
Desde mediados de 2025, Chile ha experimentado una serie constante de movimientos sísmicos que, aunque en su mayoría moderados, han mantenido en alerta tanto a las autoridades como a la ciudadanía.
El ciclo comenzó con un sismo notable de magnitud 4.6 a 30 km al este de Los Vilos el 30 de junio. Desde entonces, se han registrado movimientos frecuentes, como el temblor de magnitud 4.0 cerca de Canela Baja en octubre, y varios otros de entre 3.0 y 4.2 en distintas localidades, incluyendo Mina Los Pelambres y Ollagüe.
Desde la comunidad científica, expertos en sismología han reiterado que "hay áreas particularmente cargadas", haciendo referencia a zonas donde la acumulación de tensión tectónica podría anticipar un gran terremoto.
En contraste, algunos sectores políticos han cuestionado la asignación presupuestaria para la prevención y la respuesta ante desastres, argumentando que recursos podrían ser desviados hacia necesidades sociales urgentes.
Por su parte, la ciudadanía se encuentra dividida. Mientras algunos valoran las campañas de Senapred y la información pública, otros expresan fatiga y desconfianza hacia las autoridades.
El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) ha mantenido una línea constante de comunicación, difundiendo recomendaciones prácticas para actuar antes, durante y después de un sismo.
La serie de temblores recientes confirma que Chile vive en una zona de alta actividad sísmica, donde la amenaza de un gran terremoto permanece latente. La historia reciente, marcada por el devastador 27-F de 2010, sigue siendo un referente inevitable para evaluar la respuesta institucional y social.
No obstante, la tensión entre la necesidad de invertir en prevención y la urgencia de atender otras problemáticas sociales configura un escenario complejo. La fragmentación en las percepciones públicas y políticas dificulta una estrategia unificada y eficaz.
Finalmente, la verdad ineludible es que el riesgo sísmico no se elimina, solo se gestiona con conocimiento, recursos y voluntad política. Chile enfrenta el desafío de transformar la experiencia acumulada en resiliencia real, donde la protección de la vida y el bienestar de sus habitantes sean el centro de cualquier acción.
---
Fuentes consultadas: Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), declaraciones públicas de expertos y autoridades, testimonios ciudadanos recogidos en terreno.