
El huracán Melissa, que azotó Jamaica a finales de octubre y principios de noviembre de 2025, ha dejado un saldo devastador de 45 muertos y 15 desaparecidos, según el último informe oficial de las autoridades jamaicanas. La tormenta, catalogada como categoría 5, la máxima en la escala Saffir-Simpson, tocó tierra el 28 de octubre en el suroeste de la isla, desencadenando un desastre que expone no solo la fuerza implacable de la naturaleza, sino también las limitaciones y desafíos en la capacidad estatal para enfrentar emergencias de esta magnitud.
Desde sus primeras horas, Melissa mostró su poder destructivo. Vientos de hasta 280 km/h, lluvias que superaron el promedio anual de la isla en pocas horas y marejadas de hasta cuatro metros azotaron principalmente las parroquias de Saint Elizabeth, Westmoreland y Saint James. Las autoridades reportaron que la mayoría de las víctimas fatales se concentraron en estas zonas, con 18 muertos en Saint Elizabeth y cifras significativas en Westmoreland y Saint James. La infraestructura quedó gravemente dañada: carreteras bloqueadas, postes y árboles caídos, inundaciones generalizadas y cortes masivos de energía eléctrica afectaron a cerca del 64% de la población en los días posteriores.
El primer ministro Andrew Holness declaró que el país estaba “tan preparado como se podía”, pero reconoció que “todavía hay margen de mejora” en la respuesta estatal. Por su parte, el presidente de la Compañía de Servicios Públicos (JPS), Hugh Grant, destacó el esfuerzo para restablecer la energía a más de 300.000 hogares, calificándolo como un “logro sólido” ante la devastación sin precedentes.
Sin embargo, estas declaraciones contrastan con testimonios de comunidades afectadas y expertos en gestión de riesgos. Varias voces ciudadanas y organizaciones sociales han señalado que la activación tardía de refugios y la falta de acceso a información clara generaron confusión y dificultaron la evacuación segura. “Los refugios estaban cerrados cuando más se necesitaban”, denunció un activista local, reflejando la frustración que permeó en algunos sectores.
Desde una mirada más amplia, el huracán Melissa no solo ha sido un golpe físico sino también un llamado de atención sobre las desigualdades estructurales en Jamaica. Las zonas más afectadas coinciden con áreas de menor desarrollo económico y servicios públicos precarios, lo que exacerba la vulnerabilidad ante desastres naturales. Esto ha abierto un debate sobre la necesidad de reforzar no solo la infraestructura, sino también los sistemas de alerta temprana y la inclusión social en la planificación de emergencias.
En el plano internacional, la ayuda humanitaria ha llegado desde varios países, aunque la distribución se ha visto entorpecida por la inaccesibilidad de algunas comunidades aisladas. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) y organizaciones como UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos han colaborado en la provisión de suministros básicos, agua potable y apoyo logístico.
A semanas del paso de Melissa, es posible concluir que la tormenta ha dejado una estela de pérdidas humanas y materiales que subrayan la fragilidad de las islas caribeñas frente a fenómenos meteorológicos extremos. La cifra de 45 muertos confirma que, pese a los esfuerzos, la preparación y respuesta aún son insuficientes para huracanes de esta intensidad.
Además, la experiencia de Jamaica evidencia que el desafío no termina con el paso del huracán: la reconstrucción, la recuperación económica y la atención a las comunidades desplazadas son tareas que pondrán a prueba la resiliencia nacional y la cooperación internacional.
Finalmente, la tragedia de Melissa invita a reflexionar sobre la urgencia de políticas públicas que integren el cambio climático, la equidad social y la inversión en infraestructura sostenible, para que la próxima tormenta, inevitable en esta región, encuentre a la isla mejor preparada y menos vulnerable.
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Fuentes: Ministerio de Educación e Información de Jamaica, Compañía de Servicios Públicos de Jamaica, Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, reportes de prensa internacionales (El País, La Tercera).