Kaiser y Bolivia: un choque frontal que desnuda tensiones y desafíos bilaterales

Kaiser y Bolivia: un choque frontal que desnuda tensiones y desafíos bilaterales
Actualidad
Política
2025-11-12
Fuentes
www.t13.cl cambio21.cl cooperativa.cl cambio21.cl cooperativa.cl www.latercera.com cambio21.cl www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com ellibero.cl

- Propuesta radical de cierre de frontera con Bolivia por parte de Johannes Kaiser.

- Reacción en cadena: críticas desde Bolivia, senadores y políticos chilenos.

- Implicancias profundas para la relación bilateral y la seguridad regional.

En las semanas previas a la elección presidencial chilena del 16 de noviembre de 2025, un episodio ha puesto en jaque la ya compleja relación entre Chile y Bolivia, con un diputado y candidato libertario, Johannes Kaiser, como protagonista principal. El 29 de octubre, Kaiser prometió cerrar la frontera con Bolivia y lanzó una advertencia que rápidamente encendió la polémica: “Le van a tener que cambiar el nombre a la capital, porque La Paz no va a ser”. Estas palabras, pronunciadas ante sus seguidores en Osorno, marcaron el inicio de un choque que ha trascendido lo retórico y ha puesto en evidencia las tensiones latentes y los desafíos pendientes que ambos países enfrentan.

La propuesta de Kaiser: ¿una línea roja en la política chilena?

El diputado del Partido Nacional Libertario (PNL) no solo planteó el cierre de frontera, sino que también amenazó con aplicar medidas drásticas si Bolivia no controlaba la migración y el contrabando que, según él, afectan a Chile. Kaiser advirtió que reduciría a cero las franquicias establecidas en tratados internacionales si Bolivia no colaboraba en la gestión fronteriza. Su discurso incluyó un tono desafiante y un rechazo explícito a la política exterior basada en acuerdos multilaterales, lo que lo diferencia de otros candidatos y actores políticos que apuestan por el diálogo y el multilateralismo.

La réplica boliviana: entre el rechazo y la defensa de la soberanía

La respuesta desde Bolivia fue inmediata y contundente. El presidente saliente Luis Arce calificó las declaraciones de Kaiser como "profundamente irresponsables e inaceptables", acusándolo de una "torpeza e inmadurez política" al buscar sacar provecho electoral con un discurso que pone en riesgo la "buena relación" construida en años recientes entre ambos países.“Desde nuestra posición, siempre apostaremos por la integración de nuestros pueblos, que eligieron el camino de la unidad, el diálogo y la paz para avanzar hacia un horizonte común de bienestar y progreso”, afirmó Arce en su cuenta de X. Además, el senador electo boliviano José Manuel Ormachea corrigió públicamente a Kaiser por su desconocimiento geográfico y político: “Si quiere hablar de otro país, por lo menos que aprenda cuál es la capital”, recordando que la capital constitucional de Bolivia es Sucre, no La Paz.

Ecos y críticas en Chile: un debate político polarizado

La controversia no se limitó a las fronteras ni a la diplomacia. En Chile, figuras políticas de distintos sectores expresaron sus reparos. La candidata Evelyn Matthei, representante del bloque Chile Vamos y Amarillos y Demócratas, se distanció de Kaiser y defendió el multilateralismo como la vía adecuada para un país pequeño y abierto como Chile. “Lo peor que nos podría pasar es que sea la fuerza bruta la que se imponga”, sostuvo, enfatizando la importancia de las normativas internacionales para proteger intereses nacionales.

Por su parte, el presidente del Senado chileno fue aún más crítico, calificando a Kaiser como un "fanático e irresponsable" y manifestando que le resultaba difícil votar por él en segunda vuelta debido a sus posturas extremas.“Habla estupideces”, sentenció.

Contexto y consecuencias: más allá del ruido electoral

Este episodio no puede entenderse solo como un rifirrafe electoral. Se enmarca en un historial de relaciones bilaterales marcadas por tensiones históricas, disputas territoriales y desafíos de seguridad. La propuesta de legalizar los llamados autos "chutos" en Bolivia, impulsada por el presidente electo Rodrigo Paz, también ha sido un foco de fricciones, pues se vincula con el aumento de robos de vehículos en Chile y el contrabando transfronterizo.

La frontera entre Chile y Bolivia, de más de 800 kilómetros, es una zona compleja, con problemas de migración irregular, tráfico ilícito y falta de infraestructura adecuada para el control y la cooperación. La crisis de abastecimiento de combustibles y la inestabilidad económica en Bolivia, junto con la transición política tras la derrota del Movimiento al Socialismo (MAS), configuran un escenario delicado para la región.

Veredictos y aprendizajes

El choque entre Kaiser y Bolivia desnuda varias realidades que Chile debe enfrentar con responsabilidad y visión estratégica. Primero, la relación bilateral no puede seguir condicionada por discursos incendiarios o posturas unilaterales que desconocen la complejidad histórica y social de la frontera común. Segundo, la seguridad nacional y la estabilidad regional requieren cooperación, diálogo y respeto mutuo, no amenazas ni retórica beligerante.

Finalmente, la reacción diversa dentro de Chile, desde la defensa del multilateralismo hasta la crítica frontal a posturas extremas, refleja un país que debate consigo mismo sobre cómo posicionarse en un mundo globalizado y en una región con desafíos compartidos. La política exterior y la gestión fronteriza serán, sin duda, temas clave para el próximo gobierno, que deberá encontrar un equilibrio entre soberanía, seguridad y cooperación.

En definitiva, la historia del enfrentamiento verbal entre Kaiser y Bolivia es una tragedia en curso, donde los protagonistas se lanzan sus dardos, pero las consecuencias reales recaen sobre las poblaciones fronterizas, la estabilidad regional y el futuro de dos países vecinos que, más allá de sus diferencias, comparten un destino común.