Chile frente a la incesante sacudida: la realidad tras la serie de temblores recientes

Chile frente a la incesante sacudida: la realidad tras la serie de temblores recientes
Actualidad
Conflictos sociales
2025-11-11
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- Continuidad sísmica: Chile registra una sucesión de temblores moderados desde junio hasta noviembre de 2025.

- Preparación y respuesta: Senapred insiste en protocolos de seguridad mientras la población debate la efectividad de las medidas.

- Perspectivas encontradas: Científicos alertan sobre zonas de riesgo, políticos y ciudadanos discuten prioridades y recursos.

Desde mediados de 2025, Chile ha experimentado una serie constante de movimientos sísmicos que, aunque en su mayoría moderados, han mantenido en alerta tanto a las autoridades como a la ciudadanía.

Entre el 30 de junio y el 8 de noviembre, el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile reportó más de una decena de temblores con magnitudes que oscilaron entre 2.5 y 4.6, distribuidos desde la zona norte hasta la región central del país.
Este fenómeno, propio de la ubicación geológica de Chile en el límite de las placas Nazca y Sudamericana, ha reavivado el debate sobre la preparación nacional y la gestión del riesgo sísmico.

Un ciclo que no cesa: cronología y alcance

El ciclo comenzó con un sismo notable de magnitud 4.6 a 30 km al este de Los Vilos el 30 de junio. Desde entonces, se han registrado movimientos frecuentes, como el temblor de magnitud 4.0 cerca de Canela Baja en octubre, y varios otros de entre 3.0 y 4.2 en distintas localidades, incluyendo Mina Los Pelambres y Ollagüe.

Estos eventos, aunque no han provocado daños mayores ni víctimas, han sido sentidos por comunidades locales y han activado protocolos de emergencia.

Voces en pugna: ciencia, política y sociedad

Desde la comunidad científica, expertos en sismología han reiterado que "hay áreas particularmente cargadas", haciendo referencia a zonas donde la acumulación de tensión tectónica podría anticipar un gran terremoto.

El geofísico Dr. Rodrigo Muñoz señala: “La recurrencia de estos temblores nos recuerda que Chile debe mantener una vigilancia constante y no bajar la guardia en materia de prevención.”

En contraste, algunos sectores políticos han cuestionado la asignación presupuestaria para la prevención y la respuesta ante desastres, argumentando que recursos podrían ser desviados hacia necesidades sociales urgentes.

La diputada María Fernández comentó: “No podemos gastar millones en simulacros si las viviendas siguen siendo vulnerables y las comunidades no cuentan con planes claros y accesibles.”

Por su parte, la ciudadanía se encuentra dividida. Mientras algunos valoran las campañas de Senapred y la información pública, otros expresan fatiga y desconfianza hacia las autoridades.

Un vecino de Canela Baja relató: “Cada vez que tiembla, recordamos el 2010, pero también sentimos que no se hace lo suficiente para protegernos realmente.”

Senapred y la cultura del autocuidado

El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) ha mantenido una línea constante de comunicación, difundiendo recomendaciones prácticas para actuar antes, durante y después de un sismo.

Entre ellas destacan: mantener la calma, buscar refugio seguro, preparar un kit de emergencia y conocer las rutas de evacuación.
Sin embargo, la efectividad de estas medidas depende no solo de la difusión, sino también de la capacidad real de las comunidades para implementarlas, lo que varía según contexto socioeconómico y geográfico.

Constataciones y desafíos futuros

La serie de temblores recientes confirma que Chile vive en una zona de alta actividad sísmica, donde la amenaza de un gran terremoto permanece latente. La historia reciente, marcada por el devastador 27-F de 2010, sigue siendo un referente inevitable para evaluar la respuesta institucional y social.

No obstante, la tensión entre la necesidad de invertir en prevención y la urgencia de atender otras problemáticas sociales configura un escenario complejo. La fragmentación en las percepciones públicas y políticas dificulta una estrategia unificada y eficaz.

Finalmente, la verdad ineludible es que el riesgo sísmico no se elimina, solo se gestiona con conocimiento, recursos y voluntad política. Chile enfrenta el desafío de transformar la experiencia acumulada en resiliencia real, donde la protección de la vida y el bienestar de sus habitantes sean el centro de cualquier acción.

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Fuentes consultadas: Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), declaraciones públicas de expertos y autoridades, testimonios ciudadanos recogidos en terreno.