Moderación en la recuperación económica chilena: un equilibrio frágil tras meses de avance

Moderación en la recuperación económica chilena: un equilibrio frágil tras meses de avance
Economía
Macroeconomía
2025-11-11
Fuentes
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- Moderación en el crecimiento económico tras varios meses de avances.

- Un mercado laboral que muestra desequilibrios estructurales, especialmente en empleo formal.

- Flujos financieros hacia Chile que reflejan confianza cautelosa y expectativas mixtas.

En octubre de 2025, la economía chilena mostró una clara señal de desaceleración tras varios meses de recuperación sostenida. El Barómetro económico del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello (IPP Unab) registró una baja en su indicador, que pasó de 21,7 a 20,6 puntos, desplazando al país del cuadrante "bien y mejorando" a "bien, pero empeorando".

Este cambio refleja un escenario de mayor cautela, donde la estabilidad de indicadores de consumo y ahorro de los hogares contrasta con la volatilidad en variables macroeconómicas clave, como el Imacec y el tipo de cambio.

El análisis detallado revela que más de la mitad de las variables económicas (58,3%) permanecen sin cambios, con subsectores como remuneraciones reales, deuda neta del gobierno y confianza de consumidores estabilizados. Sin embargo, la inflación y el índice bursátil Ipsa han mostrado un deterioro, ubicándose en el cuadrante "bien, pero empeorando".

Gonzalo Valdés, subdirector del Instituto Unab, señala que "nuestra economía evidencia un equilibrio frágil, donde la mejora en el consumo contrasta con la debilidad fluctuante de la situación macroeconómica".

Este cuadro económico se complementa con un mercado laboral que no logra despegar con fuerza. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de desocupación nacional se mantiene en un preocupante 8,5%, con un desempleo femenino que supera el 9% y una tasa de ocupación femenina inferior al 50%. La creación de empleo formal se ha desacelerado, mientras que el empleo informal ha ganado terreno, alcanzando alrededor de 2,5 millones de trabajadores.

Este fenómeno se atribuye en parte al aumento de los costos laborales, que han subido hasta un 24% real, impactando principalmente en la contratación formal y en trabajadores menos calificados.

Desde la perspectiva empresarial y financiera, el escenario es igualmente complejo. El mercado de fondos cotizados (ETF) en Chile ha experimentado una recuperación en los flujos de inversión, con entradas que superan los US$300 millones en 2025, especialmente en instrumentos ligados a la renta variable y materias primas. Sin embargo, este crecimiento se da en un contexto regional donde los ETF latinoamericanos siguen siendo incipientes y están concentrados en sectores tradicionales como finanzas y materiales.

Bank of America destaca que "los ETF añaden profundidad y liquidez a los mercados latinoamericanos, pero el mercado sigue siendo pequeño en comparación con otras regiones".

El contraste entre una economía que muestra signos de estabilización y un mercado laboral que permanece frágil refleja las tensiones estructurales que enfrenta Chile. Las distintas voces en el debate público y político no ocultan sus discrepancias: mientras algunos sectores enfatizan la necesidad de reformas laborales que reduzcan los costos y fomenten la formalidad, otros abogan por políticas que impulsen la inversión en capital humano y la participación femenina.

La economista Ingrid Jones advierte que "sin medidas que incentiven la inversión y el desarrollo del capital humano, es imposible crecer más y generar empleos formales".

En suma, Chile transita un momento delicado, donde la recuperación económica se modera y el mercado laboral evidencia debilidades estructurales que no se resuelven con ajustes menores. La apuesta por un crecimiento sostenible y la generación de empleo formal requiere un equilibrio difícil entre la contención de costos, la promoción de la inversión y la inclusión social.

Este equilibrio frágil plantea un desafío para los próximos gobiernos y actores sociales. La economía chilena no se desploma, pero tampoco avanza con la fuerza suficiente para superar sus déficits históricos. La moderación actual no es un punto final, sino un llamado a repensar estrategias para evitar que la recuperación se estanque y que las brechas sociales y laborales se amplíen.

Así, el escenario económico y laboral chileno invita a un debate profundo y plural, donde las certezas se construyan a partir de la evidencia y la diversidad de perspectivas, y donde la política pública actúe con audacia y responsabilidad para transformar la fragilidad en oportunidad.