigantes del ecosistema, como NotCo, exploran un camino de simbiosis.

A principios de julio, la empresa de Matías Muchnick anunció una alianza estratégica con el gigante global PepsiCo para desarrollar en conjunto productos como la NotMayo Doritos. El propio Muchnick lo definió con claridad: el objetivo de NotCo siempre fue ser una compañía de generación de propiedad intelectual. Ya no se trata de vencer al gigante, sino de convertirse en su cerebro de innovación externo, licenciando su tecnología de inteligencia artificial, "Giuseppe", para reformular productos a escala masiva.

Este modelo representa una redefinición del "exit". En lugar de ser adquirida por completo, la startup mantiene su independencia operativa y su foco en I+D, mientras se integra estratégicamente en las cadenas de valor de las grandes corporaciones. Es una transición de la competencia frontal a una colaboración que redefine las fronteras entre el "viejo" y el "nuevo" poder económico.

3. ¿De dónde sale el dinero para esta nueva etapa y cuáles son los riesgos?

La consolidación se financia con el éxito previo. Empresas como Buk, valorizadas en cientos de millones de dólares, utilizan su capital y acciones para estas operaciones. A su vez, el flujo de venture capital sigue activo, como lo demostraron las rondas de financiamiento de Reite (US$ 700 mil) y Kunzapp (US$ 2 millones) en julio y agosto, respectivamente. Sin embargo, esta madurez también expone las grietas y desafíos estructurales del ecosistema.

Sokjin Chang, director del Global Digital Innovation Network de Corea del Sur, advertía en una visita a Chile en agosto que las startups locales no pueden depender exclusivamente del sector privado para su internacionalización, señalando la necesidad de un mayor apoyo público para mitigar riesgos. Precisamente, uno de esos riesgos se materializó para la chilena Fracttal, que a mediados de julio enfrentó una demanda en Estados Unidos por parte de un "unicornio" de Nueva York por la similitud de su nombre, un claro ejemplo de los complejos desafíos legales que emergen con la expansión global.

El debate de fondo, sin embargo, es sobre el futuro del financiamiento. La conversación que más resuena en los círculos financieros y políticos es la posibilidad de que las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) puedan invertir en fondos de capital de riesgo. Según un análisis publicado el 10 de agosto, la Asociación de Venture Capital de Chile (ACVC) y la "Bancada Startup" del Congreso están impulsando cambios regulatorios para que esto sea posible. La discusión es crucial: por un lado, está el mandato de maximizar la rentabilidad de los fondos de los afiliados con seguridad; por otro, la oportunidad de inyectar una cantidad masiva de capital local que podría catapultar al ecosistema a una escala superior, asegurando que la fase de consolidación no se frene por falta de combustible.

4. ¿Este fenómeno ocurre solo en Santiago?

Aunque el epicentro sigue siendo la capital, hay señales de que la maduración del ecosistema también está ocurriendo en regiones. Un movimiento estratégico y simbólico se dio el 7 de agosto, cuando la aceleradora Patagonia Startups, con base en Osorno, adquirió la red de inversionistas ángeles Austral Angels. Esta operación no es una startup comprando a otra, sino una pieza de la infraestructura de apoyo adquiriendo a otra para fortalecer el flujo de capital en etapas tempranas en el sur de Chile. Es una muestra de cómo se está construyendo un ecosistema más federalizado, con actores regionales que toman la iniciativa para resolver sus propios cuellos de botella.

5. ¿Qué podemos esperar a futuro?

El ecosistema chileno ha dejado atrás su adolescencia. La narrativa ya no es solo sobre crear, sino sobre integrar, comprar y escalar de manera estratégica. Las historias de éxito ya no terminan con una venta a un conglomerado extranjero, sino que a menudo inician un nuevo capítulo donde el campeón local se convierte en el nuevo centro de un mini-imperio tecnológico.

El debate está abierto. ¿Veremos el surgimiento de conglomerados tecnológicos chilenos que compitan de igual a igual en la escena global? ¿O esta fase de consolidación es el preludio de una integración mayor en las cadenas de valor internacionales? La respuesta dependerá de la capacidad de sus líderes para navegar las complejidades de la madurez y, fundamentalmente, de la habilidad del país para resolver una pregunta pendiente: cómo financiar la próxima década de innovación con capital propio.

El tema documenta una inflexión estructural en un sector económico clave, transitando desde la narrativa inicial de crecimiento disruptivo hacia una fase más compleja de consolidación e integración. Permite analizar la maduración del ecosistema de innovación, sus consecuencias para emprendedores y el mercado, y la redefinición de las relaciones entre las nuevas empresas y el poder corporativo establecido.