
Un escenario de tensiones y contradicciones se despliega en el corazón del Servicio Nacional de Aduanas chileno. A lo largo de 2025, los controles fronterizos han exhibido tanto su capacidad de detección como las grietas que permiten el ingreso de mercancías ilícitas y la participación, en algunos casos, de actores inesperados.
En marzo, la incautación de 16 pieles disecadas de animales salvajes prohibidos —entre ellos león, cebra y lince— puso en el ojo del huracán a un embajador chileno, Camilo Sanhueza, quien enfrenta una investigación penal por contrabando y violación de la Convención CITES. Este caso, que aún no concluye, desnuda una red de complicidades y la dificultad para controlar cargas diplomáticas o de alto perfil, que suelen gozar de privilegios y menos supervisión.
En paralelo, Aduanas ha logrado decomisar drogas con un nivel de sofisticación creciente. En agosto, 68 sobres de cocaína fueron descubiertos ocultos en las costuras de un vestido, mientras que en marzo se frustró el ingreso de 6 litros de éxtasis líquido y 2.100 pastillas camufladas en tarros de aceite de oliva y amortiguadores. Estos hallazgos reflejan la creatividad del crimen organizado para burlar los controles, y la importancia del trabajo conjunto entre binomios caninos y tecnología avanzada como rayos X.
Sin embargo, no todo es éxito en la lucha contra el contrabando. En enero, Aduanas solicitó multas superiores a $700 millones contra dos pasajeras chilenas que intentaron ingresar mercancías de lujo sin declarar, evidenciando la persistencia de intentos de fraude en el comercio internacional personal. Este tipo de casos, aunque menores en escala, suman al desafío institucional de mantener la integridad del sistema.
Los controles de divisas también han sido foco de atención: en 2024 se incautaron más de US$4 millones en efectivo, principalmente en las regiones extremas del país, donde el flujo fronterizo es más complejo y menos vigilado. Este dato no solo revela la magnitud del contrabando monetario, sino también su vínculo con redes de lavado de activos.
En este contexto, la subasta electrónica de Aduanas se ha convertido en una herramienta clave para transparentar y dar salida a miles de lotes retenidos. Desde vehículos nuevos y liberados, hasta instrumentos musicales y vajillas de origen ruso, la subasta abierta a mediados de noviembre 2025 ofrece una ventana para que emprendedores y ciudadanos accedan a bienes con precios iniciales accesibles, al tiempo que aporta a las arcas fiscales.
“El rol de protección que cumple Aduanas es esencial para evitar el ingreso de mercancías ilegales o sustancias ilícitas. Por eso se fortalecen constantemente los procedimientos para detectar nuevas formas de ocultamiento y frustrar cualquier intento de contrabando”, explica Rodrigo Díaz, director de la Aduana Regional Metropolitana.
Pero no todo depende de los fiscalizadores. La vulnerabilidad de los sistemas digitales quedó en evidencia en julio, cuando un ciberataque al Instituto de Salud Pública (ISP) paralizó servicios clave y complicó la coordinación con Aduanas, afectando la liberación oportuna de medicamentos y productos sanitarios esenciales.
“Los sistemas informáticos de los servicios públicos están obsoletos y requieren inversión sostenida. Este apagón digital generó retrasos que impactan en la cadena de abastecimiento y en los costos para las empresas importadoras”, señala Heriberto García, exdirector del ISP.
Diferentes voces, un mismo desafío
- Desde el ámbito político y judicial, la investigación al embajador Sanhueza ha generado debates sobre la transparencia y la rendición de cuentas en la administración pública, con llamados a endurecer las sanciones y mejorar la supervisión diplomática.
- En el sector empresarial y de comercio exterior, la preocupación gira en torno a la eficiencia y seguridad de los procesos aduaneros, especialmente tras el ciberataque que puso en jaque la cadena logística.
- Las organizaciones sociales y ciudadanas valoran los esfuerzos de Aduanas para frenar el ingreso de drogas y contrabando, pero advierten que la lucha debe combinar control con políticas sociales que desincentiven el consumo y el tráfico ilícito.
Conclusiones y consecuencias
El balance de este año muestra un Servicio Nacional de Aduanas que, pese a sus avances tecnológicos y operativos, enfrenta desafíos estructurales profundos. La sofisticación del contrabando, la corrupción que alcanza incluso a funcionarios de alto rango y la fragilidad de los sistemas digitales configuran un escenario complejo.
La capacidad de detección y decomiso es notable, pero insuficiente para erradicar un fenómeno que se adapta y muta constantemente. La subasta de bienes retenidos emerge como una estrategia para mitigar pérdidas y fomentar la transparencia, aunque no es un remedio para las causas de fondo.
Queda claro que Chile debe apostar por una modernización integral de sus sistemas aduaneros, que incluya inversión tecnológica, capacitación permanente y una fiscalización transversal que no deje espacios para la impunidad.
Mientras tanto, el pulso entre los guardianes de las fronteras y quienes las intentan vulnerar continúa, con episodios que oscilan entre la tragedia del delito y la comedia de errores institucionales, dejando al país en una tensión constante entre control y riesgo.
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Fuentes consultadas: La Tercera, Diario Financiero, El País México, comunicados oficiales del Servicio Nacional de Aduanas, declaraciones de expertos y autoridades involucradas en las investigaciones y procesos aduaneros.