Punta Peuco pierde su estatus especial: Chile avanza hacia una justicia penitenciaria igualitaria

Punta Peuco pierde su estatus especial: Chile avanza hacia una justicia penitenciaria igualitaria
Actualidad
Política
2025-11-10
Fuentes
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- 69% de chilenos apoya la reconversión de Punta Peuco en cárcel común.

- Medida busca terminar con la percepción de presos de primera y segunda categoría.

- Debate político y social refleja tensiones entre memoria, justicia y seguridad.

Treinta años después de su creación, el penal Punta Peuco, símbolo de privilegios para condenados por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura cívico-militar, ha dejado de ser un establecimiento especial para convertirse en una cárcel común, disponible para el sistema penitenciario nacional. Este cambio, oficializado el 3 de noviembre de 2025, fue ratificado por la Contraloría General de la República mediante el Decreto Nº 80 del Ministerio de Justicia, y anunciado con énfasis por el presidente Gabriel Boric desde La Moneda.

Un cambio legal y simbólico

La decisión implica que Punta Peuco, ubicado en la comuna de Til Til, dejará de albergar exclusivamente a exmilitares condenados por crímenes de lesa humanidad, integrándose a la red de recintos penitenciarios comunes bajo criterios homogéneos de seguridad y gestión. El recinto pasará a denominarse oficialmente "Centro de Cumplimiento Penitenciario Til Til", eliminando toda referencia a su carácter especial.

Este paso responde a una aspiración de igualdad ante la ley, explícita en el decreto que elimina cualquier trato diferenciado basado en el tipo de delito o la condición política de los internos. Boric ha subrayado que con esta medida "desde hoy en Chile no existen presos de primera y segunda categoría", un mensaje que busca desmantelar un símbolo de impunidad y privilegio que ha generado controversia durante décadas.

Apoyo ciudadano y tensiones sociales

La encuesta Plaza Pública Cadem de la primera semana de noviembre refleja un respaldo mayoritario a esta transformación: un 69% de los consultados está de acuerdo con la reconversión de Punta Peuco en cárcel común, mientras que un 76% conoce la medida. Sin embargo, las opiniones se dividen en torno a los beneficios penitenciarios para los condenados por crímenes de lesa humanidad, con un 63% que rechaza otorgarles beneficios, independientemente de su edad o estado de salud, y un 34% que considera que deberían tener derecho a cumplir sus penas en sus domicilios en casos excepcionales.

Este debate refleja la complejidad de conjugar justicia, memoria y derechos humanos en un Chile que aún lidia con las heridas de su pasado reciente. Para sectores de derechos humanos, el fin del carácter especial de Punta Peuco es un avance en la igualdad y el fin de privilegios injustificables. Por otro lado, voces críticas alertan sobre la necesidad de asegurar que esta transformación no suponga impunidad ni relativice la gravedad de los crímenes cometidos.

Perspectivas políticas encontradas

El anuncio presidencial ha generado reacciones encontradas en el espectro político. Desde la izquierda, se valora la medida como un paso hacia la justicia y la dignidad igualitaria para todos los presos. En contraste, sectores conservadores y algunos representantes de las víctimas expresan preocupación por la posible dilución del castigo y la memoria histórica, temiendo que la reconversión pueda facilitar beneficios o condiciones menos rigurosas para los condenados.

El debate parlamentario y público, evidenciado en programas de análisis político y declaraciones públicas, muestra una tensión persistente entre la necesidad de avanzar en políticas penitenciarias modernas y eficientes, y la sensibilidad que implica tratar con un legado doloroso y divisorio.

Contexto y consecuencias

La reconversión de Punta Peuco se enmarca en un contexto nacional donde el sistema penitenciario enfrenta desafíos de sobrepoblación, inseguridad y desigualdad en el trato a los internos. La medida busca homogeneizar el sistema, eliminando recintos con condiciones excepcionales que generaban un trato diferenciado. Además, se están realizando obras de habilitación en el recinto para recibir nuevos internos desde comienzos de 2026, ampliando la capacidad carcelaria común.

Este cambio también se inscribe en un proceso de revisión histórica y judicial que Chile ha experimentado en las últimas décadas, donde el reconocimiento y sanción de violaciones a los derechos humanos ha sido un eje central de la democracia postdictatorial.

Reflexión final

La transformación de Punta Peuco representa un paso significativo en la búsqueda de una justicia penitenciaria que respete los principios de igualdad y dignidad humana, pero no está exenta de desafíos y controversias. La pluralidad de perspectivas, desde la ciudadanía hasta los actores políticos y sociales, revela que el camino hacia la reconciliación y la justicia plena sigue siendo complejo y requiere un diálogo profundo y respetuoso.

En definitiva, el fin del carácter especial de Punta Peuco invita a Chile a confrontar su historia con honestidad y a construir un sistema penitenciario que refleje los valores democráticos y los derechos humanos para todos.