Sismo en Japón activa alerta de tsunami mientras el país lidia con una crisis inédita de ataques de osos: dos tragedias que reflejan tensiones sociales y naturales

Sismo en Japón activa alerta de tsunami mientras el país lidia con una crisis inédita de ataques de osos: dos tragedias que reflejan tensiones sociales y naturales
Internacional
Asia
2025-11-11
Fuentes
cooperativa.cl www.elinformadorchile.cl www.latercera.com cooperativa.cl www.elinformadorchile.cl cambio21.cl www.latercera.com www.latercera.com cooperativa.cl www.latercera.com www.latercera.com

- Sismo de magnitud 6,7 frente a la costa noreste de Japón genera alerta de tsunami con olas esperadas hasta un metro.

- Japón en alerta máxima: mientras enfrenta la amenaza sísmica, también sufre un récord de ataques de osos que ya han dejado 13 muertos.

- Medidas extremas: despliegue militar para contener la crisis de fauna, y protocolos sismológicos que descartan riesgo para Chile, pero mantienen la tensión en la región.

El domingo 9 de noviembre, Japón fue sacudido por un sismo de magnitud 6,7 con epicentro frente a la prefectura de Iwate, en el noreste del archipiélago.

El movimiento telúrico ocurrió a las 17:03 hora local y desató una alerta de tsunami con olas pronosticadas de hasta un metro de altura, según la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
Aunque el nivel de alerta fue el más bajo, la primera ministra Sanae Takaichi instó a la población a mantenerse en alerta ante posibles réplicas y eventuales cambios en la situación.
"Por favor, presten mucha atención a la información futura, ya que el tsunami que llegue podría ser mayor de lo esperado", advirtió Takaichi en su cuenta de X.

Pese a la preocupación regional, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA) descartó cualquier amenaza de tsunami para las costas chilenas, confirmando que las características del sismo no reúnen las condiciones necesarias para generar un maremoto en el Pacífico Sur.

Este evento sísmico revive la memoria colectiva del devastador terremoto y tsunami de 2011, que causó alrededor de 18.500 muertos y desaparecidos, además de la crisis nuclear en Fukushima, el accidente más grave desde Chernóbil. Japón, ubicado en el llamado "Anillo de Fuego" del Pacífico, es uno de los países con mayor actividad sísmica del mundo, experimentando cerca de 1.500 sismos anuales, la mayoría leves pero con potencial destructivo variable según su epicentro y profundidad.

Sin embargo, mientras el país se enfrenta a esta amenaza natural, otra crisis inédita sacude a Japón: un aumento récord en ataques de osos que ha cobrado la vida de 13 personas y dejado más de 100 heridas desde abril de este año fiscal.

Los avistamientos de osos superaron los 20.000 en los primeros seis meses del año, casi triplicando las cifras del año anterior, según el Ministerio de Medio Ambiente.

Este fenómeno ha llevado al gobierno a tomar medidas extraordinarias. La primera ministra Takaichi anunció el uso de rifles por parte de la policía y la contratación de cazadores especializados para proteger a la población. Además, las Fuerzas de Autodefensa de Japón comenzaron a desplegar tropas en regiones afectadas como Akita e Iwate, equipadas con esprais repelentes, palos, escudos y lanzadores de redes, pero sin armas letales, debido a las estrictas leyes sobre armas en el país.

"Como medida inmediata para proteger a la población, la policía utilizará rifles para eliminar cualquier amenaza; a medio y largo plazo, se contratarán cazadores con licencia como funcionarios públicos", explicó Takaichi durante un debate parlamentario.

Expertos atribuyen esta crisis a una combinación de factores: una cosecha escasa de bellotas, alimento natural de los osos, que los impulsa a buscar comida en zonas urbanas; y la despoblación rural, que ha borrado las fronteras tradicionales entre hábitats naturales y áreas residenciales, facilitando la expansión de estos mamíferos hacia zonas habitadas.

Este doble desafío —el sismo y la crisis de fauna— pone en evidencia las complejidades que enfrenta Japón en su interacción con la naturaleza. Por un lado, la constante amenaza sísmica exige una infraestructura resiliente y protocolos de emergencia eficientes; por otro, la convivencia con la biodiversidad local se tensiona ante cambios ambientales y sociales que alteran los equilibrios históricos.

Desde una perspectiva regional, el sismo y la alerta de tsunami movilizaron a las autoridades chilenas para monitorear la situación, pero la rápida comunicación y la experiencia en gestión de riesgos permitieron descartar cualquier peligro para la costa nacional, evitando alarmas innecesarias.

En suma, Japón se encuentra en una encrucijada donde la naturaleza se manifiesta con fuerza y diversidad: la tierra tiembla y la fauna reclama espacios, mientras el Estado y la sociedad buscan respuestas que conjuguen seguridad, convivencia y sostenibilidad.

El episodio confirma que las amenazas naturales y las crisis ambientales pueden entrelazarse, generando escenarios complejos que requieren políticas integrales y una ciudadanía informada y preparada. La lección para Chile y el mundo es clara: la gestión del riesgo no es solo una cuestión de tecnología o infraestructura, sino también de comprensión profunda de los ecosistemas y las dinámicas sociales que los rodean.