La educación en el debate presidencial: un espectador ausente en el coliseo político

La educación en el debate presidencial: un espectador ausente en el coliseo político
Actualidad
Elecciones
2025-11-12
Fuentes
www.latercera.com elpais.com elpais.com www.elinformadorchile.cl www.latercera.com cooperativa.cl cooperativa.cl elpais.com www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com www.cnnchile.com www.latercera.com

- Educación mencionada sin propuestas claras en el último debate presidencial.

- Preocupación ciudadana relegada, pese a su impacto en la prevención social.

- Vocería docente y directiva desconectada del discurso oficial y electoral.

En un escenario que prometía encender las pasiones y definir prioridades para el Chile venidero, la educación apareció más como un eco lejano que como un protagonista en el último debate presidencial celebrado el 23 de octubre de 2025. Durante 1 hora, 17 minutos y 20 segundos, los candidatos cruzaron ideas, pero la palabra “educación” fue mencionada apenas nueve veces, siempre de forma tangencial, sin que se plantearan propuestas concretas para enfrentar los problemas estructurales del sistema escolar.

Este silenciamiento no es menor si se considera que, según la encuesta CEP publicada el 28 de octubre, la educación ocupa el cuarto lugar en las preocupaciones ciudadanas. “El reclutamiento de adolescentes por parte del narcotráfico es un fenómeno que debería impulsar a los líderes políticos a fortalecer el sistema escolar como un factor protector fundamental”, advierte Florencia Mingo, investigadora de Fundación Impulso Docente.

Desde la mirada de los actores directamente involucrados, la desconexión es palpable. El 73% de los directores de establecimientos educacionales reconocidos por el Premio Led sostienen que el sistema escolar no está preparando adecuadamente a los estudiantes para los desafíos del siglo XXI. “Los discursos electorales no reflejan la realidad que enfrentamos en las aulas y la falta de apoyo a docentes y directivos es alarmante”, señala Bernardita Yuraszeck, directora de un liceo emblemático en la Región Metropolitana.

El debate presidencial, más que un espacio de confrontación de ideas, se transformó en una arena donde la educación fue relegada al rol de espectadora, mientras temas como la delincuencia y la economía monopolizaban la atención. Desde sectores más conservadores, se argumenta que la educación debe abordarse desde una perspectiva de orden y disciplina, priorizando recursos para seguridad en los colegios, mientras que voces progresistas insisten en una reforma profunda que incluya mayor inversión en infraestructura, capacitación docente y modernización curricular.

A nivel regional, la situación varía, pero el denominador común es la sensación de abandono. En zonas rurales y periféricas, la falta de conectividad y recursos agrava la brecha educativa, un problema que no fue abordado en el debate y que permanece invisibilizado en la agenda política.

La ausencia de una discusión educativa robusta en la campaña presidencial no solo refleja una desconexión con las urgencias del país, sino que también alimenta la incertidumbre sobre el futuro de las nuevas generaciones. La falta de propuestas claras y consensuadas para fortalecer a docentes y directivos, así como para enfrentar el ausentismo y los rezagos, deja un vacío que podría profundizar las desigualdades sociales y limitar el desarrollo nacional.

En definitiva, la educación continúa siendo un tema ausente en el coliseo político, relegada a un segundo plano mientras se libran batallas en otros frentes. La tragedia para Chile no es solo la crisis educativa en sí misma, sino la indiferencia con que se la trata en las instancias donde se deciden las prioridades del país. El desafío para los próximos gobernantes será, entonces, romper este silencio y colocar a la educación en el centro del debate público, no solo como tema de discurso, sino como eje de acción concreta y sostenida.