Último debate presidencial: la batalla de verdades, promesas y desencuentros hacia el 16-N

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Política
2025-11-11
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- Ocho candidatos en un ring de ideas y reproches.

- Seguridad, economía y derechos humanos como ejes de choque.

- Populismo, transparencia y futuro en juego en la antesala de la elección.

A seis días de la primera vuelta presidencial, el último debate organizado por Anatel se convirtió en un escenario donde las máscaras cayeron y las posturas se afilaron. Ocho candidatos con opciones dispares y un electorado todavía indeciso se enfrentaron en un maratónico intercambio de ideas, críticas y promesas, transmitido simultáneamente por los principales canales nacionales.

El terreno de la seguridad: vidrio antibalas y mano dura

El bloque inicial estuvo marcado por tensiones palpables. Evelyn Matthei, con su experiencia como alcaldesa enfrentando el crimen organizado, lanzó un dardo directo a José Antonio Kast, cuestionando su reciente uso de un podio de vidrio antibalas en Viña del Mar, que la exalcaldesa interpretó como una forma de esconderse. “No me escondí nunca detrás de un vidrio. En vez de protegerme yo, voy a proteger a las policías y a los ciudadanos”, afirmó con vehemencia.

Kast respondió con firmeza, prometiendo mano dura contra narcotraficantes y terroristas, y defendiendo su liderazgo como el camino al cambio real en seguridad. El diputado libertario Johannes Kaiser, por su parte, llevó la discusión a la arena política, acusando al Partido Comunista de bloquear leyes de seguridad, a lo que la candidata oficialista Jeannette Jara respondió con datos y un llamado a la verdad, solicitando verificaciones sobre las votaciones.

Economía y promesas bajo la lupa

La electricidad, uno de los costos más sentidos por las familias chilenas, fue otro foco de debate. Jara propuso una reducción del 20% en las tarifas eléctricas, sustentada en la caída de costos de generación solar y una voluntad política firme. Sin embargo, Matthei y Kast objetaron la viabilidad técnica y económica, apuntando a la falta de infraestructura y a problemas ideológicos que bloquean el avance.

En un momento que rozó lo personal, Franco Parisi, economista titulado, retó a Matthei por su falta de título formal, en medio de un debate que evidenció la mezcla de técnica y política detrás de las propuestas.

Sobre el salario mínimo, Matthei y Jara coincidieron en avanzar hacia un ingreso vital que supere los 700 mil pesos, aunque con diferencias en los mecanismos para lograrlo.

Derechos humanos y controversias históricas

El debate no esquivó la herida abierta de los derechos humanos. Kaiser criticó la lentitud judicial en casos emblemáticos y cuestionó la transformación de Punta Peuco en cárcel común, mientras que Jara y Kast intercambiaron reproches sobre la gestión y la mano dura, reflejando la fractura ideológica que atraviesa el país.

Populismo y transparencia: el pulso final

El cruce más intenso se dio en torno a las acusaciones de populismo y financiamiento opaco. Kast calificó el programa de Jara como un populismo total, mientras que ella denunció la supuesta financiación con recursos de afiliados a las AFP para campañas de trolls y bots que atacan a otros candidatos, señalando directamente al asesor de Kast, Bernardo Fontaine.

“Con plata, al parecer, de los propios afiliados hoy día se está financiando trolls y bots que atacan a los otros candidatos y se opusieron reiteradamente a cualquier cambio previsional”, afirmó Jara, mientras Kast le reprochaba la mala gestión presupuestaria del actual Gobierno.

Aborto y eutanasia: posturas que dividen

Solo tres candidatos (Jara, Enríquez-Ominami y Artés) se manifestaron a favor de la despenalización del aborto hasta las 14 semanas, poniendo el foco en la salud pública y los derechos de las mujeres. La derecha más conservadora, representada por Kast y Kaiser, reafirmó su postura provida, rechazando la iniciativa.

En cuanto a la eutanasia, Mayne-Nicholls se mostró abierto a apoyarla bajo condiciones estrictas, mientras Parisi expresó su incertidumbre, reflejando un tema que aún divide a la sociedad.

Voces ciudadanas y regionales: ecos de una campaña polarizada

El debate dejó en evidencia un Chile fragmentado, donde las voces de los candidatos reflejan no solo visiones políticas, sino también preocupaciones sociales y regionales. La seguridad en el norte y el sur, la crisis de las pensiones, la migración irregular y la calidad de vida fueron temas recurrentes que marcaron la conversación.

Constataciones finales

Este último debate no solo fue un intercambio de propuestas, sino un reflejo de las tensiones que atraviesan a Chile en su momento más crucial desde la recuperación democrática. La distancia entre las visiones de izquierda y derecha, oficialismo y oposición, se manifestó sin filtros, dejando claro que la elección del 16 de noviembre será más que un simple ejercicio democrático: será un plebiscito sobre el rumbo del país.

Las verdades a medias, las promesas ambiciosas y las acusaciones cruzadas obligan al electorado a un ejercicio de discernimiento crítico. La transparencia en el financiamiento, la coherencia en las propuestas y la capacidad de diálogo serán claves para evaluar quién podrá gobernar en un escenario que exige no solo liderazgo, sino también la construcción de puentes en una sociedad dividida.

El debate de Anatel, lejos de ofrecer consensos, expuso la cruda realidad de una contienda marcada por el todo o nada, donde los candidatos juegan su última carta para ganar la confianza de un Chile que observa expectante y, quizás, con algo de escepticismo.

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