
Un imperio fracturado: Movitec, empresa emblemática en la minería chilena desde 1974, se desangra en una batalla interna que trasciende lo familiar y se instala en las cortes y tribunales. Las familias Duch y Sekul, que compartían a partes iguales la propiedad, hoy se encuentran enfrentadas en una disputa que pone en jaque la gobernabilidad de la compañía.
Este conflicto no es solo un rifirrafe familiar. Se enmarca en un escándalo mayor que involucra a Movitec en un contrato con Codelco, adjudicado en marzo de 2021, para el proyecto Rajo Inca, junto a la empresa bielorrusa BelAZ. El contrato, valorado en $158 mil millones, terminó siendo finiquitado por Codelco en febrero de 2023 tras múltiples incumplimientos y la trágica muerte de un operador, lo que generó un pasivo de $70 mil millones y la intervención del Ministerio de Relaciones Exteriores bielorruso.
Desde la muerte del fundador Sergio Sekul Raquela en 2022, la empresa ha vivido una serie de renuncias y cambios en la gerencia, con el ingreso y salida de directores y ejecutivos, y una escalada de tensiones que desembocaron en acusaciones cruzadas. Los Duch denuncian "graves irregularidades" en la administración bajo Josip Sekul, mientras los Sekul señalan que los Duch buscan evadir responsabilidades por la crisis.
La disputa ha escalado hasta tribunales, con solicitudes de exhibición de documentos y acusaciones que evidencian un quiebre profundo en la sociedad. Mientras tanto, la empresa enfrenta una crisis financiera y judicial que pone en riesgo su continuidad y reputación.
Perspectivas enfrentadas:
- Familia Duch: Se perciben como víctimas de un aislamiento injustificado, demandando transparencia y control sobre la gestión, además de desvincularse de las irregularidades que acusan a sus socios.
- Familia Sekul: Defienden su administración y atribuyen la crisis a decisiones previas de los Duch, además de denunciar que la acusación busca eludir responsabilidades legales y financieras.
- Sector minero y sociedad civil: Observan con preocupación cómo un actor histórico en la minería chilena se ve envuelto en un conflicto que podría afectar la cadena productiva y la confianza en la gestión empresarial.
- Poder Judicial: Bajo la lupa por la trama de corrupción, la institución enfrenta un desgaste que esta disputa empresarial ha visibilizado aún más.
Conclusiones:
Este conflicto interno en Movitec es más que una disputa societaria: es la manifestación de una crisis que combina tensiones familiares, escándalos judiciales y desafíos empresariales en un contexto de alta sensibilidad social y política. La complejidad de la trama bielorrusa, sumada a la lucha de poder entre las familias Duch y Sekul, ha convertido a Movitec en un símbolo de las fragilidades institucionales y éticas que atraviesan importantes sectores del país.
El desenlace judicial y empresarial de esta historia definirá no solo el futuro de Movitec, sino también la confianza en las estructuras de control y gobernanza corporativa en Chile. Mientras tanto, los protagonistas se baten en un duelo que exhibe sin máscaras las heridas abiertas de un sector que no logra cerrar sus heridas internas.