
Un coliseo financiero se ha desplegado en Wall Street durante las últimas semanas, donde gigantes y visionarios libran una batalla que podría definir el rumbo económico global de los próximos años.
En octubre de 2025, Wall Street cerró con una racha alcista histórica, con el S&P 500 y Nasdaq 100 acumulando meses consecutivos de ganancias impulsadas por sólidas ganancias empresariales y el auge de la inteligencia artificial. Empresas como Nvidia y Amazon fueron las estrellas que elevaron la confianza, mientras que gigantes tecnológicos reportaron resultados que, aunque mixtos, mantuvieron el ánimo del mercado.
Pero esta euforia tuvo un abrupto giro a comienzos de noviembre. Los principales índices bursátiles estadounidenses cayeron, con el Nasdaq perdiendo hasta un 1,83%, tras advertencias de pesos pesados como David Solomon (Goldman Sachs) y Ted Pick (Morgan Stanley), que pronosticaron caídas del 10 al 20% en los próximos 12 a 24 meses. El mercado reaccionó con inquietud ante la sobrevaloración de empresas ligadas a la inteligencia artificial, donde Palantir, por ejemplo, cotiza a más de 200 veces sus ganancias futuras, una señal clara de expectativas desbordadas.
"Esto significa que los inversionistas esperan aumentos considerables en beneficios e ingresos para justificar sus apuestas", explicó Anthony Saglimbene de Ameriprise. La relación precio-beneficio del S&P 500 superó las 23 veces, niveles no vistos desde el estallido de la burbuja tecnológica en 2000.
En este escenario, las grandes instituciones financieras, que hasta hace poco vivían un auge sin precedentes —como JP Morgan, Goldman Sachs, Citigroup y Morgan Stanley, que reportaron beneficios récord en el tercer trimestre— ahora llaman a la prudencia. Jamie Dimon, presidente de JP Morgan, advirtió: "Tenemos muchos activos que parecen estar entrando en una burbuja. Eso no significa que no les quede un 20% de margen, pero sí que debemos preocuparnos".
Por su parte, David Solomon de Goldman Sachs señaló: "Hay un gran entusiasmo inversor, pero la exuberancia puede llevar a una burbuja". La banca también anunció ajustes en sus plantillas, reflejando un reconocimiento tácito de la volatilidad y los riesgos que se avecinan.
Desde una perspectiva regional, el impacto no se limitó a Estados Unidos. El mercado chileno, representado por el índice IPSA, también reflejó esta tensión, terminando con una caída del 1,94% tras siete jornadas consecutivas de alzas. Los inversionistas locales, acostumbrados a navegar entre los vaivenes globales y la volatilidad interna, enfrentan ahora un escenario donde la inteligencia artificial se convierte en un arma de doble filo: motor de crecimiento y foco de incertidumbre.
El auge de la inteligencia artificial ha impulsado millonarias inversiones en centros de datos y tecnologías asociadas, con acuerdos multimillonarios como el de AMD con OpenAI, que aumentan la demanda energética y financiera. Este fenómeno ha atraído capital hacia energías renovables y proyectos verdes, pero también ha tensionado las valoraciones y expectativas en los mercados financieros.
Las voces disonantes no faltan. Algunos analistas, como Ian McDonald de Janus Henderson, sostienen que las valoraciones actuales reflejan un cambio estructural en la economía, con sectores de mayor crecimiento y rentabilidad justificando múltiplos más altos que en el pasado. Otros, sin embargo, alertan sobre la fragilidad de esta narrativa y la posibilidad de un ajuste abrupto.
Para los ciudadanos y profesionales chilenos, esta encrucijada global invita a una reflexión profunda: ¿estamos ante una burbuja financiera alimentada por la inteligencia artificial y el optimismo desmedido, o frente a una base sólida que sostiene un nuevo ciclo de innovación y crecimiento?
Lo que queda claro es que la batalla continúa: en un lado, la euforia por el potencial transformador de la inteligencia artificial y la fortaleza histórica de la banca; en el otro, la prudencia ante señales de sobrevaloración y riesgos geopolíticos y económicos que podrían desencadenar correcciones severas.
En definitiva, Wall Street no solo juega con números, sino con las expectativas y emociones de millones de inversionistas. Y en este coliseo, el espectador informado debe aprender a leer entre líneas, entender las tensiones y prepararse para lo que venga, sin dejarse arrastrar por la fiebre del momento ni la parálisis del miedo.
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Fuentes: Bloomberg, La Tercera, Diario Financiero, El País, CNBC, declaraciones oficiales de JP Morgan, Goldman Sachs y Morgan Stanley.