Jara y su militancia comunista: ¿distancia estratégica o ruptura definitiva?

Jara y su militancia comunista: ¿distancia estratégica o ruptura definitiva?
Actualidad
Política
2025-11-11
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- Disputa política intensa alrededor de la militancia de Jeannette Jara en el PC.

- Diferentes posturas: desde el oficialismo, la oposición y dentro del propio PC.

- Implicancias históricas en el contexto de presidentes chilenos y su relación con sus partidos.

Una candidatura bajo fuego cruzado

El 6 de noviembre de 2025, Jeannette Jara, candidata presidencial de Unidad por Chile, abrió una puerta que ha tensionado el debate político: la posibilidad de suspender o renunciar a su militancia en el Partido Comunista (PC) en caso de resultar electa presidenta. Este gesto, anunciado con cautela y condicionado a un eventual triunfo en diciembre, ha desatado una batalla discursiva que pone en escena no solo la identidad política de Jara, sino también las expectativas y temores de un país dividido.

“Si soy elegida presidenta, para no distraer la gobernabilidad con cuestionamientos permanentes, suspenderé o congelaré mi militancia”, afirmó la exministra del Trabajo, intentando equilibrar su compromiso histórico con el PC y la necesidad de proyectar un liderazgo transversal.

Ecos y resistencias dentro y fuera del PC

El presidente del PC, Lautaro Carmona, se mostró abierto a la idea, calificándola como un "hecho positivo" que sería respetado por la dirección del partido. Sin embargo, no todos dentro de la colectividad comparten esta postura. Figuras como la diputada Carmen Hertz han expresado críticas, señalando que "el oportunismo no es parte de la cultura comunista", evidenciando la fractura interna.

Por otro lado, la oposición y sectores de la exConcertación han recibido esta posibilidad con escepticismo y exigencias. El exsenador Guido Girardi (PPD) destacó que la suspensión de militancia sería "una señal de gobernar para todos, no solo para la coalición", mientras que expresidentes y exministros han recordado la tradición chilena de desvinculación partidaria para gobernar con independencia, como hicieron Patricio Aylwin y Sebastián Piñera.

Contexto histórico: el peso de la militancia presidencial

Desde el retorno a la democracia, la relación entre presidentes y partidos ha sido diversa. Patricio Aylwin congeló su militancia en la Democracia Cristiana para asumir como un símbolo de unidad nacional. Sebastián Piñera, por su parte, renunció a Renovación Nacional para garantizar independencia en su mandato. En contraste, mandatarios como Michelle Bachelet y Eduardo Frei mantuvieron su militancia activa durante sus gobiernos.

Jara se inserta en esta tradición con una particularidad: es la primera candidata comunista con reales opciones presidenciales desde 1990, lo que amplifica la controversia y el escrutinio.

La campaña y el ruido político

Las encuestas de noviembre 2025 muestran a Jara liderando la intención de voto, pero con un escenario probable de segunda vuelta contra José Antonio Kast. La derecha ha intensificado la campaña contra ella, subrayando su militancia comunista como un elemento de alarma, mientras que la candidata ha intentado moderar su imagen, afirmando que representa una coalición amplia y no un partido único.

En paralelo, dentro del PC, la formalización judicial del exalcalde Daniel Jadue y su salida del padrón de militantes ha tensionado aún más el ambiente, afectando la percepción pública del partido.

Verdades y consecuencias

Queda claro que la militancia de Jeannette Jara en el PC es un asunto que trasciende lo personal y se convierte en un símbolo del debate político chileno contemporáneo: ¿puede un candidato con fuerte identidad partidaria proyectarse como un presidente para todos? ¿Es la suspensión o renuncia a la militancia un acto de pragmatismo o una renuncia a convicciones históricas?

La historia muestra que desvincularse formalmente del partido puede ayudar a construir una imagen presidencial inclusiva, pero también puede generar desconfianza en las bases y tensiones internas.

En definitiva, la decisión de Jara no solo marcará su mandato, sino que también será una prueba para el sistema político chileno, que debe balancear la lealtad partidaria con la gobernabilidad democrática en un país que busca superar sus fracturas.

Fuentes: Diario Financiero, La Tercera, Cambio21, El País Chile.