Vallejo y el Ejecutivo en la encrucijada electoral: ¿Prescindencia o intervención política?

Vallejo y el Ejecutivo en la encrucijada electoral: ¿Prescindencia o intervención política?
Actualidad
Política
2025-11-11
Fuentes
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- Acusaciones cruzadas sobre intervencionismo y prescindencia electoral.

- Discursos polarizados que reflejan la tensión entre gobierno y oposición.

- Impacto en la campaña presidencial y la percepción ciudadana sobre el rol del Ejecutivo.

El escenario político chileno ha vivido en las últimas semanas una escalada de tensiones en torno al rol que el Ejecutivo debe jugar en el contexto de la campaña presidencial de 2025. La ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, ha sido el rostro visible de una defensa férrea frente a las acusaciones de intervencionismo electoral que sectores de la oposición han dirigido contra el gobierno de Gabriel Boric.

El 9 de noviembre, Vallejo respondió con firmeza a las críticas que apuntaban a una supuesta injerencia política del Ejecutivo en la campaña, declarando que "pretenden confundir prescindencia con censura" y recalcando que el gobierno no renunciará a pronunciarse cuando lo estime necesario.

Desde el oficialismo se sostiene que el Presidente Boric y su gabinete ejercen una conducción política legítima, expresando opiniones y defendiendo políticas públicas, incluso en periodo electoral. Vallejo enfatiza que "no se puede pretender que la prescindencia sea una impostura del gobierno", señalando que la seguridad, por ejemplo, es una política de Estado que debe ser abordada independientemente del calendario electoral.

"Buscan, permanentemente, que el Gobierno calle, que no se pronuncie o que incluso no actúe. Se ha, incluso, tratado de leer que cuando el Presidente dice que la seguridad tiene que ser una política de Estado es faltar a la prescindencia", afirmó la ministra Vallejo.

Por otro lado, la oposición, representada por figuras como el diputado y candidato presidencial Johannes Kaiser, ha endurecido el tono, acusando al gobierno y a organismos vinculados a él de mantener temas abiertos por intereses políticos. Kaiser ha señalado, por ejemplo, que el Servicio Médico Legal (SML) habría tenido osamentas sin identificar relacionadas con detenidos desaparecidos durante décadas, acusación que el SML ha desmentido reiteradamente.

Kaiser también criticó con dureza a Vallejo y al Partido Comunista, sugiriendo que existe una estrategia para mantener abiertas ciertas controversias legales y políticas, y acusó directamente a miembros del gobierno de falta de transparencia.

Este cruce refleja una polarización que no solo se da en el discurso, sino que impacta directamente en la percepción ciudadana sobre la legitimidad y el alcance del Ejecutivo en tiempos electorales. Mientras el oficialismo apela a la necesidad de una participación política activa para defender su gestión y propuestas, la oposición denuncia un uso instrumental del aparato estatal para fines electorales.

Desde la oposición se cuestiona: ¿dónde termina la gestión y dónde comienza la campaña? ¿Se está respetando la prescindencia establecida en la legislación electoral o se está cruzando una línea peligrosa?

En paralelo, Vallejo ha denunciado un nivel de debate político que califica como "el más bajo", tras insultos y descalificaciones que han marcado la campaña, y ha llamado a centrar la discusión en ideas y propuestas, no en ataques personales o clasistas.

El debate se enmarca en un contexto donde la ciudadanía observa con escepticismo y cansancio la confrontación permanente, y donde la calidad del diálogo político influye en la confianza hacia las instituciones y los procesos democráticos.

Conclusiones

La disputa en torno al rol del Ejecutivo en la campaña presidencial de 2025 pone en evidencia una tensión inherente a las democracias contemporáneas: el equilibrio entre la prescindencia electoral de las autoridades y su legítimo derecho a intervenir en el debate público. La narrativa oficial defiende la necesidad de que el gobierno haga valer su visión y gestione con transparencia, mientras la oposición alerta sobre riesgos de instrumentalización política y erosión de la neutralidad estatal.

Esta confrontación no solo ha dejado al descubierto las fracturas ideológicas y estratégicas entre los actores políticos, sino que también ha generado un desgaste en la calidad del debate público, afectando la percepción ciudadana sobre la política y la gobernabilidad.

La historia reciente muestra que el desafío no es solo quién habla, sino cómo se habla y con qué propósito, en un momento donde la ciudadanía demanda claridad, responsabilidad y propuestas concretas para el futuro del país.