El 28 de octubre de 2025 marcó un punto de inflexión en el frágil cese al fuego que mantenían Israel y Hamas en la Franja de Gaza. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó al Ejército retomar "ataques contundentes" en Gaza tras acusar a Hamas de violar el acuerdo de alto el fuego y manipular la entrega de restos mortales de rehenes. Este episodio no solo reavivó la violencia en la zona, sino que desnudó las complejidades y contradicciones de un acuerdo que desde su inicio mostró señales de debilidad.
La controversia comenzó con la devolución de restos mortales por parte de Hamas, que tras análisis forenses se identificaron como pertenecientes a un rehén cuyo cuerpo ya había sido recuperado años antes. La oficina de Netanyahu calificó esto como "una violación flagrante del acuerdo de tregua" y denunció una maniobra de Hamas para sabotear el proceso de paz. Videos captados por drones israelíes mostraron a miembros de Hamas reubicando restos en un acto que Israel interpretó como una puesta en escena para engañar a la comunidad internacional y a la Cruz Roja.
Desde la perspectiva palestina, Hamas negó haber atacado a las fuerzas israelíes y acusó a Israel de incumplir el acuerdo con bombardeos indiscriminados. En un comunicado, Hamas afirmó mantener su compromiso con el alto el fuego y responsabilizó a Israel de la escalada. Esta disonancia refleja la profunda desconfianza mutua que permea las negociaciones y dificulta la consolidación de la paz.
Dentro del gabinete israelí, la presión para endurecer la respuesta fue inmediata. Figuras como el ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir y el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich exigieron medidas drásticas, incluyendo la reanudación de arrestos masivos y la expansión de operaciones militares en Gaza y Cisjordania. Ben-Gvir llegó a pedir en redes sociales "romperle las piernas a Hamas" y no vacilar ante las provocaciones.
Por otro lado, sectores más moderados y algunos actores internacionales, incluyendo Estados Unidos, manifestaron preocupación por la escalada y la posibilidad de que el acuerdo de paz negociado bajo la mediación estadounidense, encabezada por Donald Trump, se desmorone. El vicepresidente estadounidense JD Vance visitó la región poco antes para apuntalar el frágil cese al fuego, enfatizando la necesidad de evitar una nueva guerra abierta.
Los ataques israelíes tras la orden de Netanyahu causaron al menos 15 muertos en Gaza, incluyendo civiles, y múltiples heridos, intensificando la crisis humanitaria en el enclave. La respuesta de Hamas, aplazando la entrega de restos y manteniendo posiciones militares, evidencia que la tregua está lejos de consolidarse.
Este episodio revela que el acuerdo de alto el fuego, aunque celebrado como un avance diplomático, está plagado de tensiones no resueltas, desconfianzas mutuas y agendas divergentes. La manipulación de los restos mortales no solo es una tragedia humana para las familias afectadas, sino también un símbolo de la lucha por el control narrativo y político en un conflicto que parece no tener tregua.
En definitiva, la orden de Netanyahu y la respuesta de Hamas muestran que la paz en Gaza sigue siendo un escenario precario, donde cada acción es un desafío y cada gesto, una prueba de voluntad. La comunidad internacional observa con cautela, mientras en el terreno la tragedia humana continúa desplegándose ante la mirada impotente de quienes solo buscan un futuro menos marcado por la violencia.
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Fuentes: La Tercera, Cooperativa.cl, The Jerusalem Post, Haaretz, declaraciones oficiales de las Fuerzas de Defensa de Israel y comunicados de Hamas.