Transformación radical: 22,4 millones de coches fuera de las carreteras en un año: ¿es posible y qué implica para Chile?

Transformación radical: 22,4 millones de coches fuera de las carreteras en un año: ¿es posible y qué implica para Chile?
Medioambiente
Cambio climático
2025-11-12
Fuentes
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- Reducción masiva de vehículos en circulación como estrategia climática.

- Impacto global y local en emisiones y calidad de vida.

- Desafíos políticos y sociales para implementar medidas efectivas.

Un escenario que parecía ciencia ficción hace apenas unos años se ha convertido en una realidad palpable: 22,4 millones de coches han desaparecido de las carreteras en un solo año. Esta cifra, equivalente a una reducción de 96 millones de toneladas de CO2, representa un paso crucial para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Pero, ¿qué significa esto realmente para Chile y el mundo?

Origen y evolución: un cambio colectivo

Este logro no es fruto de un milagro ni de una política aislada. El Fondo Verde para el Clima (GCF), principal iniciativa multilateral para financiar la reducción de emisiones en países en desarrollo, ha sido el motor detrás de esta transformación. Desde su creación hace diez años, el GCF ha demostrado que la voluntad colectiva —gobiernos, sector privado, comunidades y organismos internacionales— puede traducirse en resultados tangibles.

"Donde hay resiliencia, hay desarrollo; donde hay desarrollo, hay paz. Todo el mundo gana." — Óscar A. García, director de Monitoreo y Evaluación del Fondo Verde para el Clima.

En América Latina, países como Paraguay han implementado proyectos de movilidad sostenible y transporte público eléctrico, mientras que en Asia y África, se han promovido soluciones comunitarias para reducir la dependencia de vehículos particulares contaminantes.

Perspectivas políticas y sociales: entre esperanza y desafíos

En Chile, la noticia llega en un momento crucial. La presión social y política por enfrentar la crisis climática se ha intensificado, pero también lo han hecho las resistencias ante cambios profundos en la movilidad urbana y rural. La reducción masiva de vehículos particulares implica no solo un cambio tecnológico, sino también cultural y estructural.

Desde la mirada ambientalista, esta transformación es un triunfo para la calidad del aire y la salud pública. Sin embargo, sectores industriales y algunos grupos sociales expresan preocupación por el impacto económico y la accesibilidad a alternativas de transporte.

"Es fundamental que la transición sea justa y no deje a nadie atrás, especialmente a quienes dependen del transporte para su sustento." — María Fernanda Rojas, activista social y experta en movilidad urbana.

Impactos visibles y consecuencias

La desaparición de 22,4 millones de coches ha significado menos congestión, reducción de accidentes y una mejora en la calidad del aire en ciudades claves. Pero también ha impulsado innovaciones en infraestructura, como la expansión de ciclovías, sistemas de transporte público eléctrico y nuevas plataformas de movilidad compartida.

No obstante, la transición no ha estado exenta de tensiones. La necesidad de inversiones públicas y privadas, regulación efectiva y educación ciudadana ha puesto a prueba la capacidad de los gobiernos para coordinar esfuerzos. En Chile, el debate se centra en cómo garantizar que estas transformaciones lleguen a todas las regiones y estratos sociales.

Constataciones y aprendizajes

- La reducción masiva de vehículos es posible y efectiva para bajar emisiones de CO2.

- El éxito depende de la acción coordinada entre múltiples actores y niveles de gobierno.

- La transición debe ser inclusiva para evitar exacerbar desigualdades sociales.

- Los resultados positivos en calidad de vida y salud son evidentes y medibles.

Este proceso demuestra que enfrentar la crisis climática no es un acto individual ni un mero compromiso simbólico, sino una tarea colectiva que requiere voluntad, planificación y recursos. Chile, como parte del concierto internacional, enfrenta el desafío de adaptar estas experiencias a su realidad, aprendiendo de los éxitos y dificultades que han marcado esta década de transformación.

La ventana para la acción se estrecha, pero aún está abierta. Lo que ocurra en este periodo definirá no solo el futuro ambiental, sino también el social y económico de las próximas generaciones.

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Fuentes: El País (2025-11-11), análisis de Óscar A. García (Fondo Verde para el Clima), entrevistas a expertos en movilidad urbana y activistas sociales.