
Un año después de la devastadora DANA que azotó Valencia y dejó 229 víctimas mortales, la región no solo sigue reconstruyéndose en lo material, sino también en lo político y social. La renuncia de Carlos Mazón, presidente del Partido Popular (PP) y de la Generalitat Valenciana, ha marcado un antes y un después en la gobernabilidad de esta comunidad autónoma española, con consecuencias que aún se sienten en el tablero político nacional.
El 29 de octubre de 2024, una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) provocó lluvias torrenciales que desbordaron ríos y barrancos, causando la mayor catástrofe natural en España en décadas. El temporal sorprendió a miles, dejando casas inundadas, carreteras bloqueadas y un saldo trágico de 229 muertos, con dos personas aún desaparecidas a la fecha.
El desastre no solo expuso la fuerza de la naturaleza, sino la fragilidad de la respuesta institucional. El presidente Mazón fue duramente cuestionado por su gestión, especialmente por su ausencia durante las horas críticas, cuando se supo que pasó casi cuatro horas en un restaurante mientras la emergencia se agravaba. La indignación de los familiares y la sociedad se tradujo en protestas, acusaciones de negligencia y un desgaste político irreversible.
El 3 de noviembre de 2025, Mazón anunció su dimisión en medio de una fuerte presión social y política. Reconoció públicamente errores y pidió perdón, aunque también denunció una "cacería política" en su contra y la insuficiente ayuda del gobierno central. Su salida, sin embargo, no calmó a las víctimas ni a la opinión pública, que siguen reclamando justicia y responsabilidades penales.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, calificó la renuncia como "correcta" pero defendió a Mazón de las acusaciones más duras, describiéndolo como víctima de una campaña política. La dimisión abrió un vacío de poder en Valencia y una negociación compleja con Vox, partido de extrema derecha, para asegurar la investidura de un nuevo presidente regional.
El PP enfrenta una paradoja: por un lado, busca frenar el ascenso de Vox a nivel nacional, y por otro, depende de su apoyo para mantener el gobierno en Valencia tras la salida de Mazón. Las conversaciones han sido arduas, con Vox reclamando compromisos en políticas migratorias y negacionismo climático, lo que ha generado tensiones internas y debates sobre hasta dónde ceder en nombre de la gobernabilidad.
“Vox se plantea superar al PP y al PSOE en las urnas”, advirtió su líder Santiago Abascal, dejando claro que no serán una muleta fácil. Mientras tanto, Feijóo ha llamado al voto útil para evitar la dispersión en la derecha, consciente de que la fragmentación beneficia a la izquierda.
El desastre de la DANA ha puesto en el centro del debate la emergencia climática. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha pedido elecciones anticipadas en Valencia para romper con lo que llamó una “mayoría negacionista” que ha minimizado la gravedad del cambio climático y su impacto en la región. Esta postura ha tensado aún más el escenario político, con el PSOE buscando capitalizar la crisis para impulsar una agenda verde y de justicia social.
Más allá de la política, la tragedia ha generado iniciativas para recuperar la memoria y dignidad de las víctimas. Proyectos como "Salvem les fotos" de la Universidad de Valencia rescatan fotografías familiares arruinadas por las inundaciones, simbolizando la lucha por preservar la identidad y la historia de quienes lo perdieron todo.
Manifestaciones, minutos de silencio y murales en las localidades afectadas mantienen viva la memoria y exigen justicia. Sin embargo, la sensación de abandono y desconfianza persiste en amplios sectores de la sociedad valenciana.
- La gestión de la emergencia evidenció fallas en la coordinación institucional y en la comunicación con la ciudadanía, con consecuencias humanas trágicas.
- La dimisión de Mazón refleja el peso de la responsabilidad política directa en la gestión de crisis, pero también la complejidad de la rendición de cuentas en contextos de desastre natural.
- La negociación entre PP y Vox para sostener el gobierno valenciano revela la fragilidad del sistema político ante el auge de la extrema derecha y el reto de equilibrar gobernabilidad con principios democráticos.
- La presión del PSOE y el reclamo de elecciones anticipadas ponen en el centro la urgencia de una agenda climática realista y comprometida.
- La memoria de las víctimas y la reconstrucción social son procesos que van más allá de lo material, demandando reconocimiento, justicia y reparación simbólica.
En definitiva, la tragedia de la DANA y sus consecuencias políticas en Valencia constituyen una tragedia pública que obliga a repensar no solo la gestión de emergencias, sino también la calidad democrática, la responsabilidad política y el compromiso social frente a los desafíos del cambio climático y la justicia.
Fuentes consultadas incluyen reportajes y análisis de El País, BBC Mundo, y declaraciones oficiales de los protagonistas políticos involucrados.