
La sombra del cáncer se extiende con fuerza en Chile y el mundo. Cada año, millones de personas reciben este diagnóstico que, pese a su gravedad, puede cambiar su curso si se detecta a tiempo. En Chile, la tasa de incidencia y mortalidad ha ido en aumento, con particular énfasis en tipos como el cáncer de mama y pulmón, que concentran gran parte de la preocupación médica y social.
En Chile, una de cada ocho mujeres desarrollará cáncer de mama en su vida, y la enfermedad es la principal causa de muerte oncológica femenina, con cinco fallecimientos diarios. Sin embargo, la detección precoz puede revertir este oscuro pronóstico: más del 90% de las mujeres diagnosticadas tempranamente sobreviven y tienen acceso a tratamientos menos agresivos y más efectivos.
Por otro lado, el cáncer de pulmón mantiene su lugar como el más común y letal a nivel global, con una estrecha relación con el consumo y la exposición al tabaco. Más de 8 millones de muertes anuales en el mundo son atribuibles a esta enfermedad, incluyendo 1,3 millones de no fumadores afectados por humo de segunda mano.
¿Cuáles son los síntomas que deben alertarnos? La tos crónica que persiste por más de ocho semanas, ganglios linfáticos inflamados —especialmente si son duros, indoloros y crecen—, pérdida de peso no intencionada superior al 10%, y cambios prolongados en los hábitos intestinales son señales que no deben ser subestimadas. En el caso del cáncer de mama, la ausencia de dolor puede generar una falsa sensación de seguridad, por lo que cualquier cambio, aunque pequeño, debe motivar una consulta médica.
“Un error frecuente es esperar a sentir dolor para consultar. El cáncer de mama no suele doler, y eso hace que muchas mujeres se confíen”, advierte la cirujana de mama Dra. Paola Ruiz de Viñaspre.
Las voces en el debate revelan tensiones profundas. Desde el ámbito médico, existe un llamado urgente a mejorar la cobertura y acceso al screening preventivo, especialmente mamografías, que en Chile apenas alcanzan un 38% de la población objetivo, muy lejos del 70% propuesto en el Plan Nacional de Cáncer. Las barreras geográficas, la falta de especialistas y la desinformación agravan esta brecha.
En el plano social, el miedo al diagnóstico y a los tratamientos genera resistencia a la consulta temprana, una paradoja que dificulta la lucha contra la enfermedad. “Una mamografía dura 15 minutos y puede salvarte los próximos 30 años de vida”, enfatiza la Dra. Ruiz de Viñaspre.
Por último, la prevención y la modificación de factores de riesgo continúan siendo pilares fundamentales. La obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y tabaco, junto con la exposición a agentes infecciosos como el VPH, son elementos que inciden directamente en la incidencia de varios tipos de cáncer, incluyendo el de colon, que ha mostrado un preocupante aumento en personas jóvenes.
En conclusión, la tragedia del cáncer no es ineludible ni silenciosa. Los síntomas que el cuerpo manifiesta, aunque a veces sutiles o confundidos con enfermedades comunes, son señales inequívocas que requieren atención. La ciencia y la medicina ofrecen hoy herramientas más precisas y tratamientos menos invasivos, pero el éxito depende de la conciencia social, la equidad en el acceso y la voluntad individual para enfrentar el miedo y buscar ayuda.
La historia del cáncer en Chile y el mundo es una batalla que se libra día a día en hospitales, hogares y políticas públicas. Reconocer y actuar frente a sus síntomas es el primer paso para transformar la tragedia en esperanza.