Violencia y desprotección en Barrio Yungay: Disparo a cuidador de autos y detención de agresor extranjero

Violencia y desprotección en Barrio Yungay: Disparo a cuidador de autos y detención de agresor extranjero
Actualidad
Crimen y seguridad
2025-11-12
Fuentes
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- Disparo en rostro a cuidador de autos en un barrio emblemático de Santiago.

- Agresor extranjero detenido tras balacera y enfrentamiento con Carabineros.

- Tensión social y cuestionamientos sobre seguridad y convivencia en zonas históricas urbanas.

Un disparo que rozó el cráneo, una persecución en motocicleta y un barrio emblemático de Santiago convertido en escenario de violencia. Así se resume el episodio ocurrido el martes 23 de septiembre en el Barrio Yungay, que pone en evidencia no solo la persistencia de hechos violentos en zonas históricas, sino también las complejas dinámicas sociales y policiales que emergen de ellos.

La víctima, un cuidador de autos de nacionalidad chilena, recibió un disparo en el pómulo en la intersección de las calles San Pablo con General Bulnes. Testigos relataron que la agresión se originó tras una discusión con el atacante, un hombre extranjero que se movilizaba en motocicleta y que habría amenazado previamente a la víctima.

Carabineros, alertados por transeúntes, lograron ubicar al sospechoso a pocas cuadras del lugar, tras lo cual se produjo una persecución que terminó con una colisión y el uso del arma de servicio por parte de un funcionario policial. El agresor, que sacó un arma al verse acorralado, fue herido en un muslo y detenido. La víctima fue trasladada a un centro asistencial y se encuentra fuera de riesgo vital.

"Personal de servicio que presta vigilancia especial en el Barrio Yungay escucharon a lo menos unos cuatro disparos", explicó el coronel Claudio Pavés, prefecto de la Prefectura Santiago Central, quien añadió que el detenido está en proceso de verificación de identidad.

Este episodio no es un hecho aislado en el Barrio Yungay, un sector con una historia rica y compleja, que en los últimos años ha experimentado una serie de incidentes violentos que van desde apuñalamientos hasta incendios y enfrentamientos armados.

En octubre pasado, un incendio estructural en un cité del barrio dejó 34 damnificados, mientras que en septiembre un adolescente fue apuñalado a metros de la residencia presidencial en la misma zona. Estos eventos reflejan una convivencia marcada por la precariedad, la informalidad y la presencia de actores violentos que tensionan la vida cotidiana.

Desde una perspectiva social, la violencia en el Barrio Yungay se inscribe en un contexto de desigualdad urbana y fragilidad institucional. Los cuidadores de autos informales, por ejemplo, representan un sector vulnerable que a menudo queda expuesto a la arbitrariedad y a la violencia.

Algunos vecinos señalan que la informalidad en el estacionamiento genera conflictos frecuentes, pero también apuntan a la falta de políticas públicas integrales que aborden la seguridad y la inclusión social en barrios patrimoniales y populares.

En el plano policial y judicial, el caso ha movilizado a unidades especializadas, incluyendo el OS9 de Carabineros y la Brigada de Homicidios de la PDI, en conjunto con la Fiscalía local, que investiga el incidente como un intento de homicidio. La recuperación del arma y las vainas balísticas serán clave para esclarecer la dinámica exacta del suceso.

El coronel Pavés destacó que "el sujeto apuntó hacia el personal de Carabineros o tuvo la intención de hacerlo", lo que justificó el uso de la fuerza por parte de la policía. Este detalle abre el debate sobre los protocolos policiales y el equilibrio entre la legítima defensa y la escalada de violencia en contextos urbanos.

Finalmente, este episodio pone en evidencia la compleja trama de factores que confluyen en la violencia urbana: la precariedad social, la informalidad económica, las tensiones culturales y la respuesta estatal.

Mientras la víctima y el agresor están fuera de riesgo vital, la herida simbólica en el Barrio Yungay es profunda y plantea preguntas urgentes sobre cómo se gestionan la seguridad y la convivencia en sectores históricos que enfrentan desafíos contemporáneos.

El desafío para las autoridades y la comunidad es claro: no basta con respuestas policiales reactivas, sino que se requiere una estrategia integral que incluya prevención social, diálogo comunitario y políticas públicas que reconozcan la diversidad y complejidad del barrio.

Este caso, a la vez que expone la fragilidad de la convivencia en zonas urbanas emblemáticas, invita a repensar la relación entre la historia, la cultura popular y la seguridad ciudadana en la capital chilena.