
Estados Unidos ha ordenado reactivar las pruebas de su arsenal nuclear, una decisión que se anunció el 29 de octubre de 2025 y que ha generado un choque de perspectivas tanto dentro como fuera de sus fronteras.
El presidente Donald Trump justificó esta medida señalando que responde a los programas de pruebas nucleares de otros países, especialmente Rusia, que el 22 de octubre realizó maniobras con lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales y ejercicios estratégicos en distintas plataformas. 'Debido a los programas de pruebas de otros países, he dado instrucciones al Departamento de Guerra para que comience a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones. Ese proceso comenzará de inmediato', afirmó Trump en su red social Truth Social.
En el escenario político estadounidense, la orden de reactivar pruebas nucleares ha desatado un debate intenso. Por un lado, sectores conservadores y militares defienden la medida como indispensable para mantener la superioridad estratégica y la disuasión frente a adversarios como Rusia y China. Argumentan que la demostración de fuerza es necesaria para evitar un desequilibrio que podría poner en riesgo la seguridad nacional.
En contraste, voces progresistas y organizaciones de desarme critican la decisión, calificándola de un retroceso peligroso que alimenta una carrera armamentista y erosiona los acuerdos internacionales. Señalan que la prueba nuclear reactiva no solo aumenta el riesgo de un conflicto, sino que también desvía recursos de necesidades sociales urgentes.
Desde la perspectiva internacional, la reactivación de pruebas nucleares por parte de Estados Unidos ha tensado aún más un ambiente ya marcado por la desconfianza. Expertos en relaciones internacionales advierten que esta acción podría entorpecer futuras negociaciones de control de armas y desarme, además de incentivar a otras potencias a intensificar sus propios programas nucleares.
Países aliados han expresado preocupación por la escalada, mientras que naciones no alineadas llaman a la calma y a retomar el diálogo multilateral. En particular, la Unión Europea y China han hecho llamados públicos a evitar medidas que pongan en riesgo la estabilidad global.
En Estados Unidos, la opinión pública se muestra dividida. Encuestas recientes reflejan que una parte significativa de la población apoya la necesidad de mantener una defensa robusta, pero un número creciente expresa inquietud por el peligro que implican las pruebas nucleares para la seguridad mundial y el medio ambiente.
La decisión de Estados Unidos de reactivar las pruebas nucleares no puede entenderse en aislamiento. Es el resultado de un complejo entramado de rivalidades geopolíticas y percepciones de amenaza que se han intensificado en los últimos meses. La medida reabre viejas heridas de la Guerra Fría y plantea interrogantes sobre la capacidad de las instituciones internacionales para contener nuevas carreras armamentistas.
Mientras tanto, el mundo observa con atención y preocupación cómo esta nueva etapa de demostraciones militares podría moldear el equilibrio de poder y la seguridad global en los años venideros.
Fuentes: Cooperativa.cl (29/10/2025), análisis de expertos en seguridad internacional y seguimiento de declaraciones oficiales.
2025-11-02