
En los últimos días de la campaña presidencial de 2025, la derecha tradicional chilena vivió un episodio inédito y revelador: Evelyn Matthei, candidata de Chile Vamos y Amarillos y Demócratas, lanzó un video musical en formato rap que no solo atacó a sus rivales de izquierda, sino que también lanzó dardos directos contra José Antonio Kast, líder del Partido Republicano. Esta jugada, lejos de sumar, desató una ola de críticas internas y tensiones en el bloque opositor.
Esta apuesta comunicacional buscaba diferenciarse en la recta final, pero en lugar de consolidar apoyos, provocó un terremoto político. Kast calificó la iniciativa como "un tremendo error" y "mala", lamentando que Matthei se hiciera daño a sí misma y al bloque opositor, justo cuando la unidad parecía clave para enfrentar a la candidata de izquierda.
Por su parte, el timonel de Republicanos, Arturo Squella, llamó a la unidad y a no generar divisiones en los días decisivos previos a la elección. Mientras tanto, Johannes Kaiser, candidato del Partido Nacional Libertario y figura más extrema, ironizó sobre la letra del rap, señalando que "está claro que el verso no lo escribió Gabriela Mistral", pero no escapó a reconocer el cruce abierto entre Matthei y Kast.
Esta controversia no solo expuso las tensiones internas del sector opositor, sino que también evidenció las dificultades para consolidar un discurso único y una estrategia común ante la amenaza que representa la candidata oficialista y el desgaste del actual gobierno.
Desde la izquierda, la respuesta fue crítica: Camila Vallejo, vocera del gobierno, lamentó que se recurriera a ataques personales y descalificaciones, advirtiendo que eso solo refleja la degradación del debate político.
Por su parte, Jeannette Jara se mantuvo al margen de la polémica, enfocada en su propuesta para el bienestar social y evitando entrar en la disputa entre las derechas.
Este episodio del rap electoral es más que un simple hecho anecdótico; es un síntoma de las fracturas y contradicciones que atraviesan a la derecha chilena, que en su intento por renovarse y captar electores jóvenes, terminó exhibiendo sus debilidades internas en un momento clave.
Conclusiones:
- La estrategia disruptiva de Matthei buscó romper moldes para destacar en una campaña polarizada, pero terminó profundizando las divisiones en la oposición.
- La reacción de Kast y su equipo revela la fragilidad del bloque y la dificultad para construir un frente unido frente a la izquierda.
- Desde la izquierda, la polémica fue interpretada como una muestra más del desgaste y la falta de propuestas sólidas en la derecha.
- A pocos días de la elección, este choque de estilos y discursos plantea interrogantes sobre la capacidad de la derecha para articular una alternativa coherente y competitiva.
En definitiva, el rap de Matthei no solo fue un video de campaña, sino un espejo de las tensiones que definen la contienda presidencial chilena en 2025.